15. Recuerdo (XIII).

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21 de Marzo, 2004.

– ¡Hey! ¡Namjoon! – Llamé a aquel niño que estaba junto conmigo en el parque.

– ¡Ya voy! – Me respondió lo bastante fuerte como para que yo pudiera escuchar desde donde estaba. Una ráfaga de viento sopló haciendo alborotar mi cabello, llevándose las últimas hojas que había dejado el invierno quedarse y moviendo así las que nacían de las ramas de los árboles; pronunciando que la bella primavera daba inicio.

– Para ti. – Namjoon al llegar hacia donde yo me encontraba extendió su mano mostrándome una pequeña y delicada flor. – Es linda, como tú, porque me transmite paz. – Se dibujó una sonrisa con pequeñas ventanas afirmando que sus dientes de leche ya no estaban ahí. Yo imité su acción, tomé el clavel blanco y seguimos jugando mientras las aves cantaban a nuestro alrededor.

08 de Marzo, 2014.

Del distrito de Manhattan a Queens. Nos dirigíamos por una autopista con árboles a los costados de la cual desconocía el nombre, pero eso era lo de menos ahorita, había que llegar lo más pronto posible al Presbiteryan-Queens... O algo así había escuchado decir a Hoseok por el teléfono.

Jimin me ofreció algo nervioso llevarme a donde quería ir; debía de encontrar a Namjoon. Nos fuimos en un vehículo que al parecer era de él pero que no usaba desde hace mucho... ¿Por qué lo sentía tan lleno de desasosiego mientras estaba en el asiento del piloto? Iba muy despacio y era lo que menos quería, tiempo era lo que menos tenía.

– Jimin, ¿Podrías ir más rápido? – Lo sentía tenso, demasiado para mi gusto... ¿Qué pasaba con él?

– Siempre me he preguntado qué cosas llevas en tu bolsa y... – Su voz sonaba inquieta aunque él quisiera y tratara de ocultarlo.

– Jimin ¿estás bien?

Frenó de golpe y soltó un suspiro pesado. Di gracias porque en ese momento no había ningún auto atrás de nosotros.

– Perdóname. – Sus manos estaban fijas al volante y su cabeza hacia abajo, con los ojos cerrados.

– ¿Por qué te disculpas? – Él espiró pesadamente.

– Te lo contaría pero... – Dejó un espacio de silencio antes de agarrar aire y soltar de nuevo un gran suspiro. – No tenemos tiempo y...

– Jimin, hay algo que te preocupa y no me gusta que estés así.– Trataba de encontrarme con sus ojos pero él seguía con la cabeza hacia abajo. – Si alguna cosa te molesta dímelo, estoy aquí y te escucharé. – Fue entonces cuando nuestras miradas se cruzaron y pude notar como luchaba porque una lágrima no resbalara por su mejilla derecha.

– Te lo contaré.

~~~

Llegamos al hospital en poco más de treinta minutos y realizamos todo lo que se requiere para poder encontrar la habitación de Namjoon: escuchar a la enfermera –que por cierto se notaba que amaba su trabajo, claro, entre comillas- indicarnos la habitación, caminar lo más rápido posible por esos pasillos blancos que en lugar de brindarme tranquilidad me recordaban mucho más la razón por la que casi me tropiezo con un carrito cromado que había en el camino intentando encontrar a mi amigo, preguntar a doctores que amablemente nos decían que íbamos por el pasillo contrario, para luego de ir de aquí para allá abrir la puerta de madera mostrándome a un Namjoon que yacía inconsciente en la camilla cubierto hasta el pecho de aquella sábana del mismo color de casi todo en este lugar, el haz de luz que se filtraba por la ventana se reflejaba en su bronceada piel haciéndolo resplandecer: verlo así lo hacía parecer un bello ángel; pero aún no quería que se convirtiera en uno. Observé que el monitor cardíaco iba al compás del ritmo de sus latidos, el dedal del oxímetro en el índice de mi querido Kim, la vía intravenosa en su brazo y también a un Hoseok con los codos puestos sobre sus piernas sosteniendo su cabeza sentado en un pequeño sillón que por lo desgastado que se veía de la tela daba impresión que ya estaba viejo. Lucía cansado.

Old Days, memories» Taehyung BTS [김태형] 🔖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora