13 ¦ Humillación

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A mitad de semana Jimin quiso intentar que lo hicieran.

Se moría de ganas por tocar a Taehyung, pero nunca encontraba un buen momento. Como el humor de este había ido mejorando exponencialmente a medida que pasaba la semana, Jimin pensó que era el momento.

Llevaban tantísimo tiempo sin hacer nada de eso... Por lo menos medio año.

En cuanto llegó Taehyung a casa, Jimin ya estaba mentalmente preparado. Estaba en el salón, totalmente visible para el ahora sorprendido Taehyung.

Se quitó la camiseta y la tiró al suelo. Taehyung supuso que estaba tratando de seducirlo, y se tapó la boca para ocultar su sonrisa.

—Tae... Estoy muy cachondo. —dijo Jimin, jugando con la cinturilla de su pantalón.

Taehyung no pudo aguantarlo más y se echó a reír.

—¿A qué viene esto, idiota? —le dijo, entrando al salón.

Jimin se sintió un poco ridículo.

—Si quieres follar sólo dilo, tonto. No hace falta que hagas este espectáculo.

Taehyung le dio un beso en la frente y llevó las cosas a la habitación.

Jimin, algo decaído, fue hasta la habitación y se quedó mirando desde la puerta a Taehyung.

El mayor sonrió y le hizo un gesto con el dedo de que se acercara. Jimin se impulsó hasta llegar frente a Taehyung, quien se agachó para mirarlo de frente.

—Cariño, tú sabes que esto ya es imposible.

Jimin tragó saliva.

—Quiero decir —se intentó explicar Taehyung—, cada año te cuesta más llegar al orgasmo, ya hemos probado todas las posturas que podíamos, que son poquísimas,... No te preocupes más, ¿vale? Te sigo queriendo.

Jimin asintió y Taehyung acarició su pelo.

—Voy a cenar, si quieres ven.

Salió de la habitación, dejando a Jimin solo. Este maldijo, después de mucho tiempo sin hacerlo, a sus inútiles piernas que sólo le porporcionaban un inútil cuerpo.

Admitía que a Taehyung ya no le excitara como antes su cuerpo. Sus piernas estaban esqueléticas, también era verdad que cada vez le costaba más llegar al orgasmo y, si a eso ya añadimos lo de probar cosas nuevas...

Pensar que Taehyung ya ni siquiera quería intentarlo fue el detonante de la bomba.

Estoy muerto para él.

En la mesa, el móvil de Taehyung sonó, y este dudó sobre si colgar o descolgar. Era Katerine otra vez. Le había advertido que no le llamara en ese horario, pero la chica no aprendía.

Al final contestó la llamada, asegurándose de que Jimin no los escuchaba.

—¿Qué quieres?

—A ti. ¿Por qué no vienes esta noche? —Su voz era algo grave.

—No va a ser posible, no estoy en horas de trabajo. —respondió Taehyung, fingiendo.

—¿Estás en casa?

—Ajá.

—Ya entiendo, el bicho vegetal ese está ahí, ¿no?

Bicho vegetal no es la mejor expresión, pensó Taehyung.

—Por favor... Ven.

Taehyung rodó los ojos y suspiró. Se moría por echar otro polvo.

Se levantó de la mesa sin terminar la cena y se abrigó.

—¡Jimin! Salgo por el trabajo, ¿vale? Volveré de madrugada.

Jimin vio cómo se iba.

Se sintió una auténtica mierda.

HopeMin ➼ DiscapacidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora