Mi Amante Lobo (Gay/Yaoi/Homoerótico) #Saga Wolf 1.

Capítulo 4|Mio

Ancel

Mi felicidad me lleno mi cuerpo, pero lo que ganaba era las ganas de ser de él. De Mi lobo. Ser su pareja.

Sus manos me desnudaron botando la ropa al suelo. Su mirada estaba clavada en mi y a pesar de la oscuridad, él veía. Tenia buena vista como un vampiro.

—Hermoso —murmuro con asombro.

Mi cuerpo era débil, no tenia nada fabuloso, era como un cuerpo de mujer. Suave con curvas que cualquier mujer envidiaría.

Era mi turno. Me senté quedando mis labios cerca de los suyos y lo bese mientras le sacaba el pantalón. Para mi suerte, él estaba sin polera.

Su lengua penetra mi boca buscando mi lengua tímida. No lo logro mi objetivo de sacarle el pantalón porque él me estampó en el colchón. Sin aire, se separo de mi. Me sonrió travieso.

—No, quedate quietito, yo lo haré—susurro contra mis labios. Lo iba besar pero se alejo a tiempo.

Se saco el pantalón y la ropa interior quedando desnudo. Sonreí. Él quería que me quedara  "quieto y cooperando", pero soy vampiro, no juego bien. Soy tramposo, siempre me ha gustado a ser así. No espero y me escapo de abajo.

Estoy levantado mostrando mi cuerpo. Él se levanta mirándome serio.

—Juguemos—le digo con una sonrisa traviesa. Él comprende.

—Bien, seré el cazador—vino hacia mi con su velocidad sobre natural y yo también soy rápido. Me alejo a tiempo.

No soy una presa fácil de atrapar y pongo mi espalda a la pared incentivarlo a venir. Él cae en mi trama y antes que me atrape en sus brazos, escapo.

Me acerco a la cama y me atrapa por detrás haciendo que mi cuerpo cayera en la cama. Mi espalda estaba pegada en su pecho y mi pecho en la cama. Reí por mi acción infantil.

—Te gusta jugar—susurro en mi oído—. Pero ya no más, te reclamare—me pego una nalgada en uno de mis glúteos.

Se separo de mi dándome vuelta. Me mira con sus ojos llenos de lujuria. Dios, muero con su mirada.

Besa mis labios mientras una de sus manos toca mi hombría y empieza a estimularla. Mi pene estaba erecto como el suyo. Estaba duro como una piedra y el la estimulaba con su mano.

Su lengua rosa con la mía haciendo que mi cuerpo se estremesca. Muero de placer y gimo en su boca. Deja de besarme cuando se nos acaba el aire.

Me mira con una sonrisa. Siento un cosquilleo en mi parte baja. Mis colmillos se dejan mostrar. Él para cuando casi estoy por correrme.

—Aun no pequeño—dice.

Abre mis piernas. Me ve con una cara perversa. Siento un dedo dentro de mi, después otro estirando mi entrada. Siento un tercer dedo que me penetra. Se que porte lo tiene mi amante y es necesario.

Saca los dedos y pone la punta de su pene en mi botón. Lo miro con la desesperación y el juega.

—¿Lo quieres? —pregunta juguetón.

—Si —digo con la respiración entrecortada.

—Pidelo—demanda.

—Follame tan duro y sucio que puedas—todos pensaban que era inocente, pero esto era lo que pensaba desde que lo conocí. Que me follara duramente en la cama.

—Lo tienes —entra de una. No duele. Siento placer.

Estoy por correrme. Me besa lamiendo mis colmillo. Las lamidas lo siento en la punta de mi pene. Me embiste lento. Gimo por el placer que me da. Su boca se aleja y muerde mi cuello con fuerza rompiendome un poco la piel.

—Más rápido—ordeno. Él hace caso.

Golpea mi parte de placer. Lame mi cuello donde caía la sangre. Descubrí que me encanta hacer el amor con placer y dolor.

Mi pene esta doloroso, quiero correrme y al correrme, muerdo el cuello de mi amante sintiendo en mi lengua el exquisito sabor dulce de su sangre. Me llena completamente. Mancho mi vientre y el suyo con mi semen.

El gime de placer corriéndose dentro de mi. Fue mi culpa por morderlo pero era necesario. Así era el enlazamiento para poder casarnos y que nadie nos separe. Su semen me llena, chorro y chorro dentro de mi.

Me mira con una sonrisa mientras separo mi boca de su cuello. Dios, adoro esto. Soy suyo por siempre. Su lobo se a enlazado con mi vampiro.

—Mio—dijo besandome de nuevo. sus besos son como una droga para mi.

Sale de mi gimiendo y yo gimo con él. Me acuesta en la cama y me abraza como cucharita por detrás. Me duermo en sus brazos, estoy cansado y feliz.

Rudolph

Abro los ojos al escuchar que golpean abajo. Miro a mi lado viendo mi dulce amante durmiendo tranquilamente. Beso su pelo y me separo de él. Me duele mi pecho al separarme y es por la unión de nosotros.

Tomo mi pantalón que esta en el suelo y me lo pongo. Salgo de la habitación sin antes darle un vistazo a mi vampirito. Bajo la escalera y abro la puerta de entrada.

Mi enfado llego a mi como un viento helado. Delante de mi se encontraba mi padre mirándome con esa mirada fría. Estaba solo.

—¿Qué haces acá? —él alza la ceja y entra como si fuera su casa.

—Fui el antiguo alpha, puedo hacer lo que yo quiera —su nariz se movió y me miro.

Su cara cambio a una de asombro. Gruño a mi. A pesar de su edad, se veía joven.

—Estuviste con uno de esos chupa sangre—gruño contra el viento. Era divertido ver a un viejo así.

—Es mi pareja, no puedes hacer nada—dejo de gruñir al darse cuenta de la situación.

—No lo creo—estaba incrédulo.

—Creelo, no juego con esas cosas, deberías conocerme, eres mi padre —él subió las escaleras sin mi permiso.

Lo seguí donde su nariz lo llevo. A la habitación de Ancel. Ahí lo vio dormir con tranquilidad.

—Es una mierda hermosa—dijo mirándome.

—Es hombre y no es una mierda—odiaba ese odio que tenia contra los vampiro aunque hace unos años yo también lo tenia.

—El alpha debe tener descendencia—dijo automáticamente.

—Eso lo veo después, ahora lo que me importa es casarme con él—se que no lo acepta, pero me dejara hacerlo, Ancel ya era mi pareja y nadie podía evitarlo.

—Habla con el gobernador de los chupa sangre —dijo para salir de ahí y antes de bajar la escalera, me miro de nuevl—. A pesar de ser un chupa sangre, es una hermosura, no lo desperdicies por tus tonteras de siempre—no lo haría. Ancel era el hombre que amaba. Nunca lo desperdiciaría.

Bajo las escaleras y mire donde estaba Ancel durmiendo con tranquilidad. La alegría que tenia me lleno mi corazón. Me acerque a él para acostarme de nuevo a su lado y abrazarlo contra mi pecho. Era una sensación agradable tenerlo junto a mi y lo tendré para siempre.