53. Sólo adiós.

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Alice POV

No tenía ganas de voltear cuando Riley se sentó, así que no lo hice. Ella es mi hermana al fin y al cabo, dicen que la familia es la familia y siempre tiene que personarse, sin importar los errores que hayan cometido, pero esa frase la inventó alguien al que seguramente su hermano le había quitado un pedazo de pastel. Esta discusión no era por un pedazo de pastel.

Riley POV

No dormí en todo el viaje pensando en lo que le diría a Alice. Ella se ve fuerte, divertida, atrevida, pero es frágil, y yo tengo miedo de romperla, de nuevo, pero si iba a hacerlo tenía que romperla, ella no me dejaría ir con facilidad, al menos yo no lo haría si todo fuera al revés.
El avión aterrizó, Alice estaba completamente dormida mientras el sol salía en el horizonte, tuve ganas de despertarla, pero ella no quería tener nada que ver conmigo hace unas horas y no creo que haya cambiado cambiado de parecer. Me levanté y le dí una última mirada, si iba aceptar la propuesta de Benny, ella no podía tener nada que ver, no otra vez.

Fruncí los labios y negué con la cabeza, esto lo tenía que hacer sola.

Casi nadie se había bajado, ninguno de los chicos llegué al asiento 6B y, efectivamente, ahí estaba un único bolso beige. Me aseguré que nadie me estuviera viendo y abrí ligeramente el bolso. No se cual fue la sensación que me invadió, tal vez alivio, o miedo, o avaricia.

Miré sobre mi hombro y ví que Sebastian estaba varios metros atrás, me hizo una señal con las manos para que esperara, pero lo miré a los ojos durante un momento, él  lucía confundido mientras mis ojos enrojecían. Tenía que dejarlo atrás también.

Cerré los ojos con fuerza y salí del avión, sintiendo lágrimas caer por mis mejillas, no las limpié. Corrí hasta dentro del aeropuerto sin mirar hacia atrás. Dolía, simplemente dolía como el demonio.

*¿Cómo vas a hacerlo, Riley?No puedes sólo olvidarlos, son tus amigos, tu novio, tu hermana...*

Iba a aceptar la propuesta, lo haré aunque eso haga que me separé de ellos. Si no la aceptaba Benny podía volver, insistiría en que aceptara, amenazaría a mi familia de nuevo. Era mejor sólo aceptar y hacer lo que ese bastardo quisiera, no pondré la vida en peligro de mi hermana de nuevo.

Encontré un taxi y solicité que me llevara a la Universidad de Spotligh, necesitas darle una última mirada a ese lugar, sólo con la excusa de necesitar más ropa. Después de eso me encontraría con Benny en Minnesota para conversar sobre los trabajos...

Bajé del auto. Lo que estaba apunto de hacer podía marcarme por el resto de mi vida, algo me decía que apenas entrara, nunca podría salir. Una vida sin Alice da miedo. A ella la quiero, la quiero lo suficiente como para irme. Tal vez ella necesitará una explicación, saber la verdad sobre Berlín, pero no podía decírselo, ella ya no confiaba en mí y sólo decirle que ahora iba a irme a trabajar con el hombre que mató a nuestros padres... Bueno, ni siquiera puedo imaginarlo.

Abrí la puerta de la habitación 513  y me quedé de pié en el marco. Dios mío, tantos recuerdos. Era maravilloso. Cerré la puerta detrás de mí y tropecé con la pata de la cama de Kate, maldición, había olvidado lo atravesada que estaba esa cama. Me hubiera gustado encontrarme con Kate, pero ella no estaba, posiblemente estaba en casa de sus padres, después de todo era fin de semana. Me encaminé al armario y sonreí, así se sentía la melancolía. Kate había lavado la ropa de esa espuma verde que hizo que termináramos en casa de Alexa.

Una pequeña mochila estaba doblada y comencé a guardar ropa adentro a toda velocidad, Alice podía llegar en cualquier...

–¿A dónde vas?– dijo esa voz desde la puerta.

Somos unas P.U.T.A.S  (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora