10. Recuerdo (IX).

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17 de febrero, 2014.

Dalton School, Nueva York.

― ¿Qué hiciste este fin Lia? ―me preguntaba un Jimin tranquilo.

― Ya sabes, hacer la tarea ―contesté neutral, intentaba mostrar una sonrisa pero ésta no salía de mis labios, quería parecer cálida pero realmente no tenía ganas de nada, de estar en la escuela, necesitaba un respiro o algo que me quitara esta sensación de tristeza.

― Vaya ―sacó algo de su bolsillo―. Toma, no te di nada el otro día ―era una pequeña bolsa roja enredada con un listón amarillo―. Feliz día de la amistad ―dijo con una bella sonrisa.

― Oh Jimin, no te hubieras molestado ―acepté la bolsita y me dispuse a abrirla, pero las manos de Jimin me detuvieron.

― No, aún no ―me miró fijo―. Sé que los necesitas ―continuó hablando―. Pero, después ―alejó su agarre de mí y yo sólo asentí con la cabeza, me había sorprendido con su reacción.

El profesor Williams llegó y comenzó su agraciada clase aunque una banca estuviera vacía, era la de Taehyung.

-un par de horas atrás-

Me despertaba cada cinco minutos, no podía conciliar el sueño, ¿Por qué seguía pensando en lo del parque? Era estúpido. De repente mi teléfono sonó y por el timbre sabía que era un mensaje y de quien, sólo a él se le ocurriría mandar un mensaje a las 03:00 a.m.

V:¿Estás dormida?

No quise contestarle, así que dejé el celular en el buró y cerré mis ojos, pero segundos después volvió a escucharse repetidas veces la melodía de piano que le tenía como tono a V.

V:¿Entonces sí estás dormida?

V:¿Estás soñando?

V:¿Qué estás soñando?

V:Dime que estás soñando :c

V:¿No quieres hablar?

V:¿Por qué no me has hablado desde el viernes?

V:¡CONTESTA! Lloraré si no lo haces.

El último mensaje eran dos puntos, una comilla y un paréntesis, el típico emoticón de la cara triste, me quedé observando los mensajes por un momento, y pensé: "¿Estará esperando mi mensaje?" Negué con la cabeza y sonreí amargo, tal vez Taehyung estaba aburrido y por eso los mensajes, lo más seguro era que ya estuviera roncando de nuevo, era estúpido de mi parte pensar que esperara por unas letras provenientes de mí.

17 de febrero, 2014.

Dalton School, Nueva York.

Por alguna u otra razón la señorita Brooks se había ausentado ese día, pero eso sí, nos había dejado trabajo, aunque no me importaba mucho porque bueno, ya lo había hecho días antes y como era la hora precedente del receso pues, tenía mucho tiempo libre. Caminaba por el largo pasillo a paso lento, pensando en todo y en nada, solamente viendo las gotas de lluvia en las ventanas, el clima seguía igual desde que había visitado Central Park, mi alma de algún modo seguía igual... Suspiraba ante el recuerdo.

De repente me asomé a través de un pequeño espacio que había entre dos paredes del otro lado del pasillo, dejándome ver a aquel chico... Aquel que me estaba haciendo sufrir y que yo no podía entender del todo, ese chico que se estaba convirtiendo en algo más que un "viejo conocido", que se ganaba un lugar en mi corazón, pero que yo no quería ver. Él yacía sentado en una de las sillas escribiendo, concentrado en lo que la profesora decía... Era tan tonta, aquel chico de seguro tenía a alguien especial en su corazón... ¿Qué era lo que me pasaba? Él sólo era un amigo... Pero si era así entonces ¿Por qué mi interior dolía? Tal vez era porque me había mentido, me había dicho que no tenía a nadie en particular y lo que había visto el viernes dejaba en claro que eso no era verdad. El levantó la cabeza hacia mi dirección y por reflejo yo giré hacia el otro lado y seguí mi camino; era mejor si lo evitaba.

Fui por mi paraguas al salón y me dirigí hacia la azotea, era el único lugar que me faltaba por explorar de aquel instituto. Ya me sabía al derecho y al revés todas las instalaciones, pero por alguna razón no había visitado la azotea, y la verdad no me importaba cómo estaba el clima, en esos momentos lo único que quería era estar alejada de todos.

Una vez arriba obtuve una vista singular de los demás edificios que rodeaban el colegio, era un día gris literalmente, aunque no estaba lloviendo del todo aquellos algodones grisáceos seguían presentes en la ciudad. Levanté la cabeza bajé mis párpados e inhalé un poco de aire, suspiré, por motivo alguno me sentía bien al hacerlo, pasaron unos minutos cuando de pronto sentí una mirada, giré instantáneamente por impulso sólo para darme cuenta de que la única aquí era yo. Decidí ignorar aquello y abrí la bolsa que me regaló Jimin, eran bolitas de chocolate y tan rápido como las vi grité internamente, observé más adentro y había una nota, agarré aquel pequeño mensaje que con letra cursiva se alzaba en el papel. "Puedes usarlos cuando necesites endulzar un poco tu día." Una sonrisa se posó en mi rostro, instintivamente vino a mi pensamiento lo que me había dicho temprano "sé que los necesitas" ¿A qué se refería con eso?

Le estuve dando vueltas por un pequeño lapso de tiempo pero luego me limité a dejar aquello y disfrutar del dulce de cacao. Escuché de golpe el rechinar de la puerta y de nuevo volteé. Pensé que mejor sería regresar, aquí había algo extraño.

Las siguientes horas pasaron como de costumbre y el tiempo aquí había terminado, era hora de regresar a casa. Sonó el timbre de salida y mientras estiraba mis músculos Jimin se despidió de mí con su singular sonrisa como de costumbre y salió, ahora era la única que quedaba en el salón. Él a veces me esperaba en la entrada de la escuela para irnos juntos y supuse que hoy sería igual. Guardé mis cosas, tomé mi mochila y me encaminé a salir de ahí, caminaba por el pasillo y pude notar que llovía un poco fuerte, entonces opté por agarrar mi paraguas antes de... Espera, ¡Rayos! ¿Cómo puedo ser tan despistada? Había olvidado el objeto allá arriba... Genial, me daba demasiada pereza ir por él y no traía dinero como para comprar uno, y aunque viviera cerca era cien por ciento seguro que con los chorros de agua que caían estaría totalmente empapada al llegar a mi departamento, ¡bien hecho Lia! Ahora pescaría un resfriado por mi descuido, ah... Qué más da, lo hecho, hecho está.

Pasaban los minutos y yo seguía ahí parada en la puerta, en verdad no quería enfermarme, el catarro y yo definitivamente no nos llevábamos bien.

Enero, 2010.

Lia no puede ser que estés así por un resfriado ―decía Heidi mientras me daba más pañuelos.

Si ya sabes cómo me pongo, de que te quejas ―le dije con voz ronca.

¡Es que ni siquiera te puedes levantar!

Mejor déjame dormir que me siento horrible ―me quejaba internamente.

Ah... Está bien, estaré cerca por si me necesitas ―ella salió y yo me dormí.

Después de pensar mucho al final tenía que volver al apartamento, inhalé y exhalé fuerte, di el primer paso pero algo me hizo detener.

― ¿Necesitabas esto? ―me habló aquella voz tan dulce.

― Gracias ―alcancé a decir en un susurro.





٭٭٭♥♠♣♦٭٭٭

¿Quién será aquella voz tan dulce?

¡¡Muchas gracias por leer!! <3

PD para Kim: aquí está, perdóname ayer tuve muchos problemas con el internet xd 

Old Days, memories» Taehyung BTS [김태형] 🔖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora