HopeMin ➼ Discapacidad

37 ¦ Novedad

Descubrieron las maravillas del Skype ese verano también. Por fin podrían ver a Jinna todas las veces que quisieran a lo largo del año.

Namjoon se manejaba un poco mal con las tecnologías, así que tuvo que ir Yoongi a casa para ayudar. Luda se sentó en su regazo y lo molestó todo lo que pudo y más. Mientras, Jimin cocinaba la comida con ayuda de Hoseok y presumía de sus dotes de cocinero, recientemente adquiridas gracias a Jinna.

Todo mereció la pena cuando en la pantalla del ordenador salió la imagen de la madre.

Hacían esas videollamadas tres veces a la semana, y esperaban siempre ansiosos a la siguiente.

***

El calor del verano los obligó a ir a la playa, un plan que a Luda le encantaba. Llevó a dos de sus amigas aquel día que fueron, para poder jugar a las palas. Se divertían en el agua mientras Namjoon trataba de broncearse y Hoseok tenía sumo cuidado para no manchar su libro de arena.

—No sé por qué te traes el libro a la...

—Si vas a volver a preguntarme eso —dejó ver sus ojos tras las gafas de sol—, Jimin —se las volvió a colocar—, te meteré el libro por la boca.

—Fácil y sencillo.

—Exacto.

Jimin se quedó mirándolo un rato más.

—Te ves muy guapo cuando lees.

Hoseok le lanzó el libro a la cara.

Jimin lo receptó rápido y por suerte no hubo accidentes indeseados.

—¿Estás loco? —le dijo— Se podía haber caído al suelo.

—Si quieres jugar a ser impredecible, yo también sé jugar. —dijo Hoseok.

—Por favor, idos a un hotel. —gruñó Namjoon, con la cara contra la toalla.

A Hoseok se le tiñeron las mejillas de rojo.

—Ya estás con tus rubores. —le dijo Jimin, sonriendo.

—Es el sol.

—¿También me apartarás la mirada? —bromeó Jimin, riéndose ahora.

Hoseok se levantó de la toalla y fue a quitarle el libro a Jimin. Luda gritó sus nombres en ese momento.

Al parecer ya venían a recoger a sus amigas y ya no tenía con quien jugar.

Namjoon, hasta los mismísimos cojones de aguantar a tanto joven gritando, se levantó y, sin previo aviso, cogió a Jimin en brazos.

Jimin empezó a gritar que lo devolviera a su silla. Suplicó ayuda a Hoseok, quien no paraba de reírse.

—Namjoon, el agua estará helada. —dijo, tiritando ya sólo de pensarlo.

—Hay que refrescarse un poco, Jimin.

Y dicho esto, lo dejó en la orilla, donde el agua pudiera mojarlo cada vez que viniera una ola.

—¡Está helada! —gritó el pelirrojo.

—Señor Jimin, ¡no sea un quejica!

—Pequeñaja, ven aquí. —le dijo, y la atrapó entre sus brazos.

Cuando vino una ola, Jimin se tumbó para quedarse a ras del suelo y la niña tragó tanta agua como él.

Luda empezó a quejarse y escupir y Jimin a reírse.

Hoseok llegó rápidamente hasta donde ellos estaban. Se sentó frente a Jimin y vio cómo Luda se adentraba un poco en el mar, con las palas en las manos, en busca de olas.