Seduciendo al Enemigo.

Felicidades

Después de esa acalorada conversación con la psicóloga, donde por cierto, tuvimos que finalizarla con un estúpido abrazo, que se que fue el abrazo más hipócrita que había dado en mi vida, sentía que fue necesario.

Volví a casa con un severo dolor de cabeza, al entrar ya se encontraba Chad y su madre.

—Mamá, señora Thompson, con su permiso, vamos Chad. —Dije levantándome del sofa.

—Si, permiso. —Subimos a mi habitación rápidamente.

Al entrar me lancé a la cama y suspire.

—Bien chico misterio, cuentame.

—Te lo cuento, si te sientas y me pones atención. —Bufe, estaba tan comoda.

—Vamos dime. —Respondí una vez sentada en la cama.

—Tu sabes que hace tiempo entre en el campeonato de fútbol, donde los mejores eran seleccionados para jugar en los regionales, hasta llegar al nacional y así sucesivamente. —Hizo una pausa y yo estaba entendiendo— Salí seleccionado, gané el campeonato.

Salté de la cama abrazarlo, yo sabía cuanto esfuerzo había junto en él, por años entreno fútbol, recuerdo cuando solo eran partidos de baby-futbol a partidos más concretos contra otros equipos, no le encontraba sentido alguno a correr detras de una pelota y meter goles, pero esa era su pasión y la apoyaba.

—Felicidades, Felicidades, de verdad te felicito, te lo mereces. —Besé su mejilla y el me alzo en el aire.

—Gracias mejor amiga. —Me dejo en el suelo y me sentí pequeña a su lado.

—Ganaste, es.. Increíble, digo, no es que sea imposible que ganes, porque eres realmente bueno, pero Jake, Edgard y los chicos son muy buenos.. Espera, tú.. ¿Le ganaste a.. Calvin?.

—Son buenos, pero yo soy mejor, y en cuanto a Calvin, no le gane, por cada equipo salía un ganador, osea, Calvin, Ryan y yo. Yo competía con los de mi propio equipo, ¿comprendes?. —Asentí.

—Osea, Calvin tenía su propio equipo y gano, y tu le ganaste a tus propios compañeros de equipo. —El asintió —Oh santos cielos, sos el mejor.

—¿Ahora eres Argentina de tanta emoción?. —Solté una fuerte carcajada.

—Yo quería ser española

—Te salio como Argentina. —Rodee los ojos, ¿que caso tiene pelear?.

—¡Nico, Chad. vengan aquí!— Grito mamá desde abajo. Con Chad nos miramos y corrimos escaleras abajo.

—¿Que pasa?. —Dije para luego comprender todo— Lana, Ambar, que sorpresa— Dije no muy animada, mientras Chad estaba tenso a mi lado.

—Los dejo, Nico, vuelve temprano, y Chad, hoy dormiras aquí, tu madre se quedara. —Dijo mamá animada.

Mi madre y la señora Thompson se conocen desde la escuela, creo que eran unas verdaderas revoltosas, como Lana y yo, solo que ellas solían pasar semanas enteras juntas o se iban a quedar fines de semana completos en la playa con sus novios, hay me crearon, la madre de Chad es enfermera, y estuvo presente en mi parto, así que por eso mi cercanía con Chad.

—Hola chicas. —Saludé esta vez con un beso en la mejilla a cada una, Chad les hizo un gesto con la mano— ¿Que las trae por aquí?

—Veníamos a invitarte a una fiesta, pero no sabíamos que estaba Chad.. De todas formas quiero que vayan ambos, si quieren obviamente— Explico Ambar, Lana estaba demasiado callada para como era antes.

—Por mi no hay problema— Respondí y mire a Chad, quien sonrió y asintió en señal de que si iría— Bien, voy por un abrigo y bajo, ¿me acompañas Lana?

—Esta bien. —Dijo para luego caminar a mi lado.

—Me traes mi celular, lo deje sobre tu cama— Grito Chad llamando mi atención, observe a Ambar quién se había sonrojado notoriamente.

Al llegar a mi habitación cerre la puerta detrás de mi y me sente en mi cama. —Bien, ¿que sucede?
—Lana me miro sorprendida, de seguro no se esperaba esa pregunta.

—Emh nada— Respondio nerviosa y luego suspiro dando a entender que sabia que yo no le creería nada —Bien, es que.. Me gusta Jim, y lo sabes, pero.. No lo suficiente como para estar con él.

—Tienes tres opciones querida amiga, uno; lo dices y se dan un tiempo. Dos; siguen así como están, hasta que te enamores realmente de él y tercera y última, pero no por eso menos importante, cambiar esa cara y salir por esa puerta con la mejor sonrisa que puedas, porque esta sera nuestra noche.

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Quiero regresar a casa.

Resulta que mi querida amiga Lana, no tuvo mejor idea que colarse a la fiesta de Ryan, no es un chico popular, pero si es uno de los más bonitos del instituto, por lo tanto es comprensible que haya tanto personal, pero ¿que tiene de malo ir a esa fiesta?.

Ryan es uno de los mejores amigos de Calvin, y es obvio que tiene que estar por algún lado, con alguna chica, lo cual me pone los nervios de punta.

Me aferro al brazo de Chad, quién esta relajado, se ve bien, lleva unos jeans ajustados en su pantorrilla, una playera blanca que le queda algo ancha y larga, y un poleron ancho azul, con la marca de "Adidas". Y sus Converse blancas.

Yo llevo unas converse negras, un pantalón negro ajustado a mi cuerpo, casi tanto que parecían parte de mi piel, bueno, no tan ajustados pero igual. Una blusa cafe manga larga, y mi abrigo de diseñador(fue un regalo) color pardo, que me llegaba un poco más abajo del trasero.

La casa de Ryan era grande, y bastante bonita.

Habían algunas personas fumando, o besándose, la música se escuchaba con mucha claridad desde lejos, por suerte no tienen vecinos.

—Que genial —Dijo Ambar sorprendida.

—Esto es... maravilloso —Soltó Lana con cierto tono de emoción.

—Es..

—Asqueroso

—Repulsivo

—Muy poco higiénico.

—Que negativos —Nos reprocho Lana. Chad y yo habíamos a comenzado a nombrar una infinidades de cosas malas acerca de esta fiesta, pero mi boca se cerro cuando vi pasar a el chico más guapo del universo.

Con una campera negra y jeans de un tono claro, junto a unos zapatos cafés hermosos, y de todo un caballero elegante como el, Calvin. Su cabellera rubia destilaba rebeldía, y sus ojos miraban sin preocupación alguna a todos los lugares, hasta que me vio. Mantuvo su mirada unos segundos y se dio la vuelta ingresando al lugar.

Voy por ti, Calvin.

Fiesta, fiesta:)

Amigas como Lana, que siempre encuentran una activad relacionada con el chico que les gusta;)

Espero les haya gustado..

Xoxo