Old Days, memories» Taehyung BTS [김태형] 🔖

6. Recuerdo (V).

10 febrero, 2014.

Dalton School, Nueva York.

― ¿Te vas a comer eso? ―me preguntó V al ver en mis manos el chocolate que me había dado Jimin.

― Hola V yo estoy bien gracias por preguntar ―contesté sarcástica.

― ¿V? ¿Quién es V? ―cuestionó Jimin que estaba en un asiento atrás de mí, estábamos en el salón, aunque todavía no llegaban todos, de hecho Jimin había ido al edificio donde resido para irnos juntos a la escuela desde muy temprano, se había comportado muy lindo desde que llegué aquí y poco a poco se ganaba mi confianza.

― Nadie Jimin ―respondió V―. Lia está un poco loca.

― ¿La conoces? ―Jimin estaba aún más desconcertado.

― Digamos que somos viejos conocidos ―respondió Tae, yo aún analizaba por qué no quería decirle sobre el apodo.

― ¿Lia? ―musitó Jimin sacándome de mi trance.

― ¿Qué? ―seguía un poco embobada en mis pensamientos.

― El profesor dijo que sacáramos el cuaderno ―mi chocolate estaba a la mitad y el profesor estaba acomodando sus cosas, al parecer me había quedado pensando más tiempo del que supuse, ¿Cuándo llegaron todos? Pero peor aún, ¿En qué momento V se comió parte de mi chocolate? Guardé o que quedaba de él y rápidamente saqué mis cosas, no quería ser regañada por el señor Williams, la semana pasada había aprendido que era un buen profesor, pero siempre y cuando no te tuviera en mal visto.

Receso.

Después de salir del salón fui hacia donde V, necesitaba aclarar mi duda.

― Taehyung ―un silencio me contestó.

― Taehyung... ―seguía sin hacerme caso.

― ¡TAEHYUNG! ―alcé la voz pero aun así nada.

― V ―estaba más que exasperada.

― ¿Qué pasó Stone? ―habló demasiado calmado.

― ¿Me puedes decir por qué no le dijiste a Jimin lo de decirte V? ―se quedó callado mirando al suelo. - Contesta.

― No quiero que nadie lo sepa ―su respuesta me dejó extrañada.

― ¿A qué te refieres V? No te entiendo.

― Pues eso, no quiero que nadie lo sepa ―se acercó demasiado a mí, dejando muy poco espacio entre los dos, sentí su dulce aroma y su respiración―, Quiero que sea nuestro secreto ―susurró en mi oído haciendo que una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo.

Después de eso se alejó dejándome ahí como tonta, ¿Cómo era posible que me estuviera pasando eso si apenas el sábado lo había vuelto a ver? No sé si lo hacía sólo por molestar o sabía lo que estaba provocando en mí, pero era obvio que algo tramaba.

Al terminar las clases fui al salón de música para ver si podía recordar una melodía que hace tiempo había aprendido, además de que quería olvidar lo que pasó en la mañana. Al llegar a la segunda habitación me percaté de un bello sonido muy apenas audible que provenía del último cuarto, en donde se encontraba aquel piano viejo, la curiosidad me ganó y fui a ver quién tocaba tan maravillosamente, abrí con cuidado la puerta y observé a un chico rubio sentado, la concentración que tenía era excepcional sin contar la pasión con la que tocaba cada nota al compás, al parecer había llegado al final de la canción y yo seguía recargada sobre la puerta, absorta aun en aquella melodía.

― ¿Quién eres? ―escuché la voz ronca de aquel muchacho.

― ¿Cómo es que supiste que alguien estaba escuchando? ―ni siquiera había volteado la cabeza un poco, ¿Cómo era posible que hubiera notado mi presencia si nunca hice ruido alguno?

― Sentí cuando llegaste ―se giró sobre el banco en el que se hallaba sentado, dejándome ver sus facciones, era guapo, piel blanca, ojos pequeños y su cabello estaba un poco desordenado―. Min YoonGi ―habló en tono reservado.

