Lucifer solo castiga a los malvados

7

Scott entró haciendo que la mirada de Kaily se dirigiera a él.

En el ambiente flotaba un silencio doble.

El primer silencio era común si no había música o la voz de alguien para romperlo.

Lo que no solía ser usual era el segundo silencio, tan frágil que al abrir una bolsa o hervir agua se anulaba por completo.

-Buenos días.-dijo Kaily con una sonrisa radiante aunque algo enfermiza. - ¿te apetece un café? - le sirvió una taza con la mirad de leche y un sobre de azúcar, justo cómo a Scott le gustaba. -Invita la casa. - le puso nata por encima y lo roció con canela.

-Gracias... - tomó un sorbo de la taza. - Muy bueno.- Kaily dejó de mirarle y complacida se puso a limpiar la barra con una balleta que paradójicamente estaba más sucia que la propia barra. -¿Dónde está todo el mundo?

Puede que el Frosty Palace no fuese un restaurante de lujo, pero era el único sitio donde servían alcohol de la ciudad que no estaba cerrado ni era ilegal, lo cual siempre hacía que tuviese clientela.

-¿No te has enterado?- preguntó ella atónita. Scott negó con la cabeza a pesar de que ya sospechaba que el tema sería él mismo.

-¿Qué pasa?- Kaily dejó lo que estaba haciendo y dio salió al otro lado para sentarse junto a Scott.

-Ron me lo ha contado esta mañana, verás, - Kaily tenía una red de informadores al rededor de la ciudad , era como la cotilla madre , si ella no sabía algo nadie lo sabía. - al parecer Tina, la vecina del quinto, anoche oyó unos ruidos bajo su ventana y vio que la pareja joven que viene a comer los domingos... - Scott asintió para que siguiera con la historia. - bueno, pues estaban discutiendo, ella pensó que eran cosas de pareja y lo dejó estar. - Scott respiró tranquilo. - Pero esta mañana Roxana me ha contado que la chica ha llamado a la policía - Scott se tensó de nuevo como si le clavasen una aguja sin avisar primero. - , y como un primo suyo trabaja ahí, se ha enterado de que no le están haciendo mucho caso.