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Yo aun seguía postrada en la cama, sin decir ni hacer nada, Jason seguía algo destrozada, aun seguía hiendo al gimnasio y peleando, tenía que desfogarse y lo entendía, aun sigo haciendo lo posible por despertarme, pero no sabía que más hacer.

Los niños crecían cada vez más y no sabía que podía hacer por ellos, mi hija a veces parece que me ve, porque no aparta su vista de mi cuando está a mi lado. 

Jason firmó los papeles e iban a desconectarme el sábado por la mañana. Hoy era jueves por la noche, Maddie estaba aquí rogándome que despertara, no soportaba verla así y menos por mi.

Se durmió agarrada de mi mano, yo le acariciaba el pelo. No sabía que podía hacer por ella. Ni por el, ni por mi madre.

- Mi amor,- Miré a Jason que acababa de entrar.- lo siento. - Sollozaba. - Es muy duro para mi.

Mi madre trajo a los bebés aquí mientras lloraba, yo veía todo lo que pasaba. Y miraba a mis hijos cada vez más grandes y sobretodo más gorditos.

Él es el BoxeadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora