Décimo séptima parte: "Don't worry."

67 7 2
                                    

En cuanto sus labios apenas rozan los míos, vuelvo a sentir esa maldita y adictiva satisfacción. Su mano se apoya en mi mejilla acariciándola dulcemente.

Cuando nos separamos, inmediatamente quiero más. Los dos nos miramos en silencio.

- Creo que deberíamos besarnos otra vez, eso no ha sido ni un beso -argumenta Shane.

- Estoy de acuerdo.

Esta vez nos besamos con mucha más pasión, estamos más cerca y así podemos tocarnos entre nosotros. Todo es una batalla, y los dos queremos ganarla. Sus manos inspeccionan todo mi torso, mi cuello y todo lo alcanzable para él. Por mi parte, revuelvo su rígido pelo que tanto deseaba tocar.

Me muerde suavemente el labio y se aparta, dejándome impactada.

- No ha estado mal -digo sin creermelo.

Sus besos no me dejan pensar con claridad. O puede que sea el sueño. Puede que las dos cosas, pero quiero más, a pesar de que "nos odiamos" y todo eso. No me importa. Quiero más.

- No esperaba tanto de ti.

- ¿Seguimos? -sugiero sin procesar lo que estoy diciendo.

Antes de que me deje acabar la frase, volvemos a la misma posición antes.

La temperatura de mi cuerpo sube y la misteriosa sensación se vuelve intensa. Quiero más de él. No es suficiente todavía. Ladeo un poco la cabeza para que él pueda alcanzar mejor mi cuello y pequeños mordiscos y apasionados besos son depositados en mi piel. Yo no me he sentido más bien en mi vida. Sólo puedo cerrar los ojos y disfrutar de ese placer.

Sacándome de mis pensamientos, oigo un fuerte ruido y siento como Shane se despega de golpe.

¿Por qué? ¿Por qué el destino nos odia?

Cinthya está plantada en la puerta con los brazos cruzados bajo su pecho, apoya su peso en la pierna derecha y muestra una traviesa sonrisa.

Casi sin intención, miro a Shane de reojo y él la mira con la misma expresión que yo. Ojos bien abiertos, boca ligeramente abierta, labios rojos a causa de los besos, un pequeño rubor en las mejillas que le da una ternura que no tiene...

- No puedo creérmelo. Mi primo el ligón, con la doña perfecta y dulce Hope.

- No es lo que parece -consigo decir.

- Oh, claro. ¿Me estás diciendo que alguno de los dos se había atragantado o algo así, y el otro lo estaba salvando? -pregunta casi riendo.

- Es complicado -susurro con la cabeza agachada.

- C, no es de tu incumbencia, así que acompaña a Hope a dormir. Mañana nos levantaremos pronto.

De repente, él ha adoptado su tono autoritario, el mismo que usa con Lizzie y Annie. No me puedo creer que ya se le haya pasado. No me puedo creer que su corazón siga latiendo al mismo ritmo después de esto.

Me quedo mirando extrañada e indignada a Shane. ¿Por qué se comporta así?

Podría estar discutiendo todo el día con él sobre ese cambio tan brusco de humor, pero después de calmarse las mariposas de mi interior me afecta demasiado el sueño. Y tampoco son horas, podríamos despertar a alguien con nuestros gritos.

Me levanto suavemente y, sin mirar a Shane, me dirijo a la puerta mientras murmuro:

- Vámonos Cinthya.

La bajada de adrelalina me da un buen golpe y me duermo al instante.

- Hope, ya es hora -anuncia Cinthya.

Siento cómo se hunde un hueco a un costado. Se ha sentado y me mueve con la mano para que abra los ojos.

- No quiero -murmuro.

Siento cómo un líquido frío cae por mi cara y camiseta.

- ¿Qué haces? -grito indignada.

Me levanto casi al instante y me miro la camiseta, que ahora está pegada a mi cuerpo.

- Shane me lo avisó.

Cierro los ojos para tranquilizarme, pero cuando escucho su risa los abro, para ver cómo sale corriendo por la puerta, hasta el pasillo.

Ha sido lista al irse porque no hubiera parado de arrancarle mechones de pelo, no hasta que la viera calva.

Salgo corriendo en la misma dirección que Cinthya ha tomado momentos antes.

- Hola Hope, qué bien que nos acompañes en el desayuno -saluda Ruth.

La mesa ya está ocupada por Lizzie, Annie, Shane y Cinthya, los cuales me observan. Me siento en el único lugar vacío, a la vez que me pongo bacon y huevos en el plato.

- ¿Estás mojada? -pregunta Lizzie un poco asqueada.

No puedo evitar reírme al pensar en el doble significado de la pregunta, haciendo que me eche una mirada algo extraña.

- Una de las grandes técnicas de tu prima para despertarme -contesto con una sonrisa.

Nos vestimos, y otra vez me Cinthya se ve obligada a dejarme la ropa. Empiezo a sentirme un poco mal por el hecho de que me tengan que dejar algo para taparme.

- ¿En serio no te importa que me lleve estos vaqueros?

- No importa. Además, tú rellenas más los pantalones y te marca las curvas -argumenta.

Asiento por el cumplido, y los meto dentro de la bolsa de ropa que utilizaré los próximos días.

- ¡Ya nos vamos! -exclama Ruth.

Me llevo la mochila a la espalda y sonrío mirando a Cinthya, en forma de agradecimiento. Realmente aprecio todo lo que ha hecho por mí, incluída la parte del atrevimiento o verdad.

- Gracias por todo.

- No es nada Hope, me ha encantado conocerte, y espero verte en el Forrest Festival -me guiña el ojo.

Tal vez echaré de menos su forma de ser, quién sabe.

- ¡Cinthya, Hope, vamos!

Seguimos las ordenes de Ruth y vemos que ya están fuera de casa.

- Siempre las últimas -nos riñe-. Quiero que lleguéis bien allí, así que si queréis volver a beber agua mejor. No quiero que os de algo mientras camináis.

Ruth se preocupa tanto por todos nosotros... Es adorable y lo que toda hija quiere tener, o al menos lo que yo quiero tener. Mi madre no tiene nada que hacer contra ella, no importa el dinero que tenga.

Después de abrazos, besos y un poco de lloros por parte de Ruth, emprendemos nuestro camino.

Para mi sorpresa, las niñas van delante nuestra, haciendo que entre nosotros haya un gran espacio. A penas las oímos hablar, y queramos o no, los dos nos sentimos incómodos.

- En cuanto a lo de anoche... -decido empezar.

- Yo lo dejaría en un juego. No tenía un gran significado, así que hagamos como si no hubiera pasado y estemos como antes. ¿No quieres eso?

Shane me deja un poco alucinada. En realidad eso es lo que la razón me dicta, pero sin embargo dentro de mi corazón esperaba un "Me encantó, podríamos quedar a para cenar y tener hijos". Me río yo sola al escuchar las fantasías que se crean en mi cabeza.

- ¿Qué pasa? -pregunta él.

- Nada, y me parece genial esa idea.

Shane me da una sonrisa de aprovación y vuelve su vista al horizonte.

Spirit. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora