10 ¦ Conexión

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Hoseok acompañó a Jimin hasta su casa. Lo ayudó a subir las escaleras y le preguntó la razón por la que no ponían una rampa.

—Quién sabe... El dinero.

—Pero Jimin, esto es inadmisible. Necesita una rampa.

—Es una batalla perdida, Hoseok —rió Jimin—. No importa. Tae suele estar siempre conmigo para ayudarme.

De nuevo Hoseok oía el nombre de Taehyung, la pareja de Jimin. A veces le costaba imaginárselo. No tenía una sola idea de qué cara tendría.

—Jimin, ¿podría enseñarme algún día una foto de su novio?

A Jimin le hizo gracia el tono tan curioso que llevaba su pregunta. Pero al escucharla, recordó el interrogatorio de Taehyung. Recordó que le había levantado la mano. Recordó sus gritos y sus sospechas.

Hoseok notó enseguida que la expresión de Jimin había cambiado.

—¿Jimin? —llamó su atención.

—¡Oh! —exclamó él—, perdona. Me había distraído. Claro, un día te enseñaré una foto.

Hoseok sonrió satisfecho y se despidió de Jimin. El mayor miró su figura irse desde atrás y una sola duda ocupó su mente.

Esto no es sospechoso, ¿verdad?

***

No habían pasado ni treinta minutos y Hoseok ya se estaba planteando ponerle un mensaje a Jimin.

Estaba tirado en la cama, envuelto entre libros, tratando de concentrarse. Pero no podía, todavía quería preguntarle cosas a Jimin.

Se estuvo debatiendo entre si escribirle o no durante diez minutos y, al final, optó por escribirle.

Jimin estaba tumbado en el sofá comiendo patatas cuando recibió el mensaje. No se lo esperaba.

Hobi:
Entonces...
¿Le ha caído bien
mi familia?
(22:37)

Yo:
¿Y esto?
Si lo hemos hablado
en el camino.
¿O ya no te acuerdas?
Jajajaja.
(22:37)

Hobi:
Era para confirmar.
Jimin, yo...
(22:37)

Yo:
Tú...
...
...
(22:39)

Hobi:
Me ha hecho muy feliz
que viniera hoy a casa.
(22:41)

Hoseok dejó caer el móvil en su cara sólo para espabilarse. Le estaba costando mucho decirle una cosa tan simple. Sólo quería decirle que le había hecho realmente feliz su interés por conocer a su familia, y quería agradecerle que se hubiera portado tan bien con ellos.

Era un hombre de letras, cuyo mayor don era la escritura, y ni siquiera era capaz de escribirle eso sin sentirse subnormal.

Jimin, por su parte, se emocionó. Le alegraba no haber sido un estorbo. La conversación con Jinna reapareció en su cabeza.

Yo:
A mí me ha encantado ir.
Tu familia, ya sabes,
me parece increíble.
Tienen el ánimo muy alto
y eso siempre es importante.
Me alegra que tengas una
familia así, Hoseok.
Sois especiales.
(22:44)

Hobi:
Wow...
(22:45)

Yo:
Aunque tengo una pregunta
que no te he hecho antes.
¿Por qué Luda me llama
Señor Jimin?
(22:45)

Hobi:
Oh, eso...
Le agregué así al móvil,
jajajaja.
Soy un poco malo.
(22:45)

Yo:
Lo sabía...
¡Tú con tal de chinchar!
(22:45)

Hobi:
Pensé que le haría gracia.
(22:46)

Yo:
Pensaste bien...
(22:46)

Hobi:
¿Cómo me tiene
agregado?
(22:46)

Yo:
Te puse Hoseok, pero
recién te acabo de cambiar el nombre. Me ha gustado
cómo te llama Luda,
así que me he agenciado
el apodo.
(22:46)

A Hoseok le dio un vuelco el corazón. Imaginarse a Jimin diciendo "Hobi" lo hacía sentir pequeño. Era desde luego, un apodo muy cariñoso, y sólo se lo llamaba su hermana, y Yoongi a veces de broma.

Se llevó las manos a la cara y sacudió su cabeza. Rodó en la cama y se quedó bocabajo, ahogándose con la almohada. Cuando levantó la cabeza, sus mejillas ya estaban enrojecidas.

—Jimin no puede llamarme así... Qué vergüenza. —dijo, y se hundió en la almohada de nuevo.

Recibió un nuevo mensaje de Jimin y se obligó a demorarse en mirarlo, aunque se moría de ganas de hacerlo, para no parecer tan desesperado.

Señor Jimin:
Hey, no me dejes en leído.
Y por cierto...
Puedes tutearme, en serio.
(22:48)

Hoseok le volvió a dejar en leído por no saber qué contestarle.

Aunque Jimin fuera tan solo ocho años mayor que él, se sentía con la necesidad de tratarlo de usted. Si no, lo consideraría una falta de respeto, y no quería faltarle el respeto a nadie.

Tal vez un día. Si llegaba el día en que fueran muy cercanos, tal vez lo empezaba a tutear.

Quería asegurarse de no ir muy rápido. No quería perder a un posible amigo. Se consideró egoísta cuando pensó eso, así que se olvidó del tema, regañándose a sí mismo y llamándose "escoria".

Pero después de regañarse, la sonrisa de Jimin se le vino a la cabeza.

Volvió a rodar por la cama, nervioso.

Se sentía muy ridículo.

HopeMin ➼ DiscapacidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora