Prólogo |Encuentro

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Ancel

Mantenía mis ojos cerrados con fuerza. Lo único que quería era que pasara rápido lo que me sucedía. Sentía los dientes morder mis brazos con fiereza y sin evitarlo mi ropa la despedazaron haciéndome daño. Sabia que no tenia escapatoria y es que eran muchos contra mi. A pesar de que tuviera fuerza, ellos eran lobos. ¡No!. Ellos eran hombres lobos y me querían matar para poder comer mi carne a pesar que la carne de un vampiro sabia insípida. No era mala pero para los hombres lobos era mala. Si me defendía ellos me morderían con mas fuerza y sus mordidas eran fatales para mi. Era difícil que me curara. Su mordida era la única que un vampiro no podía sanar y es que lo había visto por nuestro pueblo. Uno de ellos había sido mordido por un hombre lobo y su herida no se curaba, es mas, estaba infectada.

Abrí los ojos viendo unos ojos amarillos que me miraban con atención. Su mirada era profunda y podía ver un odio profundo en ellos pero no lo culpaba en nada. Las historia de nuestro pueblo siempre ha sido odio en ellos. No había ninguna amistad, solo odio. Nada más que odio. Y yo no los odiaba, es más, estaba maravillado por cómo eran y cómo vivían. En como duraban sus años hasta morir y es que nunca pondría morir como ellos a menos que ellos mismo me mataran. Seria un privilegio morir por ellos.

Un gruñido de aquel que me miro hizo que los demás se alejaran de mi. No entendía porque hizo eso pero pude sentir sus patas arriba mio. Su cabeza estaba cerca de mi cara mirándome con esos impresionantes ojos. Ahora podía ver perfectamente lo que quería conmigo y es que me quería con vida.

No sabia lo que pasaba conmigo pero un sentimiento extraño se adueño de mi. Era su mirada que me ponía así y es que sentía algo por el que estaba arriba mio.

Se alejo de mi y me senté en el frío suelo viendo en sus ojos. El con su lengua empezó a lamer las heridas que me habían causado su manada y mire a los lados viendo que ya no estaban ellos. Solo estábamos nosotros dos.

Su lengua había pasado muchas veces por mi cara y mis labios pero increíblemente no me daba asco. Si se trataba de saliva, me daba asco a tal punto de vomitar pero esta vez no. Todo era diferente.

Rudolph

Al llegar al lugar en donde estaba la manada, lo primero que veo era ellos rodeando un chico. Su olor era uno de ellos, aquellos que eran nuestros enemigos y sin evitarlo, los deje para que se lo comieran. Desde hace día no había comida y todo por culpa de esos chupa sangre que se denominaban vampiros. Ellos era la causa de nuestra desgracias desde que empezaron a existir.

Solo miraba lo que pasaba. Él mantenía los ojos cerrados como si no le importara que pronto iba a morir, pero en un momento los abrió dejando ver unos ojos grises que lo decía todo. No tenia miedo de nosotros. Le mande una mirada de odio pero solo vi comprensión en sus ojos.

No creía lo que veía y un sentimiento que no había experimentado antes oprimía mi corazón. Era el hijo del antiguo jefe de la manada y ahora era yo quien mandaba por lo cual nadie podía reclamar ante mis ordenes.

Gruñí diciendo le con la mirada que se fueran y así lo hicieron.

Quería ver de cerca a ese joven y me subí arriba de el sosteniéndolo con mis patas para que no escapara, pero no ejercía mayor fuerza. Mire sus ojos que me decían "Gracias". Aquello me desconcertó pero me alegro. Quería que estuviera con vida a pesar de ser mi enemigo.

Salí arriba de él viendo como se sentaba en el suelo. Su mirada aun estaba fija en mi y sin evitarlo vi sus ojos grises para ver después aquellas heridas y mordidas que podían ser fatal para él. Los vampiros no eran capaces de recuperarse ante nuestra mordidas y un miedo controlo mi cuerpo.

Empecé a lamer con cuidado todas las heridas y mordidas causadas por mi manada. No comprendía de porque un momento a otro había cambiado ese sentimiento de odio hacia él. Seria porque él no tenia la culpa de lo que hizo su gente en el pasado.

Por intensión lamí su cara y sus labios. Lo besaba de mi forma animal y se sentía bien tocar sus labios con mi lengua e increíblemente él se dejo. No se alejo se mi. No tenia miedo porque en sus ojos lo decían todo.

Lo deje en paz mirándolo detalladamente. Sus heridas se empezaron a curar gracias a mi saliva, la cual era curativa.

-Gracias -es lo que escuche salir de sus labios. Su voz era un dulce canto que no olvidaría nunca.

Deje de mirarlo para ver atrás en donde podía ver mi manada mirándome. De seguro ellos pensaban que era débil pero no me importaba. Era el Alpha y ellos me debían respetar.

Me empecé a alejar de él para ir con mi manada pero sus brazo me rodearon. Era grande en tamaño y él era pequeño. Una diferencia notable.

-Enserio, muchas gracias-sentí sus delicados labios besar mi mejilla.

Él se alejo pero lo ultimo que quería era que se alejara de mi. Sentía ese vació en mi pecho cuando el empezó a caminar en otra dirección. Lo mire hasta que desapareció entre los arboles. De ahí pude ir con mi manada quienes me esperaban sorprendidos.

No daría explicaciones, ni menos acciones. Al único que perdonaría todo sería a ese chico que se fue y con él se llevo mi corazón que solo se llenaría cuando el regresara. Lastima para mi que un lobo solo se podía enamorar una vez en la vida.

Mi Amante Lobo (Gay/Yaoi/Homoerótico) #Saga Wolf 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora