Would you trust me... Again? 2da Temporada BTS

Capítulo 25 (Maratón 2/4)

~ Sung Chan (Chloe) ~

Una vez que ya terminamos de guardar nuestras cosas, nos subimos al auto con destino a casa.

Tenía el premio en mis manos, aún no creía que esto era real, temía que fuese sólo un sueño y que al despertar, esto ya no esté.

Llegamos a la casa y Jimin estaba dormido en la entrada de la casa. *¿Qué hace aquí? ¿Por qué vino?* Me acerqué a él e intenté despertarlo.

— Jimin, despierta –toqué su hombro y este reaccionó.

— ¿Hm? Debo estar soñando... ¿Tan enamorado estoy de Sunggie cómo para verla en mis sueños? –dijo dormido. Ya no quería arriesgarme a despertarlo y que sepa que lo he oído pero no tenía de otra.

— N-no estás soñando Jimin, e-estoy aquí –sonreí por inercia. Jimin abrió los ojos como platos y se levantó como resorte.

— Sunggie... Y-yo... Y-yo no...

— Tranquilo, ven entremos –dije levantándome mientras extendía mi mano hacía él.

Entramos a la casa, las chicas ya habían entrado, lo sabía porque se escuchaba ruidos arriba. Tomé a Jimin y lo jalé hasta la cocina. Saqué dos vasos y serví jugo en ellos.

— ¿Qué se te ofrece Jimin? ¿A qué viniste?

— Vine por ti, a que saliéramos un rato –se encogió de hombros mientras tomaba el vaso.

— ¿A dónde? –dije tomando un sorbo de mi vaso.

— Por ahí, a caminar, ya sabes, tomar aire fresco.

— ¿Te refieres a salida de tipo "cita"? –dije atontada por su bella mirada. El de ojos cafés asintió.

— ¿Qué dices? Solos, tú y yo, nadie más, sin interrupciones –sonrió.

— Si, suena bien, vamos a caminar un rato –dije dejando el vaso en el lavabo. Tomé mis llaves y mi celular para luego salir de casa.

Una vez afuera, Jimin tomó mi mano entrelazando nuestros dedos. Estuvimos caminando por un buen rato. Nadie decía nada, sólo nos dedicábamos miradas que lo decían todo. Después de estar caminando por un rato, llegamos a un parque, nos sentamos en una banca con vista a un hermoso lago. Pocas personas pasaban por ahí, algunas se detenían a mojarse los pies a la orilla del lago, otras, simplemente a admirar la hermosa luna.

— ¿Qué tanto miras? –dijo Jimin interrumpiendo mis pensamientos.

—  A las personas, miro lo felices que son, lo calmadas que están –sonreí. Sentí el brazo de Jimin pasar por mis atrás de mis hombros, acercándome más a él.

— Todos somos felices de distintas formas –suspiró y besó mi cabeza– Sunggie...

— ¿Si?

— Q-quiero darte algo... –dijo nervioso *¿desde cuándo se pone nervioso? ¿Qué te hicieron Jimin?* Me separé de él y lo miré a los ojos esperando que prosiguiera pero no fue así.

— ¿Qué quieres darme? –sonreí ante la ternura que tenía en frente.

— Cierra los ojos –obedecí. Me acomodé y luego cerré mis ojos.

Sentí las manos de Jimin tomar mi cabello, algo fino y helado recorría mi cuello. Soltó mi cabello y luego acarició mis mejillas para luego depositar un tierno beso en cada una de ellas.

— Ya puedes abrirlos –lentamente abrí mis ojos y miré el pequeño colgante en mi cuello, era un collar en forma de corazón.

— Jimin es hermoso...

— Abrelo, tiene una sorpresa adentro –tomé el collar con sumo cuidado y lo abrí. Había una foto de Jimin y yo cuando íbamos en la Universidad. Al otro lado había un pequeño mensaje "te quiere –Chim Chim" mis ojos se cristalizaron ante tal bello regalo.

Miré a Jimin y este me miraba con una tierna sonrisa. No aguanté más y lo abracé dejando caer mis lágrimas.

— Hermosa no llores, no quiero verte triste –dijo acariciando mi espalda.

— No estoy triste Jimin –me alejé de él para verle la cara– Estoy feliz, muy feliz, gracias Jimin, esto significa mucho para mi, gracias –me acerqué a besar su mejilla pero justo corrió la cara dejando que le diera un pequeño y corto beso en los labios.

— Y-yo... Lo siento –dijo arrepentido.

— Descuida, fue am... Un accidente –sonreí.

— Bueno, será mejor que te lleve a casa, no quiero que nada malo le pase a mi princesa –dijo sonriente.

— ¿Mi princesa? –pregunté muy confundida.

— Di-digo... Tu, q-que no te pase nada malo –rió nervioso. Asentí mientras aguantaba la risa, extrañaba que me llamase así, más proveniente de él.

El camino devuelta a casa, fue más dinámico. Hablamos de muchas cosas, la mayoría no tenían sentido. Jimin en ningún momento me soltó la mano, siempre que veía a alguien acercarse, me apretaba contra él. Suena algo posesivo pero lo encontré tierno, estaba protegiéndome, cumpliendo su palabra.

Al llegar a casa, me dejó el puerta de entrada, lo invité a pasar pero se negó.

— Ya debo irme, se me hace tarde y los chicos estarán preocupados –dijo mirando la hora en su celular.

— Bueno, ve con cuidado, llega sin novedad –dije abriendo la puerta.

— Sunggie, ¿podría pedirte un favor? –me pidió antes que entrara.

— Claro, ¿qué necesitas? –volví a cerrar la puerta.

— ¿Puedes... Puedes darme un beso? –dijo mirando al suelo.

Sentí mis ojos fuera de su lugar, todo alrededor daba vueltas, insisto, no sé que le hicieron a Park Jimin, pero sea lo que sea, se los agradezco, jamás conocí esta parte tan tierna de él.

— Am... Es-está bien –me acerqué a él y este levantó la cabeza haciendo que nuestras miradas se conectaran. Coloqué mis manos en sus hombros y besé su mejilla. Me alejé de él pero no por mucho, Jimin me jaló de mi cintura hacia él dejando nuestras caras a centímetros de distancia, centímetros que él acortó en un instante al juntar sus labios con los míos dejando un pequeño pero tierno beso.

—  Buenas noches Sunggie, gracias –dijo y se alejó perdiéndose en la oscuridad de la calle.

— ¡Buenas noches! –le grité agitando mi mano y sin más entré a la casa.