SOULLESS

Capitulo XIV

Al salir del Gran Comedor pude dar un gran respiro. Decir que podía ver el futuro no había sido la mejor idea que había tenido hasta el momento.

No puedo decir que me arrepiento demasiado, aunque ni siquiera tendrían que conocerme. Conocer a mis padres, vivos, es uno de los momentos más preciados de mi vida.

Es extraño cuando tú eres la mariposa. ¿Qué efectos tendría esto en el mundo? ¿Podría crear una amistad que sobrepase las barreras del tiempo? Se supone que ni siquiera debería matar una mosca, y hasta ahora he querido matar a la mitad de los estudiantes del colegio.

Necesito hablar con mi madre.

Todos los alumnos estaban saliendo del gran comedor y yo procure no escuchar sus latidos.

La cabellera pelirroja revoloteo a mi costado y desapareció rápidamente por el corredor mientras que mi padre gritaba su nombre. Camine de forma rápida detrás de ella y observe como subía las escaleras y disminuía la velocidad. Miro hacia atrás y se relajó al ver que no estaba mi padre, sin embargo dirigió su mirada a mí.

-¿Me sigues? – pregunto desde la punta de la escalera, esta comenzó a girar y me apresure a subirme al primer escalón.

-Si lo dices así hace que suene muy mal. No era mi intención que lo pareciera... soy _____. – sonreí. Subí los escalones de distancia que había entre ella y yo y le tendí la mano.

La escalera freno y mientras tomaba mi mano y la sacudía dio un paso hacia atrás para salir de la escalera. La imite.

-Lily... Evans.

-Cullen. – ¿Por qué dijiste eso? Sonreí, nos soltamos las manos. – No conozco a nadie y creí que la chica pelirroja seria agradable. Uno de mis mejores amigos de dónde vengo es pelirrojo. Me lo recordaste.

-Sé que eres amiga de James y los chicos. Te vi con ellos en la cena, ¿qué te enviaron a averiguar?

-No me enviaron a averiguar nada. – observe hacia atrás cuando sentí los pasos subir por las escaleras. – Fue un placer conocerte, Lily.

Me voltee y comencé a bajar las escaleras, pero antes de que los demás nos alcanzaran la volví a mirar.

Cuantas veces había usado la capacidad de metamorfomaga para ver ese rostro, vivo y fuera de una foto mágica.

Harry tiene sus ojos.

-¿Sabes que nombre le quedaría bien a un bebe con esos ojazos que tienes? Harry.

Harry James Potter Evans. Un nombre en el que combinaban todas las silabas. Parecía que fuera a propósito.

***

-¿Estás seguro de que quieres ir?

-Muy seguro. – dijo mientras metía sándwiches con distintos ingredientes a su mochila, la cual también contenía agua, una tienda, mantas y medicinas.

-Eso se va a pudrir.

-Los estoy poniendo dentro de una hielera muggle. – se inclinó hacia dentro de la mochila y su cabeza desapareció por el cierre.

-Esta por amanecer. Hay que irnos.

-¿Segura no podemos usar el tren?

-¿Quieres encerrarme en un baúl andante con muchos corazones latientes inocentes? Además, es más seguro por el bosque. Si nos encontramos con carroñeros podremos con ellos. Necesito el menos contacto posible con la sociedad de hoy en día, quien sabe lo que pueda cambiar.

-Está bien. – cerro el cierre de su mochila y luego la de su campera.

Sirius pasó por la puerta de la habitación de Ben girando una llave con su dedo. En su cara se notaba que acababa de despertar. Levanto las cejas al verme.

-¿Cómo pudiste entrar?

La habitación de Benjamín se encontraba en la sala común de Gryffindor. Si una persona de un género intentaba subir la escalera que llevaba a las habitaciones del sexo opuesto, estas evitaban que subieras. Ya fuera desapareciendo los escalones o como se les ocurriera.

-Entro por la ventana.

Le lance una mirada cómplice a Benjamín.

-¿Qué? – pregunto él.

-¿Cómo es que entraste por la ventana?

-Tiene colmillos y una severa obsesión con la sangre, si es que me entiendes. Le he pedido que lo deje pero ya sabes, es difícil alejarse de las drogas.

-No entendí.

-Mejor. ¿Qué haces aquí de todos modos? – le pregunte a mi padrino.

-Ben me pidió que los llevara. Un pequeño favor, el me da el burbon.

Me sorprendí. Mire con las cejas alzadas a Benjamín. No era tan inocente como pensaba.

-¿Tienes mas? – le pregunte.

Camino hacia una pequeña repisa, quito unos libros y detrás de estos, justo en la pared se encontraba un agujero mediano, o eso parecía. Metió la mano y saco una botella.

Mis ojos se inyectaron en sangre.

Una pequeña cortada se había abierto en uno de sus nudillos. El olor había llegado a mí en menos de lo que hubiera podido contar.

Me miro y sus ojos se abrieron. Me voltee y mire hacia la pared intentando pensar en otra cosa.

-Mejor que sean dos. – escuche como otra botella de vidrio se sacudía con su contenido.

-Espera. ¿Te vas con ella? – no se había percatado de mi comportamiento. Eso estaba bien, un poco despistado.

Benjamín afirmo mientras guardaba las botellas en su mochila y luego con un hechizo simple se cura la pequeña lastimadura.

-Y llevan alcohol.

-No es lo que crees. – dije preocupada. La idea de que fuera un adolescente y no el padrino protector que podía ponerme en penitencia era difícil de aceptar. Al Sirius de esta época no le debía ninguna explicación.

Me miro con su ceño fruncido, sus labios formaron una línea recta y sonó sus dedos de las manos.

-¿Por qué se van juntos?

-Benjamín puede ayudarme a cumplir mi objetivo.

Él se estaba poniendo la mochila en los dos hombros ajeno a la conversación.

-¿Cuál es ese objetivo?

-Lo lamento. Es demasiado.

-Bien. No me cuentes nada. Vámonos. – salió de la habitación echando humo por las orejas.

-¿A dónde nos lleva? – pregunte antes de que Ben saliera por la puerta.

Ya en el marco se dio vuelta – Nos llevara más allá del bosque prohibido. Al inicio del bosque vecino.

-¿Por qué? Podemos ir caminando.

-Acabo de despertarme. Tenme piedad.

Desapareció por la puerta.

Suspire. ¿Cuándo llegue a involucrarme tanto?

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Pueden odiarme, lo peor es que soy yo la que pierde lectores subiendo tan poco. Estoy trabajando en los book trailers, espero que les gusten. No se cuando los subiré.  

No desesperen, Lily aparecerá mas.