» capítulo 44

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» Pidan un deseo


Ayer había tenido mi tercera quimioterapia, mi estudio estaba finalmente terminado y cada día me sentía mejor. A veces tenía dolores de cabeza fuertes, pero con tan solo una siesta se me pasaba. Hoy quería sorprender a Luke con el desayuno en la cama, estos días siempre despertaba antes que yo, pero el día de ayer se desveló, seguro porque regresó a la escuela y tuvo que hacer tareas. Realmente no me gustaba meterme en esos asuntos. Anoche lo vi repasar unas cosas de un libro japonés.

Me levanté y silenciosamente salí del cuarto y alimenté a Leo. ¿Qué le haría de desayunar? Quizá... ¿Waffles? Recién compramos una wafflera. Sí. Waffles sería. Preparé la mezcla de harina para estos y calenté el aparato para después ponerle bastante mantequilla –porque así nos gustaba-, y verter la mezcla. Mientras el primero se hacía saqué un par de frutas para ponerle encima y se viera bonito. Le podría hacer un licuado pero realmente no planeaba despertarlo con la licuadora. ¿Y si bajaba a comprarle uno? A la vuelta había un lugar donde hacían esas cosas.


Saqué el waffle y coloqué otro, entré al cuarto. Él seguía dormido, tomé su billetera y saqué un billete de diez. En estos momentos es en el que podría usar mi dinero, pero oh sorpresa: no estoy trabajando. A parte, eran sólo diez, ni siquiera se daría cuenta de ello. Me abrigué y antes de bajar, saqué el waffle. Cuando el elevador abrió en el primer piso, salí corriendo para el local. Pedí un litro de jugo de frutos rojos y en cuanto lo tuvieron listo, corrí de regreso esperando a que no estuviera despierto. El ascensor de abrió arriba y en cuando abrí la puerta lo vi parado mordiendo un pedazo de waffle en sus calzoncillos y camisa.

"Oh no", cerré la puerta detrás de mí.

"Buenos días".

"No debiste despertar, era una sorpresa".

"Oh", dejó el pedazo de pan en el plato y limpió su boca. "¿Te parece si regreso a la cama y hago como si no supiera esto?".

"Te lo agradecería".

Salió corriendo para el cuarto y saqué la bandeja de madera. Acomodé rápidamente la comida con las frutas y miel. Serví su jugo en un vaso y saqué una flor de mi florero para ponerla a un lado. Tomé la bandeja y entré con ella al cuarto, donde Luke roncaba ruidosamente. Reí un poco y la dejé al lado en la mesita. Me subí arriba y le di un beso en su mejilla.


"Bebé...", susurré y él roncó. Reí. "Mi amor, despierta", besé sobre sus labios y sentí sus brazos atraparme para enredarme entre las cobijas.

"Cinco minutos más", dijo en mi cuello.

"Tienes que despertar ya, tengo algo para ti".

"Más vale que sea algo apretado y húmedo", solté una carcajada.

"Que cerdo", él empezó a reír y me liberó de sus brazos. "Te hice el desayuno", besé la punta de su nariz y me paré para ir por la bandeja y ponerla sobre la cama.

"¡Wow! Qué linda Salsita, jamás lo hubiera imaginado", sonreí y me senté a su lado.

"Para con el sarcasmo, no te sale", reímos y tomó una fresa para comerla.

"Mmm, está muy rico".

"Lo hice yo", le guiñé el ojo.

"Todo lo haces rico tú".

"Ya basta", le di un golpe.

"¿Qué?".

"Tú sabes qué".

Airplanes » l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora