34

280 27 16
                                    

Malika despertó con un horrible aspecto. Despeinada, no se había cambiado desde la noche anterior... hizo un coraje...

Al menos lo volvió a ver, pero para ella, él era un cobarde. No se sentía bien. Queria vomitar. No podía ni pensar.

-¡Malika, baja a desayunar!- le gritó Jill.

Malika, a sabiendas de que vomitaria, gritó:

-¡No, gracias, no tengo hambre!

Intentó dormir, pero tenía una migraña muy fuerte. La noche anterior no pudo conciliar el sueño hasta que por fin Jill le dio un calmante.

Pero ahora era diferente. Necesitaba dormir, pero no quería llamar a Jill. No queria molestarla mas.

Jill servía el desayuno, mientras sus otros tres hijos la veían muy diferente.

-¿Qué tienes?- preguntó su hija menor.

-Nada... creo- dijo Jill.

No, no estaba bien. La noche anterior fue dificil consolar a Malika, se despertó varias veces por pesadillas. Jill tuvo que darle un calmante.

Jill sabía que si se enterase Miguel, no importa que tal vez dejara de vivir con rllos, sabía que no permitiría que les dieran pastillas extrañas (eso le dijo cuándo hace dos años sufría de paralisis de sueño y su crisis parecía empeorar).

Rebeel, Sebastian y Carry eran los más preocupados. No solo su hermana parecía desconsolada, si no, parecía que se había ido y... regresado cómo... otra persona.

Muy cerca de la hora de comer (5:00 pm) Malika se levantó.

-Malika... te prepare... tu comida favorita- dijo Jill.

Malika se sentó a comer. Rebeel y Carry intentaron hacerla feliz, mientras Sebastian la abrazaba constantenente. Y aunque Malika sonrió, tocaron la puerta. Carry corrió a abrir la puerta, y se llevó una desagradable sorpresa.

Era Carly.

La familia Woods ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora