Capítulo 10|Nombres

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Rudolph

Despertar cada mañana con él a mi lado era lo mejor. Ver su cara mientras dormía, era como ver a un ángel. Acaricie su vientre. Aún era plano pero no seria así por mucho tiempo y me encantaría verlo con el vientre más hinchado. Ver como se sonroja o se enojara cuando le empiece a decir "mi gordito", pero pensándolo bien, era mejor no molestarlo, en el embarazo seria más sensible de lo que es.

Bese su frente para ver que abría los ojos. Nunca me cansaría de verlo. Era lo más preciado para mi.

—Buenos días—saludo él con una sonrisa.

—Buenos días amor—bese sus labios para llevar mi mano a su trasero.

—Rudolph—protesto.

—¿Qué pasa? No es malo tener relaciones mientras estas embarazado—frunció el ceño. Se veía adorable enojado.

—El embarazo dura tres meses ¿Qué pasa si le pasa algo malo? No me lo permitiría, pero podría hacer otra cosa—vi como se metía bajo las tapas.

Sus manos bajaron el pantalón del pijama y saco mi miembro con sus manos.

Sentí su lengua pasar por mi miembro y sus colmillos. Dios. Moriría. Su boca era tibia y simulaba penetraciones. Era lo mejor, bueno, lo segundo mejor porque estar dentro de él era lo mejor de la vida.

Mordí mi labio para no gemir. Estaba su madre en la casa y no creo que le guste despertar con mis gemidos.

Él hacia las penetraciones más rápidas y sentí un cosquilleo.

—Ancel yo...—me miro bajo las tapas con una sonrisa.

—Hazlo, lo tragaré—trague saliva ante lo violable que se veia. Quería estar dentro de él

—No—él me miro sin entender.

Me acerque como pude para besar sus labios. Sabia que esta él no la ganaría, pues tenia una erección.

♦♦♦♦

Di un suspiro molesto. Lo bueno es que si pude estar dentro de mi pequeño vampiro, lo malo es que mi suegra nos encontró después de eso. Así que nos empezó hablar de la responsabilidad. Pero Dios. Porque me regañaba a mi si ella tenia como cuarenta y yo treinta. No soy un niño para que estén regañando, se lo que hago.

Si, no me gustaba como me trataba mi suegra.

—Y recuerden, antes de mantener relaciones vean primero si puede causarle daño al bebé—di otro suspiro.

—Ya deja de regañarlos Anastasia, son grandesitos, saben lo que hace, además mantener relaciones en el embarazo es normal—llego Varick para poner calma.

—Pero Varick, ellos parecían adolescentes—me miro viéndome—. ¿Cuanto años tienes?—sentí el apretón de manos de Ancel.

—Treinta—ella parecía sorprendida.

—¡Treinta! Y te comportas como adolescente, Dios, así nadie avanzan—era exagerada.

—Ya Anastasia, deja a los chicos en paz—agradecía que Varick fuera amable conmigo, porque sentía que Anastasia odiaba a los hombre lobos.

—Pero...

—Nada de peros, ellos son parejas y al estar juntos no pueden resistir la atracción y el amor que tienen, así que ve conmigo, te llevaré con el padre de Rudolph, el quiere hablar contigo—¿Desde cuando mi padre es amigo de Varick? Eso era extraño, pero a lo mejor se esta comportando así por la alianza que tendríamos con los vampiros.

—Bien, pero tengo que hablar contigo sobre tu futuro, no querrás alterarlo—Varick dio un suspiro para caminar hacia la salida.

—Vamos—menciono a lo cual mi suegra se fue con él.

Ancel me miro preocupado pero beso mi mejilla.

—No te preocupes, mamá puede odiar a los lobos pero no te odiara a ti—le sonreí ante lo que dijo.

—Eso espero

Ancel

Sus palabras para nada fueron amables con Rudolph y eso me enfurecía. Podría ser mi madre pero una tendría límites. Rudolph no era un niño y por eso su vida sexual era complicada. Los adultos necesitaban de eso y se que era una excusa que no podíamos hacerlo porque estaba embarazado. Realmente era por mi madre, ella al parecer no asimilaba que estaba en pareja y con un lobo. Ella lo detestaba.

—Es mejor que vayamos a desayunar, no querrás dejar con hambre al pequeño cachorro—reí ante lo que dijo.

—Si, vamos a desayunar—me levante del sillón pero por alguna manera me sentía más hinchado.

Supuestamente el primer mes era como tres meses, sin embargo sentía que se desarrollaba más rápido. Sentía que en dos meses más lo tendría en mis brazos.

—Casi lo olvido ¿Cómo quieres que se llame el bebé?—él se levantó de la silla. Me abrazo de la cintura.

—No se, ¿Nikolas? ¿Lykaios? ¿Adolph? ¿Ulrika? Rayos, son muchos nombres—beso mi frente.

—El primero me gusta mucho, no suena a Lobo—beso mis labios.

—Por lo menos que uno se salve del nombre—reí un poco.

—Si es niña podríamos llamarla...

—Andora—ese nombre lo dijo con una sonrisa nostálgica.

—¿Andora? Es lindo, me gusta aunque creo que ese nombre es importante para ti

—Lo es, era el nombre de mi madre antes de que muriera—esto no me estaba gustando. Sentía la tristeza de mi lobo.

—Entonces le quedara—le sonreí para hacerme sentar en una silla de la mesa.

—Te haré un desayuno que te gustara—a pesar de que no necesitaba comer, mi pequeño o pequeña necesitaba de esa comida por la parte lobo y la sangre de mi pareja por la parte vampiro. Era un conflicto y dudaba que después de esto tenga una buena figura.

—Eso espero amor—me sonrió para cocinar algo en la cocina.

Sin embargo todo lo de anoche me preocupaba y no quería demostrárselo a Rudolph, no quería preocuparlo porque sabia que esos hombres lobo eran peligrosos. No quería meterle preocupaciones que podría ponerlo mal. Necesitaba que él estuviera bien para que yo estuviera bien. Se que sonaba ilógico pero él era el único que me hacia sentir bien con sólo su presencia. Estaba claro que era mi pareja para toda la vida. De por vida.

Mi Amante Lobo (Gay/Yaoi/Homoerótico) #Saga Wolf 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora