Laia
Necesitaba hablar con Iván sobre el tema de los besos. No podía aguantar más esta situación de querer besarlo a todas horas y que él me bese como sí nada.
-¿Que hacemos aquí?-me pregunta el chico bajandose de la moto y quitándose el casco.
-Tu me dijiste que venías a este lugar cuando estabas mal ¿no?-el chico me mira y espera a que le aclare lo que me había preguntado.- pues ahora soy yo la que necesita estar aquí y tu moto era la única manera de venir. El chico se ríe y no le doy importancia. Me dirijo hasta la piedra donde podía ver toda la ciudad y, en pocos minutos, el atardecer.
Una vez sentados los dos, le miro y no puedo evitar sonreír.
-¿Porque necesitabas venir a este lugar?-me quedo mirando al chico y este sigue.-Que pasa.
-Necesito hablar contigo. No se como empezar...-lo miro y veo como este no aparta sus ojos de mi.-siento lo que pasó ayer. Aunque tu digas que no te importo el beso a mi sí me molesto porque iba borracha y no quiero que pienses cosas de mi que no son. Y encima, el beso del garaje...me ha gustado, bastante. ¿pero de verdad quieres que sigamos así?-miro al chico y este agacha la cabeza.
-En sólo una semana has pasado a ser una parte muy importante de mi vida. Vivimos a dos metros y nos vemos en todo momento. Pasamos todas las tardes juntos y no paramos de reírnos y hacer estupideces hasta que uno de los dos se va a su casa. Por sí esto no responde a tu pregunta, si: quiero que esto siga así. Desde que me senté a tu lado el primer día de instituto no te he podido sacar de mi cabeza.-veo como el chico no para de mirarme y dejo que continue.-te quiero.
En ese momento me quedo mirando al chico y le sonrio. Sus palabras me habían provocado un nudo en la garganta que hacia que no pudiera hablar.
-Yo también te quiero.- me quedo mirando al chico y espero alguna respuesta del chico ya que esto era todo lo que podía decir. El chico se me acerca y me besa. Un beso lento, donde importa más que se pare el reloj y el beso no termine a que se termine y nos quedemos sin decir nada.
Al cabo de unos cuantos minutos, ambos nos separamos y nos quedamos mirándonos el uno al lado del otro. Iván me agarra de la cintura y me pone encima suyo quedándonos a pocos centímetros entre su boca y la mía.
Iván
Sinceramente el beso había sido uno de los mejores que había dado en mi vida. La chica besa estupendamente bien lo que hace que no tenga prisa por separar mis labios de los suyos y el tiempo parece que haya parado de golpe. Me la pongo encima de mi para poder abrazarla y poder tenerla más cerca de mi todo el rato que me apetezca tenerla. "O almenos hasta que nos tengamos que ir a casa" pienso mientras miro sus ojos verdes que tenían un brillo más especial de lo habitual, cosa que me gustaba más.
Después de unos 10 minutos aproximadamente, el sol empieza a desaparecer y reincorporo a la chica a mi lado para poder ver el atardecer. A mi no era nada que me impresionara ya que lo había visto bastantes veces pero a la chica parecía tenerle bastante impresionada ya que no quitaba mirada. El sol empieza a bajar y justamente se esconde entre medio de dos montañas que se juntan justo en el final de la puesta de sol haciendo que podamos ver desaparecerlo hasta el final. Antes de que el sol se vaya definitivamente, le giro la cara a la chica y la vuelvo a besar.
Nos dirigimos a mi moto y nos ponemos el casco para irnos ya hacia casa. Eran poco más de las 19:00, aún era temprano, pero al estar en invierno el sol se iba pronto lo que hacia que estuviera en casa pronto sí no quería conducir a oscuras.
En poco más de 20 minutos, llegamos a casa y espero a que se abra la puerta del garaje para poder entrar y aparcar la moto en mi plaza. Al llegar me bajó de la moto junto con Laia y esta se separa porfin de mi, porque desde que habíamos salido del mirador no me había soltado en todo el camino.-Definitivamente, odió ser copiloto en una moto.-me mira la chica y ambos sonreímos.-el próximo día conduzco yo o sino cada uno con su moto.
