-Apuesto mil pesos a que no te comes toda esa comida -Aposto Chad desafiandome
-Elevó la apuesta a dos mil pesos, porque es obvio que no se la comerá -Esta vez era Lana quien con un tono de voz segura acaba de apostar dos mil pesos.
-Bueno chicos, siento decirles que han perdido dos mil cada uno y yo he ganado cuatro mil pesos -Les saqué la lengua, me ordene mi ropa y Chad encendió la cámara.
-Puedes comenzar, suerte -Reí un poco y le hice caso a Lana, comencé a comer lentamente los trozos de pizza, acompañados de batido y helado.
Seguí comiendo hasta a cabar con la pizza y proseguí a los hot dogs, Chad se reía al ver como yo era capas de devorar todo lo que estaba enfrente de mi.
-Esto.. Está.. Buenísimo -Dije con la boca llena, dandole paso a las papas fritas.
Bebí un poco más de batido, revisé la hora, me quedan dos minutos, suspire y le heche una última repasada a la comida que me quedaba, y continúe con las hamburguesas, me termine el helado, bebí el batido con mucha dificultad, pero me lo bebí y sonreí triunfante al ver que me quedaban cincuenta y tres segundos.
-Eres una cerda -La cara de desagrado de Lana era notoria, por lo cual reí aún más -Y no sé donde hechas tanta comida -La miré divertida.
-Dímelo tu, oing oing -Ella siempre comía el doble que nosotros y aún así estaba tan delgadisima.
-Eres perfecta, que digo perfecta, eres divina, debes enseñarme a hacer eso. -Señale a Chad tratando de decir que el si sabía lo que hablaba, y le aplaudí, llamando la atención de algunas personas.
-Lo sé, lo sé, soy su lider y .. -No alcance a terminar la oración cuando sentí un líquido frío viajar por toda mi espalda, me quedo estática y me volteo como en las películas de terror, lentamente veo a una Alexia pálida e igual de rígida que yo, con un batido ya vacío, porque el contenido viajaba por mi hermosa espalda.
-Se puede saber ¿para que tienes los ojos si no ves? -Dije enojadisima, conteniendome las ganas de gritarle alguna grosería.
-No me hables así -Dijo molesta.
-¿Y como quiere que le hable su señoría? ¡Me da igual! Te mereces que te hable de la peor forma, por ser tan, pajarona[1] -Sus mejillas se tiñeron de rojo y su amiga Sacha o como quiera que se escriba, hablo;
-Fue sin querer, no es para que te pongas así -Lana esta vez se hizo presente.
-Y si fue un error, ¿porque no la oigo pedir disculpas? -Chad soltó una risilla y continuo hablando sarcasticamente
-¿Pero que más se le puede pedir? Mirala, si con suerte sigue respirando -Las personas que estaban allí presentes habían captado toda su atención en nosotros, y ahora soltaban algunas risas y carcajadas con el comentario de Chad, miré a Alexia y me dispuse a pararme, ahí fue donde todo se complicó.
-¿Y más encima te ríes?
-Es que te ves patética cariño -La miré sorprendída y emití unos pequeños aplausos.
-La pequeña Alexia sacó sus garras -Ella rió melodramaticamente y miro su batido.
-No te respondo como te mereces realmente y no te cobro mi batido, porque fue culpa mía y no quiero una pelea, comprenderas que no eres motivo suficiente como para tener problemas con el director. -Me acerqué más a ella, para escupirle las palabras.
-Mira princesa, dejé que esto llegará demasiado lejos, debí haberte golpeado en el mismo segundo que arrojaste tu batido intencionalmente y luego te hiciste la inocente, y ahora estaría fuera de lugar golpearte, quedaría yo como la mala, pero te doy un consejo querida, la próxima vez que quieras humillarme, no me arrojes un batido, porque ahora huelo muy bien, a fresa. -Me di la vuelta sobre mis pies, y mis amigos me siguieron con una boba sonrisa en la cara.
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Seduciendo al Enemigo.
Random¿Enemigos? "Nicole Stephen y Calvin Harrison" Si bien no a todo mundo se le puede caer bien, menos podrás gustarle a tu enemigo, pero sí lo intentas un poco más, quizá el patee tu cabeza, algo es algo ¿no? Nicol Stephen, una chica de dieciséis años...