Airplanes » l.h

» capítulo 36

                  

"Salsita, no nos vamos a llevar tu caja de recuerdos de la preparatoria", soltó.

"Pero son mis cosas", hice un puchero.

"Sí pero aún tendrás esta casa. Sólo llevaremos lo que es necesario, es decir tu ropa y tus zapatos y tus cosas de pintura y todo lo que puedas necesitar".

Resoplé.

"Bueno, ¿puedo llevar mis fotografías?", lo miré mientras me ayudaba a doblar la ropa de mi armario para irlas metiendo en cajas.

"Sí".

Solté un grito de victoria y él río.

"¿De dónde mierda sacas tanta ropa tan extraña?", preguntó.

"Sólo la voy encontrando", me encogí de hombros. "La mayoría de los vestidos los compré en una venta de garaje", admití. "Sólo los mandé a arreglar".

"Qué diablos".

"¿Qué?".

"¿Por qué no los hiciste más cortos?", preguntó extendiendo frente a él uno de mis vestidos.

"¿Querías que pasara todos los días en detención?".

"Yo hice muchas cosas en detención", confesó y lo miré.

"Cosas que no quiero saber", solté y le di la espalda para tomar cosas de mis cajones. "Recuerdo cuando empecé a ver, fui a comprar muchísima ropa con una amiga de la clínica y estaba tan emocionada. Ahora era libre elegir lo que usaría y ya sabes, lo que importaba más era la primera impresión. Iba a entrar a Sophomore y quería que todos dijeran: «la ciega» ya no es más ciega y wow se viste tan cool. Pero mi sorpresa fue que dijeron: «la ciega» ya no es más ciega, pero parece que se quedó peor con esa ropa".

Él rió apenas y lo acompañé.

"Lo sé, es vergonzoso", me encogí de hombros.

"¿Y qué hiciste?".

"Tomé mi mejor conjunto: Unos mocasines, con un shorts de cuadros y el peor suéter que puedes imaginar", él me miró expectante. "Y al llegar les dije: ¿Saben qué? Váyanse al carajo, ya tengo mi vista de vuelta y es lo único que me importa".

Él sonrió.

"¿Me mandarás al carajo a mí también?", preguntó.

"Luke, vete a la mierda", solté y él se me quedó viendo serio, noté que atrapó el aro de sus labios entre sus dientes. Oh no. Fue cuando caminó rápidamente hacia mí para tomar mi rostro entre sus manos y besarme desesperadamente.

Cada que Luke hacía eso indicaba que habría una sesión de besos y toqueteos. Algo que realmente no me sorprendía puesto que aún no le abría las puertas. Últimamente esto comenzaba a ser constante y me asustaba llegar a perder el control en una de esas veces. Sin embargo era jueves y mi periodo había terminado ayer. Por lo que tenía un par de hormonas que eran imposible de controlar en este preciso instante con Luke sobre mí en mi cama y su camisa fuera.

Él tenía sus manos dentro de mi blusa donde atrapó mis senos en sus manos por fuera del sostén, que ese breve tacto de sus manos contra mi hizo que se erizara cada centímetro de mi piel. Me encantaba atrapar su labio entre mis dientes y escucharlo gruñir en mi boca. Sentía su dura erección sobre mi pierna por lo que pasé mi mano sobre su pantalón lo que hizo que sacara su mano de mi blusa para desabrochar su pantalón y tener un poco más de libertad. Él frotaba su entrepierna sobre la mía mientras sus dientes jugaban con mis labios para capturar mi boca. Sus labios se sentían necesitados, no pude evitar soltar un gemido al momento que mordió mi cuello. Su lengua se encontraba deslizándose lentamente a través de este, para llegar al lóbulo de mi oreja y tirar de él.