― ¿Qué cosa? ―estaba un poco nerviosa, su mirada era tan profunda que me hacía sentir así.

― Min YoonGi, ese es mi nombre ―se dibujó una linda y suave sonrisa en su rostro―. Cuál es el tuyo.

― Ah... Stone, Lia Stone, mucho gusto ―dije un poco tímida.

― El gusto es mío Lia, por cierto, hermoso el que llevas por nombre.

― G-Gracias ―tartamudeé.

― Ven aquí, no seas tímida ―hizo un ademan con su mano para que fuera y me sentara en el otro asiento que estaba, acaté su orden y me senté, para después empezar a tocar de nuevo, sus manos... Eran mágicas al producir esa música que reconfortaba el alma y que hacía viajar hacia los confines del universo.

YoonGi terminó la canción y volteó hacia mí.

― Y bien, háblame de ti ―sonrió.

...

― Bueno debo irme, gracias por la charla YoonGi, hasta luego.

― Recuerda, cada vez que quieras hablar puedes venir aquí ―después de eso salimos de aquel salón, él se dirigió hacia la derecha y yo hacia el lado opuesto. Fue tan extraña la manera en que pasó esto pero, de alguna manera YoonGi me hizo confiar en él, él me hizo sentir lo que hace mucho no sentía.

05 de octubre, 2003.

Estaba sentada en la banqueta mientras veía las hojas caer, las copas de los árboles se vestían desde un tono amarillento hasta uno rojizo, pasando de verde a aquellos colores, anunciaban que ya era otoño, la vista simplemente era hermosa, pero si tan sólo no hubiera pasado aquel accidente podría disfrutar de este momento.

Observaba cómo pasaban los autos sin detenerse, pensando, ¿Por qué el mundo era tan malo? Mi pequeña cabeza no podía comprender las cosas, estaba a punto de explotar y no sabía todavía cómo afrontarlo. De repente sentí un pequeño golpe en mi espalda y segundos después un cuerpo sobre mí, di un grito y me sacudí.

― ¡Ouch! ―salió de la boca de aquel niño que al parecer había chocado con mi cuerpo, era un poco alto y llevaba una camiseta blanca con un estampado extraño y pantalones de mezclilla.

― ¿Qué te pasa? ¿A caso no viste que estaba ahí? ―le musité molesta.

― Oye no es mi culpa que mi patín se tambaleara con la grieta que hay en la banqueta ―se excusó.

― Mentiroso ―dije aún molesta―. Cómo no ibas a ver ese hueco ―en ese momento vi cómo sacaba de su bolsillo derecho unos pequeños lentes, se los puso y luego abrió la boca.

― ¡Wooah! Eres linda ―levantó sus cejas―. ¿Cómo te llamas? ―se sentó a mi lado izquierdo.

― Lia Stone, ¿y tú? ―lo volteé a ver.

― Namjoon, Kim Namjoon ―sonrió dejándome ver unos lindos hoyuelos.

― ¿Y ahora qué?

― ¿Qué de qué? ―contestó tranquilo.

― No sé.

― Pues yo tampoco ―se colocó en una posición cómoda, sonreí.

― ¡Oooh! Qué bonitos hoyuelos tienes.

― No ―giré para que viera mi cara―. Observa ―volví a sonreír―. ¿Lo ves? Sólo tengo uno del lado izquierdo.

― ¡Woooaah! ―exclamó el niño fascinado―. Eso es aún más genial.

― Tal vez... ―susurré.

― Cuéntame, ¿Qué hacías aquí? ―dijo con una tierna mirada.

٭٭٭♥♠♣♦٭٭٭

Gracias por leer <3

UPDATE (30/08/2016): no se me ocurre nada para poner aquí como actualización so, Watson se despide hasta más tarde porque tiene que ir a la escuela, bai~

Watson.