-Te recuerdo que esta mañana eras tu quien no quería conducir, por eso te he llevado yo al fútbol y te he traído ahora.-la miro y le doy un beso en la mejilla.-vámonos va, mañana hay instituto y anoche no dormimos nada. Estoy muerto.-bostezo y la chica aprovecha para saltar en mi espalda.
-Llévame va, estoy cansada yo más que tú. A mi me has despertado esta mañana mientras jugabas con la pelotita con tu sobrino, me lo debes.-me río y me entrego a la chica mi maleta que había llevado al partido con el casco dentro para que la lleve ella sí tengo que llevarla encima.
Llegamos al rellano y la bajo para que pueda picar a su casa y nos separemos hasta mañana por la mañana. Antes de picar se gira y me besa rápidamente para que no nos pillen. Justo al separar nuestros labios, mi madre abre la puerta y me la quedo mirando con una sonrisa.
-Nos vemos mañana rubia.-me giro y le guiño el ojo a la chica.-acuérdate que paso a por David antes de ir al instituto.
-Hasta mañana "Yayo".-la chica me sonríe y entra en su casa ya que la había abierto con las llaves.
Al entrar en mi casa, saco el casco de la moto de la maleta donde llevaba la ropa sucia y dejo el casco encima de la mesa del comedor mientras pongo a lavar toda la ropa sucia que llevaba en la maleta desde hacía horas.
-Veo que en esta semana me he perdido bastantes cosas en tu vida ¿no?-me dice mi madre mientras vuelvo al comedor para coger el casco y llevarlo hacia mi habitación.
-¿Por qué lo dices?-miro a mi madre que me estaba mirando y espero a que responda.
-La semana pasada llegaste del partido de fútbol cabreadisimo y acordándote en los familiares de algún rival con el que jugaste. Y hoy, mírate, llegas feliz. ¿Os enfrentabais a los últimos verdad? ¿Os han ganado de mucho?-miro a mi madre con cara de asco y esta se ríe.
-Para tu información la semana pasada llegue cabreado porque un tío casi me rompe la pierna sólo para hacerse el chulo delante de su novia que lo estaba viendo.-miro mientras me siento en el sofá para seguir la discusión."pero menuda paliza se llevo después" pienso antes de seguir hablando.-y sí hoy vengo feliz es porque hemos ganado lista. 1-0. Gracias a una asistencia mía. Y además mi relación con Laia es tan buena que no tengo motivos para estar enfadado.
-¿Ves como te dije que olvidarías a Paula?-la miro y frunzo el ceño.-Sólo necesitabas otra inspiración.-mi madre se ríe. Me estaba poniendo de mal humor como hacia siempre.-La verdad es que esta chica me gusta. Es guapa y se le ve inteligente. Espero que empieces a valorar más a la gente ahora.
-¡¡¡Pero tu te estas oyendo!!!-suelto cuando ya no podía más.-¿te crees alguien para decirme como llevar mi vida? Que sepas que no estoy saliendo con Laia, es sólo mi amiga. Pero no te voy a negar que me gusta y que me esta haciendo olvidar a Paula. Pero no vuelvas a decir que necesito a alguien a mi lado para valorar a la gente, ¿queda claro? Yo no necesito a nadie.-había explotado y ya no podía pararme nadie.-buenas noches.-me encierro en mi habitación y cojo el móvil para mirar todos los mensajes que tenía y responderlos.
Al abrir el Whatsapp, veo como en ese momento Laia me estaba mandando bastantes mensajes y aún seguía escribiendo.
-¿Que pasa? ¿Todo bien? Se te oye chillar desde mi casa
-Lo siento, mi madre siempre me saca de equicio
-Tranquilo.
No respondió nada más y, al estar enfadado, yo tampoco le escribí nada más. Simplemente me metí en la cama y cerré los ojos. Eran sólo las 20;00 pero, entre el enfado con mi madre y que anoche no dormí nada, para mi el día había acabado ya.
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Los hombres también se enamoran
Teen Fiction¿Qué pasaría sí un día llegas a casa de mal humor y te das cuenta de que algo a cambiado en tu alrededor, no sé, por ejemplo, que ha aparecido una vecina de la misma edad que tu en el piso de al lado y que te vuelve loco?