15 de Mayo, 2014.
– ¿Ocurre algo malo, V? – Le pregunté preocupada.
– ¿Por qué ya casi no tienes tiempo para mí? ¿Por qué te la pasas en el salón donde está el piano viejo? ¿Eh? ¿Y quién es ese chico que siempre te sonríe? ¿Es tu novio o algo? – Se devolvió el alma a mi cuerpo cuando Taehyung empezó a bombardearme con preguntas tontas, empecé a reírme levemente al ver aquella escena tan graciosa.
– ¡Hey Stone te estoy hablando! – Dijo cuando notó que no le prestaba atención y empezó a hacer berrinche, tumbándose en el suelo.
– V... – Le llamé y me volteó a ver a la cara. – ¿Estás celoso?
En cuanto escuchó mis palabras su rostro se volvió un tomate. Rápidamente se levantó de donde se encontraba y se sacudió nervioso.
– Tengo que ir a ver si ya salió el sol y si las lechugas están frescas me voy. – Salió corriendo y me apresuré a alcanzarlo todavía riendo por lo anterior.
– ¡V! – Grité asomando mi cabeza por el marco de la puerta del edificio, éste paró al oír mi llamado y giró lo suficiente como para verme.
– ¡Se llama YoonGi, es mi amigo y me ayudará con lo del evento! – Él esbozó una delicada sonrisa y asintió. – ¡Buenas noches! – Volví a gritar y me dirigí hacia mi apartamento.
– ¿Bueno?-escuché la voz de Heidi por la bocina de mi teléfono.
– Tengo demasiado que contarte, Heidi.
– ¡Pues qué esperas!
Mi instinto me decía que Heidi y yo tendríamos una larga charla, y así fue. No podía dejarla sin saber lo que había pasado, en especial el incidente de Tae. Y debido a eso, terminé tumbada en el pequeño sofá a las dos de la mañana con treinta minutos.
26 de Mayo, 2014.
– ¡Oye! ¿Ya terminaste? ¡Quiero ver cómo te queda ese vestido! – Me gritaba mi acompañante desde la entrada a los probadores. Estábamos en un centro comercial para comprar algo elegante debido a que el día del evento teníamos que vestir de gala y pues, bueno, yo no tenía algo decente para ese día. Y bien, la única chica con la que me llevaba bien no me había podido acompañar, pues Susan se tuvo que quedar unas horas extra clase... O eso había dicho a los demás. Pero la verdad era que la señorita MacQuoid maestra de historia del cine, o como ella le llamaba, su madre, le había dicho que se quedara a terminar sus pendientes, puesto que había recibido algunas cuantas e insignificantes quejas respecto a ella.
– ¿Te das cuenta de que eso se escuchó mal? – Contesté igual que él.
– ¡No seas así Lia Stone y muéstrame cómo te ves! – Me reí bajito al escuchar como decía mi nombre completo.
– ¡No! ¡Este me gusta! ¡No te dejaré verlo! ¡Será una sorpresa! – Quería ver la cara que pondría al verme vestida así ese día.
– ¡Eres mala! ¡Muy mala! – Me volví a reír ante su comentario.
Después de ponerme la ropa que llevaba ese día salí del probador y me dirigí a pagar, mientras que él conversaba con una empleada. Me le quedé viendo un momento y admiré su pose y cada facción de su rostro. Al igual que su cuerpo. Cuando me di cuenta la cajera me hablaba, al parecer me había quedado mucho tiempo pensando, puesto que ya había varias personas atrás de mí.
– Discúlpela, está un poco mal de la cabeza. – Le dijo él a la señorita que nos atendía atrás de la caja mientras le extendía una tarjeta.
– No se preocupe, comprendo. – Asintió la señorita tomando la tarjeta y antes de que pudiera decir que no ella ya la había pasado por la terminal. Nos tendió la bolsa con lo que había comprado y él la agarró. Yo solté un bufido casi inaudible. – Que tengan un buen día. – Nos dijo sonriendo y salimos de ahí. Mi cara detonaba molestia y fue entonces cuando habló.
– No sé si estás así por haberte llamado loca o porque pagué tus cosas. – Sonreía tranquilamente. Si las miradas matarán él ya estuviera de camino al hospital, porque me habría arrepentido justo unos momentos antes de acabar con él. Realmente me estaba volviendo loca este chico.
– ¿Tú que crees? – Le dije seriamente. Volteó hacia mí y notó el fuego y las chispas que salían disparadas de mis ojos, fruto de la cólera que surgía dentro de mí.
– Creo –paró un segundo y prosiguió– que si no dejas de verme así, me harás pensar que te gusto. – Soltó una pequeña risita al terminar de decir aquello. Mi seriedad se esfumó en un instante y fue reemplazada por una sonrisa. Dirigí mi cabeza hacia abajo para que él no notara cómo la furia con la que había comenzado una tormenta interna y que él mismo había provocado se desvanecía igualmente debido a él.
– Mejor cállate y vámonos. – Y adelanté mi paso unos cuantos metros, para que él me alcanzará cuatro segundos después, siguiendo el mismo patrón hasta que se convirtió en una carrera sólo por diversión.
29 de Mayo, 2014.
Todo el mundo iba de aquí para allá. Desde pequeños retoques a las decoraciones para el camino que deberían de seguir los invitados hasta las pruebas de iluminación y el equipo electrónico que ayudaría a los performance de muchos que presentarían sus actuaciones. Listones aquí, caballetes acá. Limpieza por todos lados pero nadie se quejaba; todos tenían en su rostro enormes sonrisas formadas. Se podía decir que era el último día de clases puesto que mañana sería el gran día; un día en el que todos se esforzaban para dar lo mejor de sí; para demostrar al mundo lo que podían hacer pero sobre todo; un día en el que todos se divertían. Lo mejor de todo era que todos ayudaban en ese momento; incluso la directora Miller ayudaba a llevar una especie de cortinas hacia el cuarto donde se exhibirían las pinturas. Todos ponían algo de ellos y era increíble la creatividad para adornar el lugar. Nunca había visto algo parecido: llamativo pero a la vez con un toque de reservación; elegante pero colorido; brillante, dejándote cegado pero a la vez no. Y eso era lo mejor.
Aquella tarde todos salimos mucho después de nuestra hora de salida.
Realicé lo que tenía que hacer en cuanto a mañana; pero como a veces era muy lenta fui la última en salir. Pero realmente no me importaba si en mi trayecto de camino a casa el sol lanzaba sus últimos rayos con una belleza extraordinaria, tiñendo de un atardecer puro el cielo azul.
Apartamento de Lia.
Llegué a casa, me quité el calzado que llevaba puesto y me tiré en el suelo. Divagando en mi mente y jugando con mi ingenio se llegaron las nueve de la noche, pero antes levantarme de ahí e irme a dormir un pensamiento cruzó rápidamente, ¿Qué es lo que haría Tae para mañana? Desde que supe lo del evento le preguntaba qué es lo que presentaría él; pero siempre terminaba cambiándome el tema o con una sonrisa me decía "Secreto." De alguna manera me sentía ansiosa por saber la locura que él se atrevería a hacer. Ni siquiera podía imaginarme algo, darme una idea; era demasiado impredecible como para pensar en algo. Y precisamente por eso es que estaba expectante.
Y fue entonces que el sueño me venció y me quedé dormida. Sí, en el suelo.
Ojalá a la mañana siguiente no hubiera secuelas de ese pequeño descuido.
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¿Quién habrá sido el acompañante de Stone? ¿Jimin o V? ¿Tal vez J-hope?
Se vienen cosas interesantes en la historia, así que quédense hasta el final.
MORÍ CON EL MV. Hay que seguir reproduciéndolo en el canal de Big Hit <3 Todos se veían excelentes <3
Gracias por leer, votar, comentar, etc. etc. etc. Se les quiere con todo el corazón <3
¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
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Old Days, memories» Taehyung BTS [김태형] 🔖
Fanfiction«Y entonces, sólo entonces, pude comprender que siempre sería así.» My first fanfic. No adaptar ni resubir. 12/05/2018 al parecer esto alcanzó #845 en "kimtaehyung"