𝟬𝟮𝟮 vienna

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• CUARTO ACTO •CAPÍTULO VEINTIDÓS:VIENNA

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• CUARTO ACTO •
CAPÍTULO VEINTIDÓS:
VIENNA.

                    Amber Mane caminaba entre la multitud de personas, su cabeza baja y sus brazos abrazando su pecho mientras intentaba mantener la calma

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                    Amber Mane caminaba entre la multitud de personas, su cabeza baja y sus brazos abrazando su pecho mientras intentaba mantener la calma. Se encontraba en un edificio de la ONU para poder firmar el Acuerdo de Sokovia.

      La castaña se encontraba realmente nerviosa y agradecía infinitamente el hecho que Peter se mantuviera en secreto aún, ella no quería que su mejor amigo se viera envuelto en la situación.

      —Disculpe, ¿señorita Romanoff?—, preguntó una mujer y Amber observó a esta hablando con la espía de cabellera rojiza. Pronto, se acercó a ella. No la conocía en lo absoluto, pero en está situación prefería estar con alguien. Se suponía que Reed la acompañaría, pero éste tuvo una fuerte discusión con Sue, por lo que prefirió quedarse y pensarlo un poco más.

      — ¿Sí?—, miró Natasha a la mujer de forma cordial antes que está le entregará unos papeles.

      —Tiene que firmar esto—, señaló la mujer y la pelirroja firmó antes de levantar la vista y encontrarse con Amber.

      —Hola—, saludó Natasha y le dedicó una suave sonrisa, Amber alzó las cejas pero le devolvió el gesto. La mujer no parecía ser la más agradable del mundo, por lo que le sorprendió su reacción.

      —Oh, señorita Mane. Usted tiene que firmar aquí—, señaló la mujer y Amber procedió a realizar lo pedido.

      —Gracias—, asintió Amber después de entregarle el bolígrafo y la mujer se retiró con una sonrisa.

      —Supongo que no estamos acostumbrados a ser el centro de atención—, una gruesa voz captó la atención de ambas chicas, las cuales se voltearon para encontrarse con el príncipe de África, T'Challa.

      —Bueno, no siempre es algo halagador—, contestó Natasha y Amber tragó saliva. Ya se encontraba nerviosa de ante mano, la presencia de alguien de la realeza sin duda no mejoraba.

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