Entro rápidamente a la casa, nos encontramos empapados.
Todo está en penumbras un alivio invade todo mi interior agradezco que nadie este aquí.
Voy rumbo a la cocina cuando me doy cuenta que Alex aún está en la entrada de la casa.–Ven, pasa antes de que te de una pulmonía.– trato de hablar lo más tranquila posible.
–Gracias.
Cuando estoy a punto de seguir caminando empiezo a escuchar ruidos en la parte de arriba y se que la casa está ocupada, no puedo encender las luces, sí lo hago nos descubrirán y tendría graves problemas, no lo digo por mi, si no por Alex.
Le hago señas para que guarde silencio lo tomo de la mano e ignoro ese alboroto que tengo en mi estómago. Subimos muy cautelosos a mi habitación y nos encerramos.
–¿No tendrás problemas? Tus padres están en casa.– me pregunta algo preocupado.
Lo miro, pensando que puede tener razón, pero que va mi vida es puro problemas no tiene nada de malo agregar una pizca más.
–Es sólo mi madre, mi padre murió y el hombre con quien está, es su novio–se lo digo con repugnancia y es que es la verdad, hablar de ellos sólo me provoca asco.
–Lo siento, lo digo por tu padre– me observa nervioso y se que lo siente, solo me atrevo a darle una pequeña sonrisa dándole a entender que no se preocupe.
Rebuscó en uno de mis cajones hasta que encuentro unos pans, una playera y una sudadera.
–Ten, date un baño y ponte esto era de mi padre y el me lo regaló para que nunca me sintiera sola cuando el se iba de viaje por negocios– se lo doy con pena y dolor no se si lo acepte pero para mi sorpresa lo acepta y me agradece dirigiéndose al baño.
–Bajaré un momento a la cocina, no tardó– se lo digo casi en un susurro el solo asiente y con cuidado bajo sin hacer ningún tipo de ruido.
Cuando ya tengo todo listo, me apresuro a llegar a mi habitación entró y me encuentro con Alex mirando hacia la ventana.
–Hola–pega un brinco, voltea hacia donde estoy asesinándome con la mirada me quiero reír pero trato de aguantarme las ganas de hacerlo.
–Bueno, hasta que algo te gusta de mi– me mira con una sonrisa y eso hace que se me acelera el corazón.
Solo me sonrió. Si supiera que todo lo que tenga que ver con el me gusta.
–Prepare chocolate caliente, y unos sanwiches para comer– le hago señas pare que se siente en mi cama y cuando lo hace lo hago yo con la bandeja de comida en manos.
–Esto está riquísimo– cierra los ojos al dar un bocado a su sanwich y yo solo me quedo embobada observándolo.
–Pero si solo es un bocadillo, no es cosa del otro mundo.–lo miro sin creer lo que me dice.
–El hecho que tu prepares tales delicias. Hace la diferencia y aparte si está muy bueno, ni yo cuando lo hago me sale asi de bueno. - me lo dice sin apartar la vista de mi y me hace sentir feliz sabiendo que le ha gustado mi simple bocadillo.
–Gracias– Estoy sonrojada hasta la uña y me siento de lo mas ridícula.
Cuando terminamos de comer alejo la bandeja y la pongo en la mesita a lado de mi cama, otra vez estamos en silencio pero este es incómodo y no quiero que pregunte sobre lo sucedido.
–¿Qué sucede Beatríz por que llorabas?– Me quedo en silencio procesando que decirle.
–Nada importante, sólo problemas, ya sabes con mi mamá.
–¿Que clase de problemas hace que tu salgas de casa en la noche, sola y llorando? Confía en mí– Diciendo esto último en un susurro.
–Lo dice el hombre que no confía en nadie siempre andas serio, pocas veces sonríe y siempre se encuentra en otro planeta–cuando terminó de hablar me arrepiento, se ve dolido y molesto. Yo y mi bocota.
–Tu no sabes nada de mi vida y mucho menos me conoces así que mejor no hables cuando no sabes nada de mi.
Se para de la cama rápidamente dirigiéndose a la puerta, mientras que yo me trago las lágrimas que quieren salir, es mejor que se vaya, no quiero que me vea derrumbada.
Cuando está a punto de girar el pomo de la puerta, alguien en la parte de afuera la está girando lentamente, Alex me mira sin saber que hacer. Estoy muerta de miedo, se quien es el que intenta entrar a mi habitacion, salto de la cama lo más rápido que puedo y me aviento a la puerta para ponerle seguro antes de que ese hombre entre, se me había olvidado ponerle seguro a la puerta todas las noches lo hago debo de hacerlo, si no David me destruiría completamente.–Beatríz– estoy callada sólo está mi respiración y mis lágrimas rodando por mis mejillas.
–Princesa abre la puerta, vamos– miro a todos lados no quiero que Alex escuche, no quiero.
–Beatriz, no te haré daño sólo quiero verte, sentirte cerca de mi– me dan ganas de vomitar cuando dice esas palabras.
–Vete, por favor ya no lo hagas mas, vete te lo suplico– se lo digo pero no me escucha sigue hablando y siento que me derrumbó lentamente.
Alex está estoico, esta erguido con los puños a los lados, su vena se le sobre salta de la frente, tiene el cabello alborotado empieza a caminar en los lados como un león enjaulado escuchando toda la mierda que David me dice. Luego me mira, no se si siente repulsión, ascos, odio. Pero me mira y su mirada esta pérdida quiero saber qué piensa de mí pero el sólo está callado mirándome.
–Beatriz, eres y serás mia. Recuérdalo siempre desde que llege aqui me fijé en ti, por ti sigo aquí, entrégate a mi, te prometo que seremos felices y dejaré a tu madre a un lado, no le haré daño– con eso se va alejándose de mi habitación.
Me tiro al piso a llorar me encogo en posición fetal y lloro, esto no me puede pasar a mi, yo no puedo seguir así mi vida ya no existe.
–Dios mío, maldita sea– Alex al fin habla y mi corazón deja de latir.
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Mi jefe
RomanceQue sucede cuando te enamoras de la persona que creías conocer y al final termina mintiendote. Que sucede cuando tú vida es un desastre. Que sucede cuando te enamoras de tu jefe. ******* (La novela contiene, una que otra escena subida de tono) No es...