𝟬𝟭𝟮 drunk

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• SEGUNDO ACTO •CAPÍTULO DOCE:BORRACHA

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• SEGUNDO ACTO •
CAPÍTULO DOCE:
BORRACHA.

                    Amber rió mientras le daba otro sorbo a la botella, dejándola vacía para que Peter pidiera otra

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                    Amber rió mientras le daba otro sorbo a la botella, dejándola vacía para que Peter pidiera otra. El barman tomó una botella y esta se le resbaló de las manos. Todos esperaron escuchar el sonido del cristal rompiéndose cuando Amber alzó su mano y la botella quedó a mitad del trayecto. El barman, después de mirar asombrado a la chica, tomó la botella y la colocó frente a ellos.

      —Esta se las invito—, murmuró el chico de cabello pelirrojo antes de atender a los demás.

      Amber miró a Peter con una sonrisa y, cuando noto el asombro en su rostro, ella levantó las cejas.

      — ¿Por qué eres tan fantástica?—, susurró a su oído, provocando que Amber riera.

      Un grupo de chicos compraron varias botellas y le pidieron a Amber que hiciera algo con ellas. Y la chica, después de asentir, alzó las manos y levanto algunas, mientras que otras explotaron. Los vidrios fueron contenidos por ella misma, mientras que el líquido bañó a los clientes. Mientras eso sucedía, Peter mordía la oreja de Amber y sus manos viajaron por su espalda, hasta llegar a su espalda baja.

      Todos chillaron en emoción cuando terminó el espectáculo y Amber se dio la vuelta, encarando a Peter.

      —Que tengas que esconder tus poderes apesta—, se quejó la castaña, haciendo puchero —. ¿Nunca pensaste en hacerte público?—, agregó, acercándose de más a su amigo.

      Peter sonrió cuando sus narices se rozaban y asintió. En realidad, si había pensado en ello.

      —Pero la tía May tendría que afrontar las consecuencias.

      —Nosotros dos podríamos protegerla. Nosotros dos podríamos hacer un gran equipo.

      — ¿Dejarías a los demás por mi?—, preguntó Peter y la castaña asintió con una gran sonrisa en el rostro. Peter se inclinó hacia ella, con la intención de besarla cuando la chica cayó del asiento y, gracias a sus poderes, no se rompió la cara contra el piso.

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