12.

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Después de haber dejado a mi sobrino en su casa, Laia y yo nos habíamos pasado toda la tarde juntos dando una vuelta por la ciudad. Según ella porque quería pasar tiempo conmigo poniendo la excusa del poco tiempo que habíamos pasado juntos en el hospital, pero yo sabía que era para joder a sus padres y en especial a su padre, por la discusión de anoche.

Cerca de las ocho de la tarde, llegamos a nuestras casas. Mi madre no estaba, se había ido a cenar con mi hermana y mi cuñado junto con los críos, lo que quería decir que tenía que cenar sólo, como de costumbre. Al acabar de cenar, el timbre suena y me dirijo a abrir.

-Tu hoy vas a pasar el menor tiempo posible en casa ¿verdad?-le pregunto a la chica rubia que había frente a mi puerta con un pijama corto y unos pantalones que le tapaban poco más del culo.- Y lo de fastidiar a tus padres parece que va enserio. Anda pasa.- dejo entrar a la chica y esta se tumba directamente en mi cama, cosa que hacia siempre cuando venía.

-Tengo frío.-me dice la chica metiéndose dentro de la cama.-¿Porque no te pones a mi lado?

Me meto con ella en la cama y moto como el cuerpo me empieza a picar. "Normal, hoy he puesto la calefacción por primera vez del frío que tenía, llevo un pijama que parece que me vaya a dormir al polo norte y encima un edredón en la cama. Sí después de esto no me asfixio soy inmortal."
Tengo que quitarme la camisa de pijama que llevaba para poder llevar este calor que tenía lo mejor que pudiera.
Cuando me meto en la cama, la chica se abalanza hacia mi y se pone encima mía, quedando pocos milímetros de distancia entre sus perfectos senos y mi cuerpo. La chica me empieza a besar desesperadamente, como si la vida le fuese en ello. En ese momento mi cabeza deja de pensar y sólo me concentro hacerla disfrutar todo lo que ella me deje. Me despojo de su camiseta mientras la beso, ahora estando ella debajo sin saber bien bien como habíamos cambiado de posición.
Mi mano derecha baja involuntariamente hacia sus pantalones, penetrandose en ellos mientras el beso cada vez se va extendiendo hasta su cuello. Una vd que mi mano pasa los pantalones, se dirige hacia sus bragas pero en ese momento una mano me detiene.

-Hagamoslo.

Una palabra, sólo una que hace que mis ojos se abran tanto sus piernas. La chica que tenía entre mis brazos era virgen y quería que fuera el primero. Mi mano sigue bajando hasta llegar hasta el punto más íntimo de la chica y empiezo a acariciarle la zona mientras los besos en el cuello siguen pero ahora por parte de ella, que para en todo momento por la excitación en la que se encuentra. Mis dedos entran porfin dentro de ella y ésta suelta un pequeño grito lo que hace que me encienda aún más y mueva mis dedos con más rapidez, lo que hace que la chica se empieze a mover al mismo tiempo que mis dedos.
Empiezo a bajar mi boca hacia sus perfectos senos y le quito el sujetador que me molestaba en el trayecto de bajada. Una vez quitado beso uno de sus pechos mientras con la otra mano empiezo a acariciarle el pecho que le queda libre. Después de un par de minutos besándole los pechos me doy cuenta que la mano que tengo dentro de ella ha dejado de funcionar hace tiempo, "normal soy hombre no lo puedo hacer todo", y empiezo de nuevo a moverlos mientras mi boca ya esta llegando a su abdomen.
Continuo bajando hasta llegar donde se encuentra mi mano desde el principio y sacó la lengua para tocar con ésta la parte que más le excita. Mientras con la lengua acaricio su clítoris y con los dedos entro y salgo de ella a mi ritmo, la chica empieza a retorcerse en la cama sin parar. Decido apartar los dedos y me dirijo a besarla, justo antes de empezar la actuación. Cojo un preservativo que tengo en uno de los cajones de la mesita de noche y me lo pongo mientras continuó besándola, y acto seguido introduzco mi miembro que lleva preparado desde minutos atrás dentro de ella.
La chica suelta un grito de dolor, lo que hace que por momentos pare mientras la chica va aguantando el dolor, pero sin sacar mi miembro, para que se vaya a acostumbrando. Poco a poco empiezo a moverme y a entrar y salir de ella mientras la chica cada vez aguanta mejor el dolor. Empieza a jadear de una manera que me enciende aún más y eso provoca que me empiece a mover de manera más agresiva haciendo que cada vez ella deje de gritar y se acostumbre a lo que le está entrando.

15 minutos después ambos estábamos en pleno éxtasis cuando ambos habíamos llegado al clímax máximo al mismo momento, llegando ella varias veces antes, cosa que hacia que cada vez que llegaba me calentara aún más y rugiera con más fuerza mis movimientos. Me incorporo justo a su lado, en un espacio entre mi cama y la pared y la abrazo una vez que me le he quitado la funda al arma.
Nos quedamos veinte minutos abrazados hasta que nos damos cuenta de la hora que es y decidimos vestirnos por sí llegara mi madre pero sin salir de la cama, quería estar con ella en esa situación durante bastante más tiempo.

Cerca de las diez de la noche, la puerta de mi casa se abre y mi madre entra dentro. Viene a mi habitación y nos encuentra a Laia y a mi con los móviles hablando con nuestra gente.

-Vaya, espero que no interrumpa nada.-dice con una sonrisa, pero sí realmente nos hubiera pillado en algo yo se que estaría muerto. Con suerte el preservativo estaba guardado en un lugar seguro.-Laia, ¿te quieres quedar a dormir? A mi no me importa y creo que a Iván menos, así que sí tu madre te deja puedes.

En ese momento a la chica le brillaban los ojos y se me queda mirando buscando la solución en mi.

-Por mi encantado, ¿pero tu padre crees que estará de acuerdo?-veo como la chica abre a su madre desde el teléfono y como habla con ella.

-Mamá, la madre de Iván me ha dicho sí me puedo quedar a dormir

-Pero hija, sabes que a tu padre no le hace gracia, bueno, ni a mi

-A vosotros no os hace gracia nada de lo que me pase con esta familia pero bueno, si no quieres pues nada, ahora iré a casa

-Hija, tienes razón, por una vez no pasa nada y encima estás en la casa de enfrente. Ya me encargó yo de tu padre. Pero no hagas cosas que te arrepientas. Te quiero.

La chica me mira y me sonríe.

-Puedo quedarme.

En ese momento la cara se me ilumina y la beso. Mi madre que seguía en la puerta de mi habitación tose para dar la nota y que sepamos que estaba allí, cosa que yo había olvidado sino no hubiera besado a la chica.

-¿Queréis cenar algo?-dice mi madre mirándome con una sonrisa. Ambos le contestamos con un "No" y ella se va hacia el comedor dejándonos a solas.

-Creo que ahora tu madre ya sabe que estamos juntos.-dice Laia riéndose.

-Te juro que no me acordaba que estaba enfrente mío.-digo riéndome junto con ella y aprovecho de nuevo para besarla.- Pero que más da, almenos podemos pasar la noche juntos.

Los hombres también se enamoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora