3.

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Escucho el timbre y me despierto de golpe. Miro el reloj y marca las cinco en punto "esta chica era puntual" pienso mientras saco una sonrisa "¿desde cuando tienes buen despertar Iván?"

Me levanto del sofá y abro la puerta. Al otro lado aparece una chica guapísima con la cara que más había visto en lo que llevaba de día y me fijo que se había cambiado de ropa y ahora llevaba unos pantalones que le hacían un culo espectacular y una camiseta de tirantes.

-¿He estado invernando o vas en tirantes en Septiembre?- la miro con una sonrisa y la dejo entrar

-Hombre no iba a salir del edificio y no creo que tu casa este tan fría ¿no?

-Tu misma, sólo te digo que odió la calefacción, gasta mucho.-veo que me mira y me empiezo a reír.-tranquila, podrás aguantar el frío

Nos pasamos toda la tarde en el sofá después de haber acabado los deberes de matemáticas y estuvimos hablando sobre nuestras vidas. Por lo que parece ella vivía en Sevilla y se había mudado por asuntos de trabajo de su padre que era abogado, por eso el lío de la mudanza ya que el camión que les traía los muebles se perdió hasta en tres ocasiones y los muebles le llegaron dos días tarde. También sabía que lo acababa de dejar con su pareja con el cual habían estado juntos tres años y que la había dejado tocada. Cuando me hablo de su relación con su ex, Miguel, note en ella como cada vez se le humedecían más los ojos y no pude evitar abrazarla. Su historia con Miguel era bastante parecida a la mía quitando la manera en que yo deje a Paula.

Cuando nos quisimos dar cuenta eran las ocho de la tarde y me levanté hacia la cocina para coger un vaso de agua ya que tenía la boca seca de tanto hablar y reír con ella. Cuando vuelvo al comedor ella ya no estaba. Me quedo mirando el sofá donde ella estaba sentada cuando me fui a la cocina y escucho una risita. Me dirijo hacia mi habitación y ahy estaba ella tumbada encima de mi cama con un libro de fotos de cuando yo era pequeño.

-Eras súper cuqui de pequeño, ¿te lo habían dicho alguna vez?.- dice mientras no para de mirar el libro

-¿Era?.- la chica levanta la mirada y ve que le estoy mirando con el ceño fruncido, sabe que eso me ha dolido pero no puedo resistirlo y acabamos riéndonos los dos.- Me pregunto que tendrá este colchón que todas las mujeres que vienen a mi casa acaban en el.-veo como me mira con una sonrisa pícara y aclaro.- no mal pienses idiota, sólo amigas. Paso de mujeres ahora.


-Me tengo que ir, ya es tarde y mi madre seguro que ya habrá echo la cena y me estará esperando.-la acompaño hasta la puerta y nos despedimos.-Por cierto, y tu madre, ¿no viene hasta el viernes?

Durante toda la tarde que habíamos pasado hablando le había contado que mis padres están separados y que mi madre se pasa de lunes a viernes en casa de mi abuelo ya que este está enfermo y que mi hermana, que es 18 años mayor que yo, vive en el piso de encima mío con mi cuñado y mis dos sobrinos: Izan y Laia.

-Exacto, pero bueno, ¿Quien quiere una madre en casa cuando tienes una hermana cotilla que vive encima mío?.-los dos reímos.-Nos vemos mañana, sígueme en la moto antes de irnos al instituto que tengo que ir a buscar a David a su casa que vive dos calles más arriba. Mándame un Whatsapp cuando llegues a casa.-Los dos nos reímos y ella pica a la puerta de enfrente y me espero a que le abran la puerta para ver como entra, y así poder ver a su madre.

Una mujer de unos cuarenta años pero muy bien conservados abre la puerta y Laia, antes de entrar en su casa, se gira y me da un beso en la mejilla lo que hace que su madre me mire con una cara bastante graciosa cosa que hace que se me escapé una sonrisa y Laia entra en su casa.
"Como no va a ser guapa teniendo una madre así"

Antes de irme a dormir miro mi móvil, cosa que hoy no había tenido mucho tiempo y lo había dejado olvidado, y veo que tengo 1500 mensajes. Flipando, abro el Whatsapp y veo que, como cada año, habían creado un grupo de clase con todos los compañeros de clase. Normalmente esos grupos eran para decir los deberes y hacer alguna trampa con los exámenes pero yo seguía intentando averiguar como había gente que conseguía todos los números de gente que había llegado nuevos. Miro el grupo y estaban todos los contactos, todos menos Laia. Entonces escribí en el grupo:

-Falta Laia García en el grupo, ¿nadie tiene su número?

A los pocos segundos por lo menos diez personas habían escrito que "No" a mi mensaje, a lo que respondí:

-Dadme un minuto.

Salí de casa en pijama y timbré en casa de Laia. Me abrió un hombre alto, moreno, de unos cuarenta años y muy bien vestido.

-¿Perdona esta Laia?.-El hombre me mira y entra al piso. Al segundo veo a la chica con un pijama rosa con caras de la "Hello Kitty" lo cual hace que suelte una risa que se escucho por todo el rellano

-¡¡¡No te rías!!!.- miro a la chica y esta me mira con el ceño fruncido.- yo también me puedo reír con el pijama de viejo que me llevas

-Lo siento esque el pijama de la "Hello Kitty" lo tengo para lavar.-la miro y los dos reímos.- ¿me puedes dar tu número de teléfono?, han echo el grupo de la clase y estamos todos menos tú y no me da la gana que con la única persona que me llevo bien no copie en el examen igual que todos.

-No hace ni un día que nos conocemos, ¿como sabes que soy la única con la que te llevas bien?. Toma anda apunta mi teléfono "Yayo"

-Esque no me suelo llevar bien con los pijos y en nuestra clase el 75% son así y el otro 25% son nuevos, así que eres la única.- cojo el número de teléfono que me había apuntado en un papel y la miro.- perdona, ¿Yayo? A mi no me insultes Hello Kitty.-Los dos reímos y entro en casa.

Al entrar en mi piso cojo de nuevo el móvil y pasó el contacto de Laia por el grupo para que la añadan, no sin antes escribirle un mensaje por privado diciendole:

-Buenas noches rubia.

Los hombres también se enamoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora