028. No quiero perderte

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Capítulo 28

No quiero perderte.

Muda.

He quedado muda.

La gente habla con soltura a nuestro alrededor, la profesora Holden se pasea por el salón entre los grupos y pregunta sobre su avance, Sam ya lleva media página del trabajo y no despega los ojos del papel ni siquiera un segundo, su cabello negro le queda hasta por debajo de las orejas, así que no puedo ver su rostro mientras escribe, Jamie y Nicholas me observan expectantes y yo... yo no puedo hablar.

-Responde, Leila ¿Qué está pasando con el muñeco inflable?

Suspiro de alivio en mi interior. No me ha hecho la pregunta de Megan otra vez, cosa buena, porque no creo tener el valor para respondérsela. ¿Anteriormente había dicho que Nicholas era un cobarde, porque nunca le diría a Megan todo lo que hicimos juntos? Bueno, ahora me doy cuenta de que yo también soy una cobarde, porque no puedo decirle mis verdaderos sentimientos a Nicholas.

Me quedo unos segundos en silencio, pues no sé si mentirle nuevamente o decirle que he besado a un chico que es gay. Miro a Jamie de reojo y sus labios forman una línea recta, eso significa que es mi opción. No creo que tenga el derecho de decirle cosas personales de Scott a Nicholas, por lo tanto, resuelvo que debo decir la verdad, al menos, un poco camuflada.

-Nada - me encojo de hombros -. Lo que hice fue un impulso patético e innecesario. Scott me dijo que... que no me veía de esa forma.

-Me hiciste polvo - susurra. Ay no, no sus ojos de cachorrito herido, por favor - Fue como haber recibido una apuñalada en el estómago.

-Pues imagínate tú como me siento yo cada vez que te veo con Megan - suelto el comentario como si hubiera sido un peso sobre mis hombros todo este tiempo.

Sam nos mira curioso desde su asiento, Jamie lo escruta con los ojos y él vuelve a bajar la cabeza. Ya lleva casi dos páginas, y es solo el resumen.

-Te escuché...- Nicholas vuelve a hablar, pero esta vez más bajo, como si todo fuera un secreto -. Lo que le dijiste a Jamie... ¿Es verdad?, ¿Quieres... quieres que yo...?

-No. Yo ya no quiero nada. Quiero volver a la normalidad, eso es todo. - Me atraganto con mis propios sentimientos en mi garganta.

Es como si estuvieran acumulándose en mi boca para salir.

No entiendo cómo llegamos a esto, y si lo pienso demasiado me dan ganas de tirarlo todo por la borda y decirle que me arrepiento de todo, que lo odio, que lo quiero y que no quiero sentir esto por él. Yo... yo no quiero estar enamorándome de Nicholas. No quiero. Quiero que sea mi mejor amigo, quiero que vayamos a la Universidad juntos, quiero que me ayude en mis problemas, que me aconseje desde su perspectiva de hombre, que se burle de mí. No quiero perderlo nunca.

-Ya no quiero hacer esto - susurro casi con el corazón triturado.

- ¿Qué hay de las lecciones?

Entonces Jamie explota y pone las manos sobre la mesa

-No seas hijo de puta, Nicholas - su voz es fría y dura, Nicholas la mira sorprendido, yo también-. ¿Lecciones? ¡No me hagas reír! Desde el lunes noto algo extraño entre ustedes dos y luego viene Leila ¿Y me dices que le estás enseñando a besar? Puede que Leila no lo vea, pero ¿Crees que soy estúpida? Sé muy bien que no son sólo lecciones.

Mi rostro está ardiendo, Jamie está hablando demasiado alto.

-Jamie, baja la voz - murmuro.

-Puede que ella no lo note - Jamie me apunta-. Y puede que ella te conozca más que yo Nicholas, pero yo conozco a los hombres y veo que aunque tienes a Megan pegada a ti como una sanguijuela, tus bonitos ojos solo la siguen a ella - vuelve a apuntarme y Nicholas me mira.

Enséñame a besar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora