Capitulo dos

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Al día siguiente, mi madre entro a mi habitación con la intensión de despertarme pero yo ya estaba lista, me había levantado muy temprano para terminar de alistar todo.

Me estaba colocando una chaqueta negra encima de mi camiseta blanca en frente al espejo y entonces vi a mi madre detrás de mi sonriendo.

— Sorprendente —expresó— primera vez que veo que te levantas por tu cuenta.

— Ja, Ja —reí sarcásticamente— realmente estoy nerviosa mamá, no lo empeores.

— Emma —susurró poniendo sus manos en mis hombros— ¿Todo bien? Te conozco, se que esos nervios no son solo por la Universidad.

Ella me conocía más que yo misma podía conocerme, no podía mentirle por más que quisiera. Porque, no me gusta hablar de temas que me entristecen.

— Esta todo bien mamá —me arriesgue a mentirle.

— No me mientas, ¿Es sobre Cameron cierto? Ayer estabas preocupada por tener que dejarlo y luego solo decidiste hacerlo. ¿acaso ocurrió algo? —preguntó sentándose al pie de mi cama esperando paciente una respuesta.

Entonces me voltee a mirarla, cruce ambos brazos abrazándome a mi misma y la mire fijamente.

— Discutimos  —dije sin dar rodeos.

La preocupación podía notarse, yo no era buena fingiendo.

— ¿Pero te iras estando mal con él? —pregunto frunciendo el ceño insinuando que era mala idea.

— No me queda más —respondí encogiendo mis hombros— mira su ventana, a permanecido cerrada desde ayer, si el hubiese querido que las cosas se arreglaran me hubiese hablado.

Entonces ella me miro fijamente mientras negaba de una forma muy delicada. Esa típica mirada de madre que intenta obligarte a hacer las cosas bien.

— Puedo ver como tu corazón se rompe. —dijo rompiendo el silencio que habíamos creado.

— Quizás sea así, pero termino mamá, él jamás entenderá lo importante que es esto para mi, así que es final.—dije para después tomar mis cosas y bajar las escaleras.

Mi padre me estaba esperando en su auto afuera, él me llevaría a tomar mi vuelo para llegar más rápido.

— ¡Vamos Emma, apresúrate! —oí gritar a papá mientras sonaba su corneta más de cinco mil veces.

Mi madre estaba abrazándome, diciéndome que me cuidara mucho, que tuviese cuidado... Ya saben, las típicas inquietudes maternas.

— Ya mamá —gruñí quitándomela de encima— estaré bien, créeme...

— Prométeme que me vas a escribir si ocurre cualquier mínima cosa —habló tomando mis manos impidiéndome ir al auto mientras papá aun continuaba sonando su molesta corneta.

— Mamá basta —repetí harta— lo haré, quédate tranquila.

Entonces ella me soltó después de dar un suspiro y me lanzo un beso al aire.

La aprecio muchísimo, aprecio que se preocupe por mi y ella lo sabe. A pesar de que mi ordinaria forma de agradecérselo sea horrible.

Narra Cameron

Yo estaba caminando por el living mirando mi celular cuando vi a mamá asomada por la ventana espiando.

— ¿Qué demonios haces? —pregunte haciéndola sobresaltar y esconderse tras las cortinas.

MI VECINO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora