Capitulo XXI

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Benjamín se dejó caer de espaldas en la única cama, de una plaza, de un acogedor motel que al parecer era el único del pueblito. Las mochilas reposaban junto la puerta de la entrada.

Lo observe dormitar plácidamente. No pude evitar gruñir.

-¿Y eso que fue? – pregunto entre dormido levantando la cabeza, formándose una leve papada bajo su quijada. Sus ojos a pesar de no haber dormido por cinco minutos recorridos ya estaban hinchados.

-No puedo creer como puedes dormir tan plácidamente.

-Los escuchas, ¿verdad? – me pregunto divertido.

-No me parece gracioso.

-Es gracioso porque yo no los escucho. Solos los vi entrar a la habitación de la otra punta muy juguetones cuando llegamos. Solo supongo lo que debes estar escuchando.

Hice un mohín con la nariz, e intente ignorarlos pero no lo lograba.

-Saldré a reponer las botellas de sangre. Duérmete así podemos seguir.

Estaba tan apresurada por volver a mi vida que ya me sentía mucho más allá de inquieta. No podía dejar mis piernas quietas, así que luego de recargar las botellas con sangre animal hice la investigación que debía hacer con Benjamín, mientras él dormía.

No había absolutamente nada, ninguna pista que nos guiara al paradero de Flamel y el olor ya se había vuelto tan leve que apenas podía percibirlo. Mi inquietud se estaba transformando rápidamente en enojo y sabía que muy pronto me estaría inclinando a la inestabilidad.

Troné mis dedos y luego mi cuello. Pase mis manos por mi pelo, ya apenas aguantando la desesperación. No tenía nada. Ni una sola pista de él y por ende, tampoco de mi mayor deseo hasta el momento. Volver con mi hermano. Godric sabía cuánto deseaba estar con Draco en aquel instante.

Tape mi rostro con mis manos y suspire pesadamente. La ansiedad abordaba mi cuerpo como si fuera una incómoda picazón en todos lados. Apenas podía aguantarlo.

Me agache al lado del cuerpo del oso con ojos vacíos y succione el resto de la sangre que no había entrado en las botellas.

No me hubiera gustado ver aquella escena. Pero cuando Benjamín me encontró no pude evitar imaginarme como debía lucir. Sostenía el oso como si fuera el último recurso de alimento del mundo, estaba bastante segura que había quebrado sus huesos en un ataque de histeria y desesperación. Ahora solo parecía un saco de piel peluda pegajosa por la sangre ya seca que había derramado cuando lo ataque por primera vez, y este saco de piel apenas sostenía un par de huesos abultados y parecía casi vacío.

Limpie mi boca con el dorso de mi mano.

-Eso... - frunció las cejas - Ew.

No me sentí de humor para contestar. Voltee el oso con el pie para que no mostrara la herida y camine pasando de Benjamín.

-Espera. – Me llamo intentando mantener mi paso. Caminaba rápido por naturaleza y apenas lo notaba.

-Deberías estar descansando. – no cuestione como me había encontrado. Seguramente había usado un hechizo localizador.

-Ya pasaron once horas. – rio. Me desconcertó la rapidez en la que había pasado el tiempo. Pero el sol en el horizonte a punto de ocultarse me corroboro lo que me decía Benjamín. El sol hacia su camino por el bosque en el que nos encontrábamos–Me llego esto con una lechuza de Hogwarts.

Me detuve y lo observe. Él se detuvo también pero me miro con duda en sus ojos. Pestañe.

-¿Qué?

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⏰ Última actualización: Jan 27, 2018 ⏰

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