Había pasado la primera semana después de las fiestas navideñas y, sinceramente, todo era lo contrario a como era antes de acabar las clases. Durante esta primera semana, Laia ya no se sentaba conmigo como había estado haciendo en los tres meses anteriores. Respecto a la chica, nuestra relación había desaparecido completamente. Ya no nos hablábamos cada vez que nos cruzábamos por los pasillos, ni siquiera íbamos juntos al salir de clase hacía casa. Ahora todo lo hacía con su nuevo amigo Christian. Y lo peor es que tenía que ver como me restregaba toda su relación con él en mi cara.
Estaba saliendo por la puerta del instituto para irme con la moto. Cuando cojo el casco de la pequeña maleta que tengo en la moto, me paro para ponerme el casco e irme a casa ya que el día había sido muy largo. Desde que volvimos de vacaciones no podía concentrarme de ninguna manera. Si antes ya me costaba concentrarme teniendo a la chica que me encanta a mi lado, ahora que la tenía en la otra punta no podía parar de mirarla en cualquier momento del día y sabía que eso me iba a costar muchos problemas en las notas de cara a Semana Santa.
Al llegar a casa, espero que el parking se abra para poder meter la moto y, una vez dentro, apago la moto y subo hacía mi casa. Mientras preparo algo para comer, escucho como mi móvil suena en ese momento y voy a buscarlo para ver quien era.
-Creo que mereces saber toda la verdad. Me siento muy culpable por lo que te paso con Laia. ¿Te parece bien quedar esta tarde y te lo cuento todo? Te estaré esperando en tu sitio favorito.
Ese mensaje era de Paula. De la misma chica que me besó en la discoteca. De mi ex. ¿Y me acaba de decir que merezco saber toda la verdad? No entiendo nada. Después de leerme el mensaje varias veces, le respondo:
-Como y voy para allí. Espero que lo que me tengas que decir valga la pena.
Sinceramente no sabia que decirle porque tampoco quería verla después de lo que pasó. Pero, ¿y si no la quería ver porque aun siento algo por ella? Desde la noche de fin de año, cuando paso lo del beso, la chica no paraba de hablarme a diario, de preguntarme cada día como estaba y en el instituto, cuando veía que me quedaba mirando a Laia como se besaba con Christian, era ella quien venía y me despejaba.
Una vez había acabado de comer y había fregado las pocas cosas que había usado, voy a mi habitación y cojo del armario una camiseta nueva. Cuando acabo de hacer las cosas, miro la hora que era y veo que llegaba tarde, por lo que le mando un mensaje a Paula para avisarle de que iba y me apresuro en bajar al garaje para coger la moto. Cuando llego veo como la moto rosa de la chica estaba aparcada en su sitio y no le doy más importancia y voy hacía mi moto.
De camino hacia el mirador donde había quedado con Paula, no podía dejar de pensar en Laia y en todo lo que había cambiado nuestra relación. Antes siempre iba con ella a todos sitios, no me separaba de ella en ningún momento y me encantaba pasar todo el día con ella. Pero ahora ya nada de eso existe. Todas las cosas que antes hacía con la chica de enfrente ya no las hace conmigo y todo por algo de lo que yo todavía no entiendo. Por eso creo que he quedado con Paula, para que me lo explique todo de una vez.
Estaba en la última curva que había antes de llegar al mirador. En cuanto la hago veo a la chica sentada en una roca, en mi roca, viendo todo el paisaje de la ciudad. Parece que la chica tiene la mirada perdida pero en cuanto aparco la moto, su mirada se fija en mi. Tenía los ojos vidriosos, se notaba que llevaba rato llorando y cuando bajo de la moto se acerca y me da un fuerte abrazo al que yo no respondo.
-Lo siento.-dice volviendo a llorar.
Cuando la chica dejó de llorar, o más bien la pude consolar, ambos nos sentamos y en ese momento Paula me cogió la mano y entonces me lo quiso explicar todo.
-Antes de nada, gracias por haber venido.- dice sacando una sonrisa entre las últimas lágrimas que le quedaban.-Quiero que sepas que yo nunca estuve de acuerdo pero no se porque lo hice.
-Pero, ¿me vas a decir que es lo que te preocupa?-digo para que se de algo más de prisa
-Bueno ¿te acuerdas de la fiesta de fin de año? ¿de cuando te di el beso? Bueno pues todo eso tiene una explicación. A Christian le gusta Laia desde el primer día que la vió, siempre que estaba con él nos lo pasábamos hablando de vosotros y, joder Iván, tu sabes que sigo enamorada de ti.- en ese momento las lagrimas volvieron a su rostro.-Por eso una tarde surgió la idea de que te besara delante de ella para que pasara lo que acabo pasando.
-¿Me estas diciendo que todo lo que pasó lo planeasteis para que rompiéramos?-no podía creerme lo que estaba oyendo. No podía imaginar que mi propia ex hubiera pensado hacer semejante cosa para que otra persona me quitara la novia.
-No se porque lo hice, solo se que acepté a hacerlo. Yo sigo acordándome de ti y verte con ella me mataba por eso quería que se fuera con él, porque tu eres mío, y no lo vas a dejar de ser.
Esas palabras no sabía como tomármelas. Por una parte la odiaba por lo que me había hecho y por como había estado desde fin de año por aquel beso, por el beso que ella me dio. Pero por otra parte sus palabras me gustaban. Lo había hecho por celos, porque después de todo lo que le hice aún le importaba y no me lo podía explicar el porque había seguido a mi lado desde que la dejé después de tanto tiempo.
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Los hombres también se enamoran
Roman pour Adolescents¿Qué pasaría sí un día llegas a casa de mal humor y te das cuenta de que algo a cambiado en tu alrededor, no sé, por ejemplo, que ha aparecido una vecina de la misma edad que tu en el piso de al lado y que te vuelve loco?