Airplanes » l.h

» capítulo 32

"¿Segura que estarás bien?", preguntó la abuela antes de subirse a su taxi.

"Lo estaré, sabes que sí pasa algo, te hablaré inmediatamente", confesé.

Ella soltó un suspiró inseguro.

"Bueno...", tomó su bolso. "Te cuidas mucho", me dio un abrazo fuerte.

"Igual abuela, gracias por todo".

"No fue nada pequeña".

Ella se despidió con un meneo de mano de Luke quien reposaba en la puerta y finalmente subió al taxi. Me di la vuelta y vi a Luke.

"¿Ahora qué?", pregunté.

"Ahora, tienes dos opciones", mencionó. "Uno: Puedo esperarte a que te bañes, arregles y alistes las cosas que te vas a llevar. O dos: Puedo dejarte unos minutos mientras yo voy a hacer mis cosas y cuando estés lista paso por ti".

"Ve a hacer tus cosas", cedí por la segunda opción.

"Bien", se acercó y besó mi frente. "Entonces, me hablas cuando ya quieras que venga por ti".

Asentí y lo vi subirse a su auto.

Entré rápidamente a la casa y empecé por sacar una maleta pequeña, donde metí un par de pants -para el frío-, y así mismo jeans y un short por sí hacía calor. Metí una sudadera y un par de blusas variadas. Tomé un par de tenis y mis botas y las acomodé a un costado. Metí ropa interior y miré la pieza de traje de baño entre mis manos. ¿La llevaré? Quizá y vamos a la playa o algo. Bueno, ¿ir a la playa en invierno? Sí, probablemente sólo a Luke Hemmings se le ocurriría. Cuando tuve todo listo, pasé al baño para darme una buena ducha -la cual incluía depilación completa-, quiero decir... Uno nunca sabe cuándo se puedan dar esa clase de... Cosas. A parte que llevaba traje de baño, tenía que hacer casi a fuerza.

Al salir dejé mi cabello que se secara por si solo después de cepillarlo y me coloqué unos jeans junto con una sudadera de pugs. A Luke le parecía muy graciosa. Me coloqué mis gotas y me tomé un par de pastillas. Miré el calendario que colgaba de mi pared. Ya iban dos domingos que no iba al hospital. No sabía cómo sentirme al respecto. Bueno, tenía una buena excusa para no hacerlo. El domingo pasado había peleado con Luke, me sentís terrible. Y este pues, no había mucho qué decir. Guardé en una bolsa más pequeña todos mis artículos personales y un poco de dinero por sí necesitaba, pero siendo claros Luke me dejaría poner nada de mi bolsa, lo cual era bastante frustrante para mí, ya que no le quería deber nada, pero al mismo tiempo ya le debía todo. ¿Tenía algún sentido?

Probé un par de veces la cámara, tomaba las fotos de lujo. Tenía una calidad tremenda y estas ya tenían un filtro bastante lindo y natural. La guardé en la bolsa pequeña y decidí llamar a Luke quien tardó tan sólo 10 minutos en llegar por mí. Él me ayudó con mis cosas mientras yo cargaba a Leo para dejarlo en casa de su madre donde sus amigos llegarían. Liz no estaría -era Lunes, claramente estaría en el trabajo-, por lo que para Luke era más sencillo escabullirse en su propia casa y agarrar un par de cosas que necesitaba. Estando dentro cuidando de que Molly no matara a Leo, escuchamos el claxon de un auto y un par de barullos. Sus amigos habían llegado, se escuchaban como salvajes.

Me asomé por la ventana con Leo entre mis brazos y los vi bajar de una camioneta -creo que era una Wagoneer-, Luke salió y los saludó con unas palmadas en la espalda. Eran unos gigantes, Dios, ¿qué les daban de comer de pequeños? Si es que alguna vez lo fueron. Dejé al perro en el patio trasero y me miré en el espejo antes de salir. Caminé a donde estaba Luke.

"Miren ahí viene", dijo él.

"¡Hey!", dijo Ashton y le sonreí para darle un abrazo. "¿Cómo estás?".