24. En el congelador y el Bicho de cupido

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Riley POV

¿Dije lo que creo que dije?
¡Le acabó de decir a Sebastian que me gustaba! ¿¡Por qué mierdas dije eso?!

*Porque te gusta Dah *

No me gusta

*Si te gusta *

No me gusta

*Si claro, sigue diciendo eso. Por cierto te informo que sigues sentada en el abdomen de Sebastian *

Como te odio eh.... Fulanita 

–¿Escuche bien? –dijo Sebastian –¿Dijiste "Tu también me gustas "?

–¡No! Yo dije –piensa ratica –
Tu también me asustas. ¡Mira un Pandacornio!

Salí corriendo como si no hubiera mañana hasta donde carajo me llevara el camino.

Alice POV

Estaba en la cafetería y  estaba vasia. Me metí en la cocina y la recorrí con la mirada y vi otra puerta con un cartel que decía "No pase, solo personal autorizado "

–¿Quien te crees para decirme que hacer, cartelista de mierda? –Dije señalándolo

Saqué un pasador de mi cabello e intente forzar la cerradura, pero nada.

–¿Que haces? –dijeron a mis espaldas.

–Nadie le dice a Alice Smith que no hacer –dije señalando la puerta.

–¿No sería mejor utilizar las llaves? No lo se, solo digo. –dijo alzando los hombros y señalando un clavo donde estaban guindadas unas llaves.

Tome las llaves e intente con la primera, nada.  Segunda, nada. Tercera ¡Bingo!

La puerta se abrió y un viendo frío hizo que temblara, entramos  a lo que parecía ser un congelador.

–Esto parece Narnia –dije y vi como de mi boca salía un humo frío.

El lugar no era  muy ggrande y tenía varios estantes alineados a la perfección y llenos de comida congelada.

Me acerqué hasta la pared  y encontre la parte de chucherías. Habían oreos, snickers, pudines y la cosa más hermosa y sensual de la historia Nutella.

Agarre un pote y lo abrí, hunté mi dedo  en nutella y lo llevé a mi boca. Gruñí,  estaba deliciosa

–¿Tu comes con el cachete o con la boca? –dijo Thomas

–Ambas –dije y el se acercó a mi, yo instintivamente doy varios pasos hacia atrás, protegeré a toda costa mi néctar de vida.

–Tienes algo –dijo y levantó su dedo índice e hizo un círculo grande –Aquí.

Él acerca su mano y yo retorcido hasta que choco con algo frío.

Lo siguiente que vi fue todos los estantes Callendoce  rápido y en cadena hasta golpear la puerta, esta posteriormente se cerró. Una palabra, tres sílabas, seis letras.

–Mierda –dijimos al unísono

*****

–Día 1 enterrados en el congelador. Llevamos tres horas congelándonos los mocos. No se si mi celular resista hasta el día de mi muerte, solo le queda 30%de batería... –sollocé a la cámara de mi celular.

Thomas  y yo estábamos en un rincón arropados con hojas de lechuga congelada. Él tenía un brazo sobre mi hombro y yo estaba recostada de su pecho.

Somos unas P.U.T.A.S  (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora