Capítulo II
Dos meses después.
Hoy vuelve Vero, estoy muy emocionada pues ya me hacía falta, aunque pasé tiempo con vane, Javier y isa todas las vacaciones, Vero es como mi hermana y pensar en que tendría que empezar nuestro último año sin ella presente me carcomía la mente. Hoy a las doce vendrá a mi casa después de tanto tiempo sin vernos, mi madre preparó un almuerzo para recibirla, pero si sigo caminando de un lado a otro esperando a que sea la hora, estoy segura de que terminaré haciendo un hueco en el suelo.
Sonó el timbre y yo corrí a abrir intentando no matarme al bajar las escaleras a esa velocidad.
---- ¡Amiga! - Gritó Vero con una sonrisa tan grande que parecía cubrir toda su cara.
---- Te extrañe demasiado, ni te imaginas. - Grité al verla
---- Yo igual, tengo tanto para contarte. - Me grito en el oído mientras me apretujaba.
---- Necesitaré un tímpano nuevo después de ese chillido. - Le dije entre risas.
Pasamos y saludó a mi madre quien la esperaba ansiosa, después de no verla en casa por un largo tiempo.
---- Cariño, me alegra tanto verte. - Dijó mi madre en cuanto la vio.
---- Doña Gylma. - Río y estiro los brazos hacia mi madre para darle uno de sus apretujones, el cuál mi madre correspondió.
Compartimos el delicioso almuerzo que mi madre había preparado para recibir a Vero, preparó espaguetis a la boloñesa, puré de patata, verduras al vapor y horneó un postre de chocolate, que no tardamos mucho en acabar. Definitivamente mi madre se había lucido y Vero estaba feliz, para conquistar a Vero, hay que conquistar primero su estómago y mi madre lo hizó. Vero nos contó acerca de su viaje, mientras la mirábamos expectantes, estuvo en París, Roma, luxemburgo e incluso en Londres, compartiendo con sus padres y su Hermanito, aclarando nos una y otra vez que lo detesta y que es insoportable en todos los sentidos, y con conversaciones de ese tipo estuvimos por un par de horas.
---- ¿Dónde está Ian? - Me preguntó cuándo subíamos las escaleras.
---- Está en mi habitación. - Respondí aligerando el paso para pasar por la estrecha curvatura de la escalera.
Al llegar al pasillo que se dirigía a cada una de las habitaciones, escuchamos un par de risas y vimos unos hermosos ojos azules que nos miraban desde la puerta de mi habitación, mientras intentaba sostenerse del marco para no irse al suelo.
---- Ian! ¿Cómo estás precioso? - Le dijo vero mientras lo atrapaba entre sus brazos, dando un par de vueltas para divertirlo.
Ian empezó a reír a carcajadas, dando un par de aplausos, hasta que Vero lo depositó nuevamente en el suelo.
---- Me pienso quedar eh, así que ni sueñes con que te dejaré en paz. - Aseguró Vero tratando de parecer sería, lo que fue un acto fallido porque terminamos riendo como un par de focas con epilepsia.
---- Ya descanse bastante de ti, así que bienvenida a mi habitación, le puedo ofrecer un cuarto con cama doble y una cuna con bebé incluido o una habitación para huéspedes con cama sencilla y soledad absoluta. - Dije imitando al encargado de un hotel.
---- Creo que tomaré la primera opción. - Dijó entre risas, mientras me seguía la corriente
*PDV' VERONICA*
Hoy agradecí mucho volver a ver a valen, pasamos una tarde muy agradable, comimos supremamente delicioso y compartimos bastante, cosa que no hacíamos desde antes de que me fuera. Y aunque hoy me emocioné mucho al verla, también sentí que algo se rompía en miles de pedazos al verla, simplemente no se cual sea la mejor manera para describir cómo se veía, esta muy delgada, sus brazos siempre están cubiertos y simplemente no puedo dejar de pensar en lo delgada que está, hoy llevaba una ombliguera de color rosa y al mirarla podía ver no levemente sino muy marcados los huesos de su cadera y clavícula. Sé que esta agotada de luchar y de intentar ser fuerte porque aunque ella no me cuenta lo que le duele, simplemente sé que hay algo que poco a poco la esta matando y me muero de sólo pensar en perderla.
---- ¿Estas muy delgada sabes? - Suelto de repente.
---- Lo sé. - Susurra valen, concentrándose en abrigar bien a Ian para que se duerma.
---- No es suficiente que me digas que lo sabes, quiero que hagas algo al respecto. - Le digo molesta.
---- Sabes mejor que nadie que no puedes esperar nada de mi y tampoco puedo prometerte que comeré porque simplemente son muy pocos los días en los que siento hambre. - balbuceó intentando contener la mirada contra el suelo para no mirarme.
---- Un día tendrás que contarle a alguien lo que te pasa, guardarte las cosas te destruye de a poco. - le digo y le lanzó una sonrisa triste.
Asintió y me lanzo una corta mirada que reflejaba tristeza y dolor.
*PDV' VALENTINA*
Después de lo que me dijo Vero, nos tiramos en la cama en absoluto silencio y no pude evitar llorar un par de lágrimas, por que sé que simplemente no le puedo contar nada a ella, es una historia muy larga y está escrita con sangre. No estoy, ni estaré lista nunca, para revivir ese suceso en mi memoria para poder contarla.
Voltee a mirar a Vero para asegurarme que no me había visto soltar un par de lágrimas y me tranquilice al ver que se había quedado dormida.-----°-----°-----
Nuestro sueño fue interrumpido tras escuchar el fuerte llanto de Ian. Me tire de la cama de inmediato para acudir a él. Estaba muy sobresaltado así que supe que había tenido un mal sueño y tras un par de mecidas se volvió a dormir.
---- ¿Qué hora es? - Preguntó Vero molesta, mientras cubría su cara por completo con una almohada.
---- Son las cuatro de la mañana. - contesté y ella soltó un gruñido exasperado.
---- Hace meses lo estás sacando de tu habitación, ¿puedo saber porque sigue aquí?... Tengo que recordarte que está casa tiene cuatro habitaciones y que sólo están usando dos. - Me dijo aún molesta, sin quitar la almohada de su cara.
---- No estoy lista aún. - susurré.
---- Te recuerdo que no eres su madre. - gruñó y se giró para darme la espalda.
---- No pido que me entiendas. - Refute y me giré para darle la espalda.
Y no lo hacía... porque ni ella, ni nadie lo podía entender.
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Lágrimas De Sangre.
Teen FictionValentina una adolescente de dieciséis años de edad que sufre de constantes depresiones y esconde un pasado muy oscuro, un pasado que ni su madre a podido descubrir. Valentina ha sabido callar su pasado, pero conocerá a un chico en el momento menos...