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• SEGUNDO ACTO •CAPÍTULO TRECE:TRAMPA

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• SEGUNDO ACTO •
CAPÍTULO TRECE:
TRAMPA.

                    Amber se levantó con un terrible dolor de cabeza y, sin tener ganas de hablar con nadie, fue directo al baño, con la intención de ducharse

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                    Amber se levantó con un terrible dolor de cabeza y, sin tener ganas de hablar con nadie, fue directo al baño, con la intención de ducharse. Se tomó su tiempo y sólo salió cuando el agua fría comenzó a molestarle. Se envolvió en su toalla y maldijo cuando se dio cuenta que no había traído ropa y las prendas que llevaba puestas anteriormente las había echado por el tubo de la lavandería que yacía en el baño.

      La castaña, sin contar con otra opción, envolvió su cuerpo en una toalla después de haberse secado, y salió caminando de allí. Iba a doblar en uno de los pasillos cuando se vio obligada a parar de golpe o, de lo contrario, chocaría con Victor.

      —Oh, hola. Temo que no nos hemos presentado formalmente—, sonrió Victor, una sonrisa que no causaba confianza en lo absoluto —. Soy Victor von Doom—, dijo, extendiendo su mano.

      —Si, hola. Soy Amber Mane—, se presentó la castaña y estiró la mano, con la intención de estrecharla, pero Victor la tomó y besó la palma de su mano. Amber lo miró, extrañada, y sacudió levemente la cabeza —. Bueno, tengo que irme.., a ponerme algo de ropa—, dijo, intentando alejarse pero Victor tiró de su mano.

      —Oh, pero yo esperaba poder conocernos—, dijo Victor, aún la sonrisa en sus labios —. Tal vez, incluso, ser amigos.

      —Será en otro momento, en serio necesito ir a vestirme, me estoy helando aquí.

      —Eso es una lástima. Me gustaría mostrarte en lo que estamos trabajando—, insistió Victor cuando Amber sintió alguien detrás suyo y la tomó por la cintura.

      —Ya escucho a la dama, dijo que será luego—, habló firmemente Peter y Victor, después de mirarlo mal, se despidió gentilmente de Amber —. ¿Qué va mal con ese tipo?

      —No lo sé—, contestó Amber —. Ni siquiera lo conozco—, negó y ambos volvieron a caminar en dirección a su habitación.

      —Entonces.., que noche la de anoche—, bromeó Peter.

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