Él es el Boxeador

#8

Pequeñas lagrimas salían de mi rostro, solo por verle esas heridas que tenía en su cara. Jason intentaba calmarme pero yo no me relajaba.

- No pasa nada, no duele.- Decía.

- Si pasa, a mi si me duele. Me duele verte a si. Me duele ver que el padre de mis hijos está así.

- ¿Hijos?- Mierda.

- Ajám.- Asentí.

- Mejor.- Me guiñó un ojo.

Se va a las duchas y vuelve mejor vestido. Unos vaqueros y una camisa limpia. Está guapísimo. Me acompaña a casa para que me arregle y me vista bien.

Ahora os contaré él por qué ''Hijos''.

**FlashBack**

Llegué a la doctora dos horas antes porque no sabía que hacer en mi día. Conocí a una pareja muy amable y simpática. La muchacha estaba de 6 meses y dos semanas, llevaba una niña pequeña de cinco años. La mujer tenía 20 años y el chico 22.

- Tuve a mi hija a los 15 años. Si no fuese por Ron no podría haber cuidado de mi pequeña, él estuvo conmigo todo el embarazo, Sophie no es suya, pero la quiere como tal, ¿verdad mi amor?- Éste asintió.- Ahora espero un niño. - Sonríe.

- Yo no lo se. Hoy me dicen que es.

- Yo creo que ahí hay dos.- Dijo muy convencida.- ¿Quien es el padre?

- Jason, Jason Rodríguez.- Se sorprendieron.

- ¿El boxeador?- Se sorprendieron.

- Si.

- ¿Y están enamorados?- Me rasqué la nuca nerviosamente.

- Alexandra Vladimisky.- Me llamaron.

- Ahora vuelvo.- Uf, salvada por la campana.

- Hola doctor.

- Hola señorita. ¿Vemos como va su hijo?

- Si.- Dije entusiasmada. Me coloqué en la camilla y me puso un gel frío en el vientre. Me pasó un aparato por encima.

- Señorita, usted estaba enterada ya de que son dos, ¿Cierto?- Jason, me mata.

- Pu...Pu...Pues no.- Dije tartamudean-te.

- ¿Y el padre?

- No lo sé, no he conseguido contactar con él, estará trabajando creo yo.

- Ah.

**Fin del FlashBack**

Me puse un vestido pre- mamá azul, unos zapatos plataforma. Me maquillé lo más básico que pude, una base y un poco de rimel y fuimos a cenar a un restaurante.

Ese restaurante para mi era un lujo. A penas comíamos mi familia y yo en uno. Se puede considerar un restaurante el McDonald, porque a otro lado nunca he ido.

- ¿Te gusta?

- Nunca he ido a un restaurante.- Me sonrojé.

- ¿A no?

- No, mi familia era de estatus pobre, nunca comíamos fuera, si comíamos claro.

- ¿No comíais?- Preguntó preocupado.

- Mi padre era un borracho.- Agaché la cabeza- Después de la muerte de mi madre, ya no teníamos ni un céntimo. Ambos trabajaban, y mi padre se gastaba su dinero y parte del de mi madre para ir a beber. Lo poco que ahorraba mi madre lo utilizaba para darnos de comer.

- A pesar de todo eso eres una chica muy fuerte ¿Lo sabías?- Me acaricia la mano y una corriente eléctrica se apodera de mi.

- Si.

- ¿Luego quieres ir a bailar?

- No se si has visto mi barriga, pero si la has visto no creo que pueda bailar demasiado. Son tres meses y medio ya. Es muy difícil moverse con ellos.

- Te prometo que no te cansarás.

- Está bien.

***

Ya estaba en casa suspirando y pensando en él. Es un maravilloso hombre.

Después de quitarme la venda de los ojos, estábamos en un apartamento que seguro que era el suyo. Había una mesa con pétalos de rosa blanca y amarilla. Una cunita blanca y otra beis. Luego en el sofá había una nota, debía seguir los pasos como en una yimcana. Para los que no sepan una yimcana es un juego de encontrar objetos gracias a las pistas que uno deja. Mi primera pista ''Es rico y vive en el polo norte''. Eso debe de ser en el congelador y un helado. Fui hacia donde la nota me indicó y si había un helado y otra nota. ''Aun no debes comerlo pequeña princesa, aun te quedan más cosas, donde se ven las películas hay algo que te debo mostrar'', fui de nuevo a la sala y ahí habían palomitas de maíz y caramelo, junto con otra nota. ''En el reproductor de CD's hay una película a lo mejor no es la acertada pero seguro que te encanta''. Buff... Este hombre va a matarme con tanto movimiento. La película que había era ''Step Up Revolution'', no es gran cosa pero es una de las que si me gusta. Había una última nota, ''En la terraza hay algo que debo mostrarte, te espero ahí''.

Y allí estaba él. Con un ramo de rosas blancas y amapolas. Para preguntarme algo.

- ¿Quieres ser mi novia?