Capitulo 18

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Me encuentro sentada en una banca del parque...no sé cuál; en Cali no hay parques parecidos, y este no es el clima al que estoy acostumbrada, está helando, así que me levanto para apreciar mejor el lugar. Nunca había estado aquí, es absolutamente bello. Detrás de la silla donde estaba recién sentada hay muchos árboles, muy altos para poder observar su fin. Sus hojas tienen una bella variedad de colores cálidos, me dan una sensación de paz que me hipnotiza. ¿Ardillas? Oh si, veo muchas ardillas correteando entre las hojas caídas sobre el pasto. Sigo girando mi cuerpo y veo un camino muy sencillo pavimentado, cubierto por hojas naranjas, rojas y amarillas de todos los todos. Al lado derecho el camino hay un enorme lago. Logro divisar un grupo de patos blancos nadando.

Un momento, yo ya he estado aquí antes. Todo me es muy familiar. Este ambiente me genera nostalgia. Me surgen recuerdos y veo a una pequeña niña de unos 5 años de edad aproximadamente, con 2 o 3 abrigos encima de su pequeño cuerpo, un gorrito marrón con un bordado de Winnie Pooh en su cabeza que por poco le tapa los ojos, tiene en sus manos guantes de color rojo y botas térmicas en sus pies que le llegan hasta la rodilla. Veo su rostro, tiene las mejillas y la nariz rojas del frío que está haciendo, pero su piel es blanca, sus ojos color café oscuros. ¿Dónde están sus padres?

Ella me sonríe y sale corriendo hacia la multitud de ardillas que se encuentran alrededor de los majestuosos árboles, intentando en vano atraparlas. Se sienta un poco triste sobre el pasto cuando falla y una de las ardillas se escapa de ella; pero encuentra otra oportunidad de coger a una que está a unos cuantos metros de ella, se levanta y corre hacia la ardilla. Es graciosa, le será muy difícil alcanzarla. Yo de niña solía hacer lo mismo. La niña balbucea algunas palabras que alcanzo a percibir. Qué curioso. La pequeña al parecer está hablando en inglés, seguramente es gringa... ¿Qué? ¿Es posible? ¡No estoy en Colombia! Estaba en lo cierto. De pequeña venía mucho a este parque ¿En qué momento regresé? No puede ser, ¿estoy en Estados Unidos de nuevo?

De inmediato entro en pánico. Creo saber quién es la niña. Yo tengo el mismo gorrito de Winnie Pooh guardado en mi closet como recuerdo de mi infancia. Esto es una locura, esto definitivamente es un sueño. Ella soy yo. Yo soy ella. Esa niña es mi versión en miniatura, aunque no es que sea tan grande ahora. Sigo siendo pequeño en estatura. Le dirijo unas palabras, pero no audibles.

No entiendo el por qué te emocionaba tanto ir a Colombia. Si tan sólo supieras por lo que te ha tocado vivir por la decisión de nuestros padres. Si el dolor que eso me ha traído no lo he asimilado, ¿cómo lo podrás imaginar tú? Tu que solo piensas en que las sirenas existen, que crees que por estar horas en una piscina tarde o temprano tus piernas se transformaran y podrás nadar y respirar bajo el agua. Tu que deseas ser doctora o veterinaria, cuando la verdad es que dentro de unos años te darás cuenta de que le tienes pánico a la sangre. Tu que en algún momento anhelaste profundamente con viajar a Colombia y que tu mundo se había convertido en vivir junto a los demás miembros de tu familia.

Que inocente. Inocencia; eso es lo que me ha sido arrebatado bruscamente. Felicidad y esperanza;¿de qué me sirve conocer su definición, si no soy feliz y a veces pierdo la fe en mi misma?

Cuanto daría para que me regalara una pizca de su alegría. Moriría para que me obsequiara un poco de tranquilidad. Si tan solo pudiera volver a sonreír como ella lo hace, pero no si eso regrese a mí. Creo que voy a llorar.

¿Cómo fue que todo esto pasó? ¿Por qué lo permití? Porque soy una mujer débil, y ya no hay vuelta atrás. Nada de lo que ya está hecho se puede cambiar. Lo sé. La situación en casa siempre será igual, igual de jodida.

Me vuelvo a la silla a sentarme, dándole la espalda a la niña que alguna vez fui. Bajo mi mirada.

― Te extraño amor mío.

Infinitamente #PGP2016 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora