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• PRIMER ACTO •CAPÍTULO UNO:una llamada

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• PRIMER ACTO •
CAPÍTULO UNO:
una llamada.

      Johnny entró al laboratorio de Reed en cuanto él salió del edificio

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      Johnny entró al laboratorio de Reed en cuanto él salió del edificio. Se había quedado sólo en el lugar y aprovecharía el momento para fisgonear y ver si encontraba algo interesante que pudiera utilizar para entretenerse un rato.

      No encontraba nada y, cuando estaba decidido a retirarse y salir a dar una vuelta en uno de sus lujosos vehículos, un ruido lo hizo saltar en su lugar. Suspiró cuando se dio cuenta que era el celular de Reed y este se lo había olvidado sobre el escritorio.

      —Eres bastante olvidadizo para ser un genio, Reed—, sonrió el rubio. Se acercó y tomó el celular para fijarse quien era el que se molestaba en llamar al científico —. Oh, General Hager—, canturreó y dio un vistazo por el lugar —. Debe ser algo importante como para dejarlo esperar—, se encogió de hombros y contestó —. Aquí, Johnny. ¿Qué sucede?

      —Storm, ¿dónde se encuentra Richards?

      —Nuestro querido genio esta muy ocupado en este momento, ¿qué puedo hacer por usted?—, preguntó y, al no obtener respuesta, agregó —. Oh, vamos. Reed y yo trabajamos juntos, no es como si fuera una clase de villano malvado que quiere dominar la Tierra—, comentó con una sonrisa, aunque se sentía dolido porque el General no confiará como lo hacia con Reed.

      Hager suspiró cansado en el celular y aclaró la garganta —. Señor Storm, este es un asunto serio y, si no piensa tomárselo con seriedad, sugiero que me pase con cualquiera de sus compañeros de equipo.

      —Seriedad, entendido. Dispare—, no borró su sonrisa cuando escuchó resoplar al General.

      —Una chica estuvo en contacto con una gran cantidad de químicos y radio-actividad recientemente. Pensamos que no sobreviviría a tal cantidad, pero lo hizo.

      —Bueno, feliciten a la chica de mi parte. Esa es una historia que contar—, asintió Johnny, sin entender el punto de la conversación.

      —Señor Storm—, volvió a resoplar el hombre —. Se supone que no tendría que abrir los ojos, pero lo hizo. Y ella sufrió bruscos cambios al despertar—, concluyó y Johnny, al entender, abrió levemente la boca, pero permaneció callado —. Después de discutirlo, hemos concluido en que lo mejor sería mandarla con ustedes. Sabemos que el Doctor Richards ha hecho un gran trabajo con ustedes mismos, por lo que pensamos que eso sería lo mejor que podríamos hacer. Por supuesto, nosotros iremos de vez en cuando a observar sus progresos y necesitamos que nos informen de todo lo que suceda. Sin importa que tan pequeño sea el detalle, necesitamos saberlo.

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