Enséñame a besar ©

013. No salgas con él

013

No salgas con él

Vamos Leila, no te duermas ahora.

Es la última hora de clases y solo quiero salir corriendo. Física no me desagrada, para nada, pero a cada segundo que pasa mis ojos se cierran. Mi cabeza, poco a poco, va cayendo hacia adelante y mi cuerpo se acuesta inconscientemente sobre la mesa. Quizá no es que tenga sueño, sino que esté aburrida.

La verdad, solo pienso en llegar a casa de Nick

Es obvio el porqué, ¿no?

Después de abandonar la enfermería —bastante acalorados, debo agregar— me retuvo en la puerta y me susurró tres palabras "Hoy, tercera clase" ¿En qué más voy a pensar, sino?

Mi corazón no deja de acelerarse cada vez que imagino lo que puede pasar en la clase de hoy. Benditas lecciones de besos. Bendito Nick. Benditos besos sobre mi cuerpo...

—Ese maldito de Teddy le puso me gusta a todas mis fotos de Instagram ayer, ¿Qué clase de coqueteo es ese? En mis tiempos los chicos te hablaban a la cara y se sonrojaban para pedirte una cita. No te acosaban a base de likes.

Oh, lo olvidé, en Física me toca con Jamie y ha estado hablando los últimos treinta minutos de Teddy, el amigo de Alex y bueno... me he perdido la mitad del monólogo.

—No existe un "En mis tiempos" para ti Jamie. Tiene diecisiete. Estos son tus tiempos. — La rubia resopla y hace un puchero.

—Pues qué mierda de tiempos estos, quiero un chico que me coquetee directamente... ¿Cómo te invitó a salir Jackson?

—Me agarró en el pasillo y dijo que le gustaría salir conmigo... o algo parecido.

—¿Ves? Te lo dijo a la cara.

—Sí, pero mira como resultó ser el chico — ella asiente en silencio.

—Pues sí, es un imbécil.

—Pues sí — repito.

Trato de volver a poner atención, pero ya han aparecido tres nuevos ejercicios en la pizarra y estoy totalmente perdida ¿Punto cruz? ¿Punto qué? Odio a la chica de verde al frente de mí, casi puedo ver el humo saliendo de sus oídos. Vamos chica de verde, al menos alguien de nosotros debe resolverlos. Si tan solo pudiera ver lo que ella está escribiendo...

—... ¿Leila? — pregunta una tímida Jamie.

—¿Uh?

—¿Puedo preguntarte algo? — juguetea con su lápiz rosa.

—Claro — termino de escribir y me concentro en ella.

—¿A ti... te gusta Nick? —me congelo.

—¿Ah?

Me quedo mirándola, sus ojos son un azul casi celeste, consumidores, amenazantes. Me recuerdan a los de Lucas. Es una Jamie decidida. Una Jamie que quiere escuchar mi respuesta mientras aprieta con fuerza su lápiz rosa, es como si tuviera miedo y sé por qué. Si algo sale mal, nuestra amistad se arruinará. Y todo será mi culpa.

—Jamie... — mi voz es casi un murmullo —. No lo sé. — Bajo la cabeza avergonzada—. Lo siento, de verdad no lo sé.

Siento como si estuviera a punto de llorar. Jamie coloca su mano sobre mi muslo y sus ojos con miedo se dulcifican.

—Leila, perdón, no quería preocuparte, pero... realmente no es algo que pase desapercibido, por nadie... desde tiempos ancestrales — ironiza.

—¿De qué hablas?