Airplanes » l.h

» capítulo 8

Sólo tenía que imprimir los últimos cincuenta y salía corriendo a la oficina de la señora Hemmings. Ayer por estar con Luke olvidé hacer la segunda tanda de volantes y lo dejé ahí.
Hoy era un día bastante soleado y agradable como para ser otoño. Usaba mis jeans azul marino junto con mis vans guindas y un suéter crema con el mismo color de los zapatos. Mi cabello estaba ligeramente trenzado para a un lado pero no ordenado. Una vez que terminé de imprimir, subí con todos los volantes entre mis brazos y me dirigí a la oficina de mi jefa. Toqué la puerta dos veces y entré.

"Buen día", saludé y ella se quitó sus anteojos para verme.

"Hola Johnson", me sonrió. "¿Cómo andas de trabajo?", preguntó.

"Uhm, realmente no tengo mucho que hacer hoy señora", admití. "Sólo dos que tres mandados y ya".

"Que bien", dijo ella y en eso la puerta se abrió dejando ver a Luke en el umbral con su uniforme. Sonreí para mí. "Y ya está".

"¿Ya está qué?", preguntó su hijo.

"Muéstrame los volantes Zazil-ha", le pasé uno y ella se colocó sus gafas nuevamente para leer. "BuzzFeed te necesita para que formes parte del equipos...", leyó. "17 de noviembre al medio día en las instalaciones... Edad mayor de 18, disposición, ajam...", siguió leyendo. "Perfecto".

"Sí, me tomé la molestia de hacerlo en papel de colores, espero que no le haya molestado", confesé.

"No, para nada", sonrió.

"¿Qué hago aquí?", preguntó Luke aún parado en la puerta. Me daba risa verlo con el trapeador en la mano.

"Cámbiate y acompaña a Zazil-ha", dijo y alcé mis cejas.

"¿Acompañarme a dónde?", pregunté.

"Pues a pegar los volantes y entregarlos. ¿Creen que la gente llegará sola?", dijo y entreabrí mi boca.

"¿Quieres que vaya a entregar papelitos a la gente?", dijo Luke un poco malhumorado.

"Así es, vete apurando porque les agarrará la hora de comida", dijo su madre y él rodó los ojos.

"¿Sabes cuanta gente conozco y lo que dirían de mí al verme haciendo eso?".

"Ay hijo, ¿qué es peor que verte limpiar baños?", él frunció el ceño y una pequeña risa se escapó de mi boca. Él me miró y rodó los ojos para salir.

"Uhm, regresamos al rato", aseguré.

"Vayan con cuidado", dijo ella y me guiñó el ojo. Eso me puso un poco nerviosa. Sabía por qué lo hacía y me incomodaba bastante.

Salí de la oficina y subí a la sala de correos para tomar dos engrapadoras y un rollo de cinta adhesiva transparente. Tomé mi cartera junto con todas las hojas y bajé al primer piso donde se supone que estaría Luke. Al bajar lo vi recargado en la pared de afuera con sus lentes de sol. Usaba una camiseta blanca y sus jeans negros junto con unos converse negros. El blanco le quedaba bien, hacía que su piel se viera tan brillante y clara y resaltaba bastante el color de su cabello.

"Un poco de ayuda no me vendría mal", dije cuando salí. Él me miró y tomó la mitad del monto de hojas. "Gracias".

"Ya qué".

"Oye, no es tan malo", confesé y comenzamos a caminar. "Al menos no tienes popó".

"Vuelves a mencionar eso una vez más y juro que meteré tu cabeza al escusado", prometió y comencé a reír.

"Uy sí, de regreso a preparatoria", él me miró y me acerqué a una pared para pegar el primer anuncio.

"¿Alguna vez metieron tu cabeza al inodoro?", preguntó entre risas y negué.