Capítulo 22 - Juez, Jurado y Ejecutor

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Max finalmente estuvo de acuerdo en llevar a Emma a la universidad tres días después. Le hubiese gustado demorar su regreso, pero ella no estuvo de acuerdo. Se había despertado temprano esa mañana con una mirada muy determinada y después de ponerse maquillaje que apenas dejó un trazo del moretón en su mejilla, realmente no tenía otro argumento que darle. Su pequeña dinamita no era una para darse por vencida muy fácilmente.

Los últimos días con ella habían sido un sueño. A pesar de todo, habían realmente logrado conectarse y se habían acercado mucho. Pudieron hablar de la pelea que tuvieron al regresar de Nueva York, y hasta habían discutido sobre ello varias veces. Pero al final los dos se entendieron mejor y eso los acercó más.

El vínculo que él tenía con ella era tan fuerte que hacía difícil dejar su cama cada noche y dormirse en el futón en la otra recámara. Siguió recordando que ella necesitaba su espacio, y a pesar de sus ansias, dormir en la misma cama con ella era lo último que ella necesitaba. Sabía demasiado bien qué pasaría si compartieran la misma cama. Además, ella todavía estaba lastimada y necesitaba tiempo para curarse.

Así que cuando entró a la universidad con ella firmemente asida a su lado, pensó que nada lo podía bajar de su pedestal. Ella estaba usando lentes de sol para cubrir su pómulo y su cabello sedoso cubría sus hombros. Traía puesta una camisa blanca de algodón de mangas largas con botones y su par favorito de jeans ajustados. Se veía increíble con siempre.

A simple vista, no se notaría que ella había pasado los últimos días encerrada en cama o que tenía docenas de moretones debajo de su ropa. La única cosa que remotamente alertaría a alguien era que sus movimientos todavía eran muy controlados y él también estaba cargando su bolsa, pero claro que eso podría ser descartado de ser un caballero.

Cuando dieron vuelta a la esquina de la entrada de la universidad, lo último que se esperaba era chocarse de golpe con Roy. Su alto inmediatamente se derrumbó al piso. Era casi incomprensible cómo una persona era capaz de causar un cambio tan instantáneo y dramático en él. Después de parar momentáneamente a un alto afilado, él agarró a Emma por la cintura y la posicionó a su lado.

Roy se veía como mierda. En serio se veía muy mal, como una sombra de una persona. El idiota obviamente no había dormido en días o estaba en algún tipo de juerga. Max había pensado sobre confrontarlo tantas veces durante esa semana, especialmente ese primer día cuando Emma había estado dormida. Una y otra vez había fantaseado sobre aparecer a su puerta golpeándolo a muerte para que pudiese sentir algún tipo de sufrimiento.

Simplemente lo había querido matar y se imaginaba planeando su asesinato incontables veces. Un disparo de francotirador ... un golpe doble en su nuca, asfixiándolo con una almohada mientras estaba dormido, echar veneno de rata en su whisky ...

Pero esa era la manera fácil de salir. Este resultado era mucho mejor, viéndolo dolorido, la culpa claramente carcomiéndolo. Max encontró algo redimible en eso. Era lo menos que él merecía.

"Si no es la pareja feliz," Roy bromeó. "Aww, ¿está cargando tu bolsa también? Qué dulce," dijo mirando a Emma.

"Jodete, Roy. Es dos veces el hombre que tú nunca serás," ella respondió enojada.

"¿Es así?" él paró a mirar a Max de arriba a abajo, y luego dobló sus brazos musculosos en su forma habitual. Pero parecía fingido, él obviamente estaba poniendo una fachada y revirtiendo a sus tácticas estúpidas. "No parece desde donde estoy parado. En serio Emma, descendiste a un nivel más bajo que nunca."

Max no esperó que Emma contestara en su defensa, así que habló rápidamente antes que ella lo hiciera. "Vámonos, Em. Es un pinche cobarde. No vale la pena," dijo mirándolo fijamente a su cara despreciable.

Robando A EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora