Negué. No podría matar a aquellos estudiantes.
No solo por ellos, sino también por mí. ¿En qué me convertiría sino? Me aterrorice ante la imagen de una parte de mi suelta, libre. Esa parte que deseaba desangrar y beber la sangre de todas esas personas. La parte malvada y cruel que deseaba hacerse con mi cuerpo. La que quería que apagara mi humanidad para poder hacer lo que deseara sin que su vieja enemiga llamada conciencia le afectara.
Mire a Albus desde mi lugar y vi cómo me miraba. Desconfía de mí, es claro. Ahora con mi nueva forma de vida a la que tendría que hacerle frente hasta yo dudaba de mí. No podía culparme, no con la sangre llamándome a solo unos segundos de distancia...
Agarre mi cabeza con mis dos manos, intentando calmar el agobiante y hermoso sonido que producían los corazones humanos. Me negué a respirar y que el aire quemara mi interior.
Me concentre en el rostro de mi hermano. Tenía que volver al presente y estar con él. No podría mirarlo a la cara si provocaba una masacre, incluso no sé si podría siquiera mirarme al espejo y ver el rostro de una asesina.
¿Cómo podría seguir con mi vida sabiendo que mate gente inocente en un arranque de sed? Podría culpar el hecho de que soy una neófita, pero siempre podemos decidir. Siempre podemos tomar las riendas de nuestra vida si se tiene la suficiente fuerza de voluntad.
No quería ser una asesina, no quería ser un monstruo. No estaba dispuesta a dejar que el instinto vampírico se apoderara de mí. No importa que tan tentadora se vea y huela la sangre. No importa que el ardor en mi garganta consuma mi cuerpo o que pase la eternidad con un inmenso dolor y vacío en mi estómago. Deseando la sangre humana como ningún otra cosa en el mundo.
Debía aprender a controlarme y olvidarme del caliente y seductor fluido rojo que corre por las venas de los mortales.
Trague en seco. Mi garganta estaba árida y mi boca llena de ponzoña. Mi mandíbula hinchada y mi cuerpo entumecido. No quería moverme, tenía miedo de lo que pudiera hacer.
Me decidí.
Debo admitir que es imposible que pueda controlarme sola, así, sin ayuda. Me tomaran años para poder controlarme. Con suerte encontraría a alguien que me ayudara pero hasta ahora estaba sola.
Necesitaba salir de ahí y cazar. Cazar animales hasta saciar mi sed. Quizás si me acostumbraba a beber sangre animal y no humana podría adiestrar a mi organismo.
Pero los Cullen eran mi prueba para saber que la tentación siempre estaba presente, con los siglos podrías acostumbrarte pero ¿hasta qué punto? Los admiro a todos ellos con creces y más que a todos admiro a Carlisle. Ojala lo tuviera aquí conmigo.
Mis ojos se abrieron por la sorpresa y un rastro de emoción surco mi agobiado rostro. Podría buscarlo, a esta altura, en este año debían estar en Canadá quizás.
Debían...
Carlisle no estaba solo. Tenía a todos sus hijos adoptados con ellos, incluyendo a Jasper. El más reciente miembro de la familia Cullen, en proceso de acostumbrarse a la vida de un vampiro vegetariano. Dejando atrás su título de Mayor del ejército Confederado.
Él se unió a los Cullen en 1948, poco después de haber conocido a Alice, el amor de su vida. Alice lo había visto venir, lo había conocido a través de sus visiones mucho antes que el a ella. Lo cual resultaba, al menos para mí, algo muy romántico.
Ahora nos encontrábamos en 1975. No podría siquiera acercarme con los demás cerca, incluso no sabía su paradero en estos momentos. Sin embargo seguía sospechando que debían estar en Canadá.

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SOULLESS
FanfictionSe te ha dado la oportunidad de volver a la vida, pero por alguna razón te has despertado en el año 1975 en Hogwarts y tus padres estan vivos. Mientras tu hermano y tus amigos se enfrentan a los peligros que dejaste atras en 1997, vos conoces nuevos...