Décimo tercera parte: I don't like play.

81 8 2
                                    

El paseo con Shane en la moto fue silencioso y distante, no hubo ni cosquillas ni enfrentamientos. Yo lo prefería así, ya que no quería acabar en una cuneta... Bueno, si había.

Nada más llegar, él bajo rápido de Lulu y entro directamente a casa de su tía. En lo poco que pude ver de su cara, distinguí su expresión enfadada, seria, malhumorada y marcada. Dio un portazo que inclusó me asusto, y fue entonces cuando lentamente bajé de la moto.

Voy llendo hacia el hogar de Ruth y Cinthya que está totalmente iluminado.

Cuando entro todas las miradas están puestas en mí, pidiéndome un explicación y culpándome por alguna cosa que yo no he hecho, o al menos, no queriendo.

- ¿Qué ha pasado Hope? -pregunta por fin Ruth.

Yo no sé qué contestar. No he hecho nada. Puede que me echen de este lugar por una tonta rabieta de Shane, y simplemente no he hecho nada. Además odio este horrible sitio, no conozco a nadie, si intentaba buscar mi lugar me he perdido aún mas. Esto es un mierda, mi vida es una mierda. ¿Qué he hecho para merecer esto?

Los ojos se me humedecen, y el corazón se me parando poco a poco. En la placa A+ podría ir a mi habitación pero aquí no tengo ni eso. ¿Cómo podía creer que esto iba a funcionar?

Miro hacia los lados para comprobar que nadie me mira, siento que estoy cayendo sobre mí misma, y tampoco veo a nadie que quiera ayudarme.

Recuerdo dónde estaba el baño, y ya con lágrimas en las mejillas me voy corriendo hacia allí, intento taparme la cara, pero no sirve mucho, ya que notan como lloro.

Me encierro en el cuarto, y me aislo gracias al pestillo. Aunque, por su apariencia, da la impresión de que si hacen mucha fuerza no resistirá.

Me siento en el retrete, sin pensar en los microbios que hay allí. Apoyo mi cabeza entre mis manos, a la vez que sollozo con todas mis fuerzas. No me puedo sentir más inútil.

- Hope, ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? -pregunta una voz del exterior que no consigo adivinar a quién pertenece.

- Sí, me siento un poco mareada. Ahora salgo, no os preocupéis. -consigo decir.

Oigo pasos lejos de la puerta, y me siento más relajada. Con la espalda curva me seco las lágrimas, me froto los brazos intentando alejar el repentino frío que siento y doy un largo suspiro. Ya no puedo hacer nada mas. Hice una decisión, tengo que superarla.

Antes de salir me miro al espejo, para no parecer una loca, y después de arreglarme un poco el pelo y secarme la cara, abro la puerta.

Todos están con la misma expresión que antes, pero ahora más preocupados. Me resulta raro, cuando esto me pasaba, mi madre no estaba allí, y si estaba, me miraba con cara de desprecio. Y mi padre se encontraba de viaje de negocios. Es una sensación satisfactoria, la de sentirse amada. Creo incluso que estoy mejor aquí que allí. ¿Cómo puedo ser tan bipolar?

- ¿Te encuentras mejor?

- Si Ruth, gracias. Es sólo un poco el mareo de subir por primera vez en una moto. -explico con una tímida sonrisa.

- Si queréis tu y Cinthya podeis acostar a las niñas, después tendrás que dormir en la habitación de mi hija.

- Mejor que dormir en un sofá.

Las dos reímos.

- Pues vamos. -ordena la rubia.

Annie tambaleándose y Lizzie con cara de enfadada se dirigen al dormitorio. Es un poco más pequeño que el de su casa, pero mucho más acogedor. Tenía cosas de niña, peluches, varitas, coronas...

Spirit. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora