𝖆𝖈𝖙 𝖔𝖓𝖊: 𝖈𝖍𝖆𝖓𝖌𝖊𝖘

9.8K 669 69
                                    

PRIMER ACTO​:cambios

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

PRIMER ACTO​:
cambios.

      Amber Mane tomó su usual atajo hacia la escuela, uno que incluía pasar cerca de un viejo laboratorio abandonado, del que se rumoreaba que había sucedido un gran accidente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

      Amber Mane tomó su usual atajo hacia la escuela, uno que incluía pasar cerca de un viejo laboratorio abandonado, del que se rumoreaba que había sucedido un gran accidente.

      Sin embargo, Amber no solía creer en los chismes que se compartían en la pequeña ciudad del oeste. Ella había aprendido por experiencia propia que no todo era verdad cuando un rumor de que ella consumía drogas se había expandido en su escuela y, por ende, en toda la ciudad. Amber odiaba el hecho de vivir en una ciudad tan pequeña, donde todos sabían todo sobre todos.

      La morena caminaba tranquilamente. La música golpeaba sus oídos con fuerza cuando sintió unos brazos sobre sus hombros. Si no acostumbrara a escuchar sus canciones favoritas tan alto para ignorar al mundo, se hubiera enterado que, detrás de ella, un grupo de chicas de la escuela junto con sus novios corrían hacia ella.

      Amber sabía que, el día anterior, había metido la pata al enfrentarse contra los más populares y reconocía que hoy sería un complicado día. Pero, ella nunca pensó que, por el simple hecho de defender a una joven pequeña de las burlas de la opresora sociedad, la llevaría a cambiar su vida para siempre.

      Los chicos, que eran conocidos por ser buenos en los deportes, cargaron a Amber en sus brazos y se encaminaron al abandonado laboratorio. La morena gritó y pataleó pero, lo único que podía escuchar, eran las burlas y risas de sus compañeros de clases. Cuando se dio cuenta de a donde la llevaban, comenzó a gritarles insultos. Ella sabía que ellos creían en todas las palabras que se repetían en las bocas de los habitantes y, pensar que ellos eran capaces de hacer eso, hizo que su ira aumentará.

      Tiraron a Amber al suelo y cerraron la puerta. Ella se levantó rápidamente e intentó salir, pero le fue imposible. El grupo de chicos se las había ingeniado para trancar la puerta y evitar que salga por ese lado. La morena se veía obligada a recorrer todo el apartamento si quería salir de allí. Amber se acercó al interruptor e iluminó la sala.

      —Gracias por no cortar la electricidad—, murmuró. A menudo hablaba consigo misma para mantenerse tranquila cuando se encontraba sola y nerviosa.

      Se adentró al lugar, encendiendo las luces a medida que entraba a una nueva habitación, y se maravillaba por las curiosas cosas que encontraba en el lugar.

      —Es increíble todas las cosas que abandonaron aquí por ese accidente. Seguro que esto vale bastante dinero—, comentó mientras sostenía un elemento entre sus manos que, aunque no tenía idea de lo que era, reconocía que lucía sofisticado.

      Amber volvió a poner el artefacto en su lugar cuando vio un reflejo en otra habitación. Curiosa, se acercó a esta. Intentó encender la luz, pero esta no funcionaba. Frunció el ceño y se decidió a avanzar igual ya que, gracias al resto de las iluminadas habitaciones, podía ver algo. Se acercó a una mesa con más, para ella extrañas, herramientas. Se tropezó con algo que, cuando miró al suelo, se dio cuenta que era uno de las tantas herramientas que se encontraba repetitivamente en las diferentes salas. Lo tomó y lo apoyó en la mesa cuando sintió algo húmedo. Por reflejo, alejó rápidamente la mano.

      Movió sus dedos y sintió que era algo pegajoso y baboso. Acercó su mano a su cara, para poder olfatearlo y, el olor la atontó un poco.

      Confundida, se decidió a salir de allí para observar el material con sus propios ojos bajo la clara luz. Cuando llegó a la otra habitación, notó que la materia era de un color extraño, el cual, en realidad, no sería capas de definirlo nunca.

      — ¿Verde? ¿Amarillo? No lo sé—, balbuceó antes de desplomarse en el suelo. Mientras caía, intento aferrarse a la mesa, pero lo único que logró fue tirar las herramientas científicas al suelo. Fue por un golpe de suerte que nada le haya caído encima y herido.

 Fue por un golpe de suerte que nada le haya caído encima y herido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
QUAKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora