"Ey, creo que se te cayó esto."
Emma estaba tomando una bebida junto a la fuente de agua afuera del salón de clase cuando sintió algo en su mano. Volteó para ver a Max mirándola con astucia.
"Ah. Gracias," ella dijo, mirando un papel doblado un poco confundida.
"De nada," él dijo, guiñándole el ojo. También pensó que él había señalado hacia fuera con su cabeza, pero no estaba segura si sólo estaba saliendo por su cuenta en esa dirección.
Una vez que se fue, ella metió el pedazo de papel en el bolsillo delantero de sus jeans. No queriendo provocar ninguna sospecha, se dirigió hacia el baño y lo abrió emocionada.
¿Encuéntrame afuera en 10? Por favor.
Dios, ¿qué traía ahora? Dejando que su curiosidad y rebeldía ganara, tiró la nota en la basura y se dirigió hacia fuera.
Trató de mantenerse calmada y fingir como si sólo estaba yendo afuera a fumar, como muchos otros estudiantes hacían entre clases. Pero estaba nerviosa por esto, lo último que necesitaba era que Roy se enojara otra vez.
Pensó en el otro día y como él había actuado después del fiasco de economía. Una vez que habían dejado a Max divagando y finalmente había regresado el color en sus mejillas una vez que dieron la vuelta de la esquina, Roy la había agarrado del brazo. Fuertemente.
"No juegues conmigo, ¿me escuchas? Lo vi agarrarte de la cintura y tratar de hacer una movida hacia ti. No estoy diciendo que no te creo. Pero definitivamente tengo el ojo en él. Obviamente quiere contigo y me alegra que lo descartaste. Nada mal que tengas un poco extra de agallas, ¿no piensas, nena?" él había dicho, ladeando la cabeza mientras se divertía con su exhibición de fuerza e ingenio.
"Digo, por favor. Tonterías de radio portátil. ¿Este tipo? Patético," Roy se había reído, ni siquiera dándose cuenta de lo fuerte que la había agarrado del brazo y jalado.
Ella sólo pudo tragar saliva en ese tiempo, conteniendo las lágrimas y el disgusto, pero no por Max. "Tienes razón Roy ... patético," ella había dicho.
Rechazó la memoria y siguió adelante, queriendo poner toda la situación detrás de ella. Cuando finalmente cruzó la salida de la universidad, se sorprendió al ver que no había nadie afuera. Ni siquiera Max. En serio, ¿qué traía?
Escuchó el bocinazo suave de un coche enfrente de ella y vio que él estaba dentro del asiento de conductor de un Volvo azul cruzando la calle. ¿Estaba loco? Se dirigió cautelosamente hacia él, parando para ver si alguien la estaba mirando.
"Entra," él dijo a través de la ventana a medio abrir.
"Oficialmente has perdido la cabeza, Max."
"Por favor. Necesito hablar contigo. Te prometo que no es nada de cosas raras."
"¿Ahora? Todavía tenemos dos clases más en el día."
"Escuché que la primera está cancelada. ¿Quieres quedarte aquí por una hora sin tener nada que hacer? Te prometo que te regresaré antes que acabe la clase."
"Supongo que no," ella dijo y se dirigió hacia el lado del pasajero y se metió al coche. "Esto debe de ser importante Max," dijo al ponerse el cinturón.
"Confía en mí, sí lo es," él dijo pisando el pedal y saliendo rápidamente. "Finalmente descubrí lo que está mal entre nosotros."
"¿Nosotros?"
"La manera en que lo veo es que dijimos que íbamos a ser amigos, ¿cierto? Pero honestamente, desde que nos conocimos, no hemos hecho nada realmente amistoso. Creo que ni siquiera hemos tenido una conversación normal hasta ahora."
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Robando A Emma
RomantiekEmma Blake está lista para un cambio de su vida monótona en Los Ángeles. Así que cuando su novio Roy sugiere que vayan a estudiar la maestría juntos en España, ella está lista para la aventura. Nueva ciudad, nueva vida, nuevos amigos. ¿Qué podría sa...