Capitulo VI

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Me recosté contra el tronco de un árbol. Me sentía satisfecha e hinchada a la vez. Fue suficiente sangre o quizás demasiada.

Me sentía y supuse que me veía como un gran desastre. Mi cabello estaba enmarañado y sucio en sangre, al igual que mi rostro y uniforme.

El cargo de conciencia llego a mí por todos los animales que había matado. No me pude imaginar cómo me hubiese sentido si le hubiese hecho caso a mi instinto dentro del castillo.

Inspire hondo y me levante lentamente. La sed se había apaciguado bastante, pero no sabía si estaba lo suficientemente preparada para volver allí dentro.

Podía jurar que me podría dar indigestión por todos los litros de sangre que había bebido. Suspire y por primera vez me pregunte en donde estaba. ¿Estaría aun dentro del país después de todo lo que corrí?

Reaccione con nerviosismo al notar que la oscuridad no representaba algún problema para mi vista. Veía perfectamente bien, estar en la luz o en la oscuridad no significaba ningún cambio para mi perspectiva. Y el espectáculo de los copos de nieve bailando en el aire y la nieve brillando bajo la luz de la luna me era inconfundible. Un divino paisaje a los ojos de cualquier ser.

Recordé después de mucho tiempo el dije con el brazalete que me había regalado Jake. Levante mi muñeca y mire el lobo que aullaba tallado en madera a la luz de la luna. Me pregunte como se estaría sintiendo ahora. Ya había pasado una semana desde mi muerte...

Él sabía lo que sentía por Draco gracias al hecho de que yo pertenecía de alguna forma a su manada. El poder escuchar los pensamientos del otro se había vuelto un poco incómodo aunque intentábamos ignorarlo por respeto y espacio personal. No obstante, jamás pude ignorar los sentimientos que emanaban de el por mí.

Él era mi mejor amigo, pero quería más. Mucho más.

Por eso me sentía mal por él. Lo había elegido a Edward antes que a él y luego a Draco, si bien él se haya mostrado indiferente y "feliz" por mi, sabía que estaba lastimado. Mi muerte no se la debe haber tomado a la ligera.

¿Charlie ya se había enterado? ¿Qué tal estarían Fred y George o la señora Weasley? ¿Y Doby?

¿Cómo estaría Draco...?

Me gire en dirección al castillo e intente ignorar el remolino de sentimientos que me abarcaban. Debía concentrarme y encontrar la forma de volver con ellos. De volver con Harry, de volver con Draco. Oh Draco...

Me saque la capa para no romperla y poder vestirme después. Espere a que los espasmos recorrieran mi cuerpo pero nunca sucedió. El pelo jamás cubrió mi cuerpo y mi rostro no se alargó. Un jadeo inesperado salió por mis labios.

No me puedo transformar.

El terror de haber perdido aquella parte de mí que me unía con Jacob me golpeo con fuerza. Me arrodille en el piso y me apoye sobre mis manos mientras temblaba. No por el frio del invierno, sino por la frustración y la cólera que me recorría el cuerpo

-No...

Mi suplica se perdió entre el oscuro bosque y me quede inmóvil. Mirando a la nada. No podía perder esto, no podía. Estruje dentro de mis puños la nieve y tierra que había debajo de mis manos.

Un gruñido que había estado retenido en mi garganta salió de una forma mucho más salvaje mientras que me doblaba sobre mi espalda. No se escuchó el inconfundible aullido que usualmente acompaña la luna, en cambio surgió un monstruoso rugido de bestia.

Mi faceta de animago había terminado, aunque no la usaba mucho me dolía perder aquella habilidad que tanto le encantaba a mi hermano.

Me apoye sobre mis talones y mire mis dedos e intente alargarlos, cambiarlos de color e incluso que creciera vello sobre ellas pero fue en vano. ¿Era posible que también hubiera perdido mis poderes de metamorfomaga? Agarre mi cabello y lo intente cambiar de color, acortarlo y volverlo pajoso. A causa de la desesperación también intente quedarme calva, pero no sucedió. Aunque de alguna forma lo agradecía, no fuera a ser que funcionara por última vez y luego me quedara calva por el resto de mi existencia.

SOULLESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora