Capítulo 15|No Esperado

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Ancel

Han pasado dos semanas desde aquel incidente. Nadie sabe lo que paso con Sander, ni siquiera los cazadores que controlaba mamá. Varick no ha despertado y el médico dice que no despertara hasta que las heridas sean curadas, pues aquello había ocasionado el coma. Aquellas heridas que eran las mordidas solo las podían curar los lobos pero lamentablemente ninguno podía, al parecer Varick solo podía ser curado por su pareja, esa era la Ley constituida por los lobos cuando pasaba algo así.

Di un suspiro acariciando mi vientre, estaba algo hinchado, pues era como un mes y medio de embarazo normal lo cual como yo era tan delgado que se me notaba el embarazo, no obstante, por el momento no demasiado.

Mire el plato de comida que tenia comer para mantener a mi bebé, pues la abuela de Rudolph—quien se ha comportado un amor conmigo por el momento—me decía que para mantener a un bebé fuerte debía comer muchas proteínas, calcio y hierro—este último lo tengo gracias a la sangre de mi lobo—pero como no estaba acostumbrado me iba a costar, pues las verduras no las toleraba mucho.

Un beso en mi cuello me saco una risa. Rudolph suempre le gustaba llenarme de besos por todo mi cuerpo.

—¿Cómo te fue?—pregunte volteandome para verlo. Su cara me decia todo.

—Nada de Sander, al parecer lo tienen en su territorio y ¿Qué tal Varick?—a pesar de todo Rudolph estaba muy preocupado por todo esto.

—Aún no despierta y el médico teme que las mordidas se infecten, podría morir y no quiero eso—mi vista se nublaba diciéndome que las lágrimas iban a salir pero Rudolph acaricio mi cara para tratar de tranquilizarme y lo hizo.

—Encontraremos a Sander y él hará que Varick despierte de nuevo—me abrazo. Estando junto a él me sentía tan protegido aunque todo lo que estaba pasando sentía que era mi culpa pero no lo era. Enamorarme de alguien que estaba prohibido no era una culpa, era la culpa de esos lobos que tenían un pensamiento cerrado, de seguro el hijo del alfa también sufría porque su pareja era mi padre.

Una sensación extraña me recorrió el cuerpo. Sentía que alguien venia y tenía casi la misma presencia de ese alfa solo que no atemorizante. Era de calma total. El gruñido de Rudolph me dio entender que también lo sentía y se alejo de mi mirándome con seriedad.

—No te muevas de aquí—se iba a ir pero tome su mano. Debía entender que debía estar con él después de todo también sentía la presencia de mi padre.

—Yo quiero ir

—¡No!—grito y dio un suspiro—, lo siento, no debí gritarte.

—No te preocupes mi amor, entiendo que estés alterado pero debo ir porque la pareja de ese lobo es mi padre—me sonrió de manera débil.

—Esta bien pero detrás de mi, no quiero que corras riesgo y menos cuando no esta Varick en buenas condiciones—sonreí ante lo que me dijo.

A pesar de que mi padre era un traicionero no me quedaba nada claro. Un lobo no podía dejar ir a su pareja por tanto tiempo o moriría, algo me decía que mi padre conoció a ese lobo después de lo ocurrido y que en verdad si sintió algo por mamá, por eso debía saber los dos lados de la moneda.

Rudolph

Tenia a Ancel tomado de la mano y detrás de mi por precaución. No quería que en su estado le pasara algo, se me partiría el corazón saber que perdí a los dos. Seria un golpe muy fuerte para mi.

Veia en la entrada de mi manada como el hijo del alfa caminaba junto con un castaño de ojos verdes tomados de la mano. Pararon al vernos.

—¿Qué haces aquí?—pregunte con autoridad. Estaba controlandome para no pegarle.

—Solo vengo hacer un trato contigo, Rudolph—su tranquilidad me sacaba de quicio pero el apretón de mano que me dio Ancel me mantuvo con los pies en la tierra y mantener mi cabeza fría.

—¿Un trato? Sabes que no estas en posición de hacer un trato si tu padre esta causando dolor—dio un suspiro y el castaño soltó su mano.

—Mira Alfa Rudolph, se que eres pareja de mi hijo—eso me sorprendio, pues era muy joven aunque claro, los vampiros se mantienen muy bien—. Y Seth lo sabe, por eso quiere hacer un trato, una alianza para terminar con el alfa, mejor dicho, el padre de Seth—era extraño que Seth traicionara a su propio padre.

—Razones—aún no me convencía.

—Mi padre, el alfa, no me deja vivir normalmente con mi pareja, aunque claro, fue su prisionero primero...

—¡Espera! ¿No fue un plan de ustedes?—pregunto Ancel saliendo detrás de mi. Ellos lo miraron confundido.

—¿Plan? Para nada, mi padre se entero que una cazadora estaba con un vampiro y quiso poner fin a eso pero al darse cuenta que la cazadora era un oráculo quiso conservarla como prisionera lo cual no podía matar a John, aunque se dio cuenta que ambos no estaban unidos por el destino—tomo de nuevo la mano del vampiro el cual se sonrojo.

Vi a Ancel y lo sostuve antes de que se cayera. Me había dado cuenta que emociones fuertes no era bueno para él y era aún peor por el embarazo.

—O sea, lo que dijo mamá no estaba bien—el vampiro miro a Ancel con cariño. Entendía porque no se acercaba, cierta mujer gruñona y regañona los observaba en las sombras, si se acercaba podía darse por muerto.

—No, ella saco conclusiones erróneas, yo la ame pero no estábamos destinados, en cambio desde que Seth me empezó a visitar en la mazmorra me di cuenta que él era mi amans—gruñi donde estaba mi suegra para que saliera del escondite y lo hizo.

—Eso es mentira—ella iba atacar a mi suegro pero Seth se interpuso deteniéndola.

—No lo toques—lo miro con rabia al lobo e iba atacarlo pero no se movió.

—¡Ya basta!—grito Ancel. ¿Acaso él hacia que ninguno se moviera?

—Mi bebé—dijo apenas mi suegra. Ancel me miro serio y sólo asentí, me había dicho su plan de forma telepática.

Si esto se salia de control iba a correr sangre.

Mi Amante Lobo (Gay/Yaoi/Homoerótico) #Saga Wolf 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora