Duodécima parte: The war.

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Comemos ensalada y bistec, mientras Simon y Shane hablan sobre negocios. Momentáneamente me siento como si volviera a estar en una de las cenas de mi padre, a excepción de que de vez en cuando levantaban la voz más de lo necesario.

Gwendolyn conseguía relajar a Simon con un simple movimiento de la mano, como si estuviera adiestrado. Era increíble. Sin embargo yo, cuando Shane gritaba, no hacía nada. No podía hacerlo. Sabía que me miraría mal y que se enfadaría conmigo.

Cuando llegamos al postre, podías notar el aburrimiento en los ojos de la otra chica y yo. A veces nos mirábamos, mostrábamos una sonrisa y continuábamos nuestro recorrido observando a otro sito.

- Creo que es suficiente Shane, las chicas estarán cansadas. -informa Simon.

- Es cierto. -afirma mi "novio".

Gwendolyn, sin razón aparente, comienza reírse y moverse locamente. Pobre de Shane. Como estire un poco más las manos le dará en la cara.

- ¡Para Simon, sabes que tengo cosquillas en la rodilla! -grita en forma de orgasmo.

Shane y yo nos miramos con la misma expresión reflejada en nuestros rostros. La de asco.

- Voy al baño, ahora vuelvo. -dice el creador de cosquillas.

- Yo te acompaño, amor. -responde la que las recibe.

Cuando están bastante lejos, me meto un dedo en la boca y produzco un sonido similar a cuando vomitas.

- Es repulsivo.

- Esa es la razón por la que no tengo novias de larga duración. -murmura él.

En algun momento de ese minuto pausado siento cómo una parte de mi piel empieza a arder. Miro hacia abajo y veo que es la mano de Shane la que me produce eso. Seguramente estará apoyada casualmente en ese lugar.

No sé por qué, pero me estremezco. Mi corazón late más rápido. Es parecida a la sensación de cuando le estaba colocando la pajarita, pero esta vez con más intensidad.

Por intuición y para mi desgracia, Shane siente que algo cambia en mí y se gira a verme.

- ¿Qué te pasa? -pregunta con el ceño fruncido, extrañado.

- Nada. -consigo decir mientras me derrito por dentro.

No me cree, y después de mirar varios sitios del salón, se da cuenta que es por la posición en la que está su mano.

- Oh. ¿Te molesta que ponga mi mano en ese lugar?

Me lanza una sonrisa pícara y siento cómo su orgullo crece.

Si me llegara suficiente sangre a la cabeza y a las extremidades, podría darle un puñetazo, o soltar algo que le avergonzara. Pero en ese momento toda la sangre se concentraba en no acercarme a él y en no besarle.

- No.

- Y si hago así... ¿Te molesta?

Acaricia mi pierna con su dedo índice, pero la sonrisa perversa no desaparece de su cara. Ahora mismo le besaría para quitársela.

- Por supuesto que no.

Siento como una luz se enciende como si fuera una bombilla en mi cabeza, y se me ocurre una idea. Por una acción milagrosa, tengo suficientes fuerzas para levantar la mano y colocarla en su pierna, a una altura similar a la que él había usado para poner su mano en mi pierna.

Siento que también se encoge un poco, y ahora su sonrisa triunfadora pasa a mi cara.

- ¿Te pasa algo, Shane? -pregunto yo, haciéndome la inocente.

Él se pone terriblemente serio y enfadado.

- ¿Quieres jugar?

- Yo no juego a nada, he colocado mi mano cerca de tu rodilla, como tú has hecho. ¿Qué tiene eso de malo?

Me mira fijamente invadiéndome con sus oscuros ojos mientras, poco a poco su sonrisa vuelve a aparecer. En ese momento pienso que ese gesto no puede ser nada bueno para mí.

Se acerca lentamente a mí, echa parte de mi pelo al otro lado y susurra en mi oído:

- Para mí no tiene nada de malo.

Está claro que le gusta verme débil. Consigo respirar sin que se noten las dificultades, a la vez que un escalofrío recorre cada parte de mi piel.

Oímos unas risas al fondo del restaurante, y al girar la cabeza, vemos que Simon y Gewndolyn se dirigen hacia aquí de nuevo.

Paramos nuestro provocativo juego, y nos comportamos como debemos. O almenos yo.

- ¿Queréis algo más? -pregunta Simon cogiendo a su novia por la cintura.

- No, gracias. Será mejor que nos vayamos a casa ya. Se hace oscuro. -digo mientras me levanto.

- Cierto. -me secunda Shane.

Cuando él está de pie, me coge de la cintura y me acerca más a él, como si de verdad fuéramos novios.

Mierda. ¿Por qué no me dejará de tentarme?

Spirit. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora