052. ¿Estás drogado?

2K 121 65
                                    

052

¿Estás drogado?

Me quedo mirando unos segundos mis mensajes de texto y reprimo una sonrisa. Si bien está molesto con Lucas, aun encuentra una forma de hacerlo gracioso. No hemos tenido ninguna discusión sobre mis sentimientos por Lucas desde que fui a su casa ese sábado por la mañana y le dije que lo elegía a él sobre cualquier cosa. Nicholas nunca más volvió a ponerlo en duda, ni siquiera una pregunta al respecto.

Por eso, no entiendo por qué desde hace un mes Lucas está empecinado en molestarlo conmigo.

Doy media vuelta y miro a Lucas con las manos en jarras. Él me da una mirada inocente y mete sus manos a los bolsillos de sus shorts negros deportivos holgados.

–¿Por qué lo molestas tanto? ¿Acaso quieres iniciar una pelea? – suelta una carcajada divertida.

–No. No una pelea. Simplemente me gusta hacerlo sufrir un poco.

–¿Por qué?

–Se lo merece. – Pongo los ojos en blanco.

–¿Por qué?

–Por lo que te hizo. – Sus ojos se oscurecen un poco al decirlo, una tenue ira.

Me detengo.

–¿De qué hablas? – suelto mis brazos y los dejo a los lados de mi vestido–. Nicholas no me ha hecho nada.

Lucas saca las manos de sus bolsillos y da un paso hacia mí. Me quedo quieta. No entiendo a qué se refiere para nada. ¿Qué me hizo Nicholas? Lucas está a unos centímetros de mi ahora, pero es tan alto que debo levantar mi cabeza para verlo a los ojos. Esos ojos profundos y azulados. Su quijada angulosa ahora está tensa y se le marcan las venas del cuello.

–Yo sé que él estaba enamorado de ti, Leila. No dudo de sus sentimientos. Pero la forma en que trató de ganarte es lo que me molesta – susurra.

–Él no me obligó a nada, Lucas – lo defiendo.

–No, pero ¿estabas consciente de sus sentimientos por ti en ese momento? –cuestiona.

Me quedo en silencio unos segundos. Lucas levanta una ceja al ver mi reacción y sus labios forman una mueca de enojo.

–A eso me refiero. Él aprovechó una oportunidad y te hizo creer que te estaba haciendo un favor.

–Eso no cambia nada. Yo también tenía sentimientos por él. –Bajo mi rostro para mirar mis manos que ahora están pellizcando la piel alrededor de mis uñas. Sus dedos se posicionan debajo de mi barbilla y el toque de la yema de sus dedos en mi piel me da una descarga eléctrica.

–Mi enojo hacia él no es por celos, Leila. Por más que los tenga ahora. – susurra y me mira con tanta intensidad, tanta intención, que mi corazón está casi saliéndose de mi pecho–. Mi enojo proviene de algo simple. Él tenía una novia y a ti te tuvo escondida como su sucio secreto por un tiempo. Y tú no eres el sucio secreto de nadie – gruñe entre dientes.–. El mínimo es que seas su todo.

Trago con dificultad. Nunca habría esperado estas palabras de él.

Sé cómo debo verme ante sus ojos, como una pobre niñita manipulada por un adolescente caliente. Pero yo no fui menos irresponsable solo porque él tuviera novia. Es cierto que él le debía respeto y fidelidad a Megan, pero de cierta forma yo también debí haber respetado su relación. Y no lo hice en lo absoluto. Quizás hubo veces en las que me sentí culpable por lo que estábamos haciendo, pero al minuto en que estábamos a solas ese sentimiento de culpa se esfumaba de mi cabeza. Todo se volvía borroso y a través de la bruma solo podía ver a Nicholas y sentir lo que él me provocaba.

Enséñame a besar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora