3 ¦ Culpabilidad

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La noche caía y Taehyung armaba mucho escándalo en la cocina. Jimin se asomó para ver si podía ayudar en algo. El mayor se acercó a él y le revolvió el pelo.

-¿Puedes poner la mesa? Me está estresando la comida.

Jimin asintió y mientras la colocaba canturraba la última canción que se le había pegado.

-¿Por qué cantas esa cosa horrible? -le preguntó Taehyung, sentándose frente a él en la mesa.

-¿Cómo llamas horrible a Taemin? A mí me parece un gran cantante...

-Sigues estancado en tus diecisiete, Jiminnie. Deberías madurar tus gustos musicales. -empezó a reírse Taehyung.

Los primeros meses la broma hacia gracia, pero después de tantos años a Jimin ya le cansaba que no dejara de meterse con sus gustos.

-Te ha quedado muy bien el arroz. -dijo Jimin, cambiando de tema.

-Me alegro, esta vez me he esmerado. Pronto será el cumpleaños de mamá, ¿qué podemos regalarle?

El cumpleaños de la supuesta suegra de Jimin se acercaba y todavía no sabían qué hacerle de regalo. Habían estado pensando multitud de cosas últimamente, pero ninguna idea salía a la luz.

-Bueno, me voy a ir ya a la cama. ¿Te vienes ya? -preguntó Taehyung, recogiendo los platos de la mesa.

-Creo que me quedaré un rato despierto.

-Como quiera usted, señor.

Aquel comentario le sonó tanto a Hoseok que por un momento pensó que era él.

¿Cómo podía ser que Jimin se sintiera tan culpable de no poder quitarse a ese chico de la cabeza? ¿Cómo es que le había llamado tanto la atención?

Taehyung dormía plácidamente en la cama mientras Jimin miraba por la ventana del salón a una ciudad llena de luces y con un precioso faro en la lejanía.

Los dedos de Jimin jugaban con algo que sólo lo hacía sentir más culpable. La foto que había de Hoseok en su cartera.

Sí, la había tomado prestada.

No sabía cuándo volvería a verlo, pero así tenía por seguro que no se iba a olvidar de su cara.

Dejó un momento de jugar con la foto y se sintió extraño. La miró una última vez y luego se maldijo. No entendía qué estaba pasando.

Recordó que Taehyung ya dormía y enseguida fue a reunirse con él. Se movió con su silla sigilosamente, como ya sabía, por toda la casa hasta la habitación. Se situó en el borde de la cama y, con ayuda de los brazos, se subió a ella. Taehyung notó cuando se subió y se removió, despertándose.

-Jimin... -gimió en sueños- Me duele tanto la espalda...

Jimin se arrimó a él y se acurrucó a su cuerpo bajo las sábanas. Los brazos de Taehyung rodearon sonámbulos el torso del menor.

-Buenas noches, Tae... -susurró Jimin, y besó suavemente sus labios.

HopeMin ➼ DiscapacidